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La República de las ocurrencias
Es necesario que el pueblo de México conozca la luz que le dio a los trabajadores el gran Carlos Marx, pues legó a los pueblos del mundo el método dialéctico, gracias al cual se pueden comprender a profundidad
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Es necesario que el pueblo de México conozca la luz que le dio a los trabajadores el gran Carlos Marx, pues legó a los pueblos del mundo el método dialéctico, gracias al cual se pueden comprender a profundidad, pues la verdad está en lo profundo, los fenómenos de la realidad social, de la naturaleza y del pensamiento pues, con su comprensión correcta, permite la posibilidad de transformar la realidad en una dirección revolucionaria; para poder construir una sociedad progresista, distributiva y verdaderamente justa con aquellos quienes producen la riqueza pero que no disfrutan de ella.

Pensar como Marx permite al pueblo dudar de lo que se dice, encontrar la navaja dentro del pan; ayuda a descubrir las afirmaciones que tienen visos de verdad, pero que son absolutamente falsas si se escudriña en la esencia del problema y, finalmente, permite comprender que nada de lo que hay está estático, que existen leyes que determinan el desarrollo de la economía y de la política y que el conocimiento de esas leyes le permiten comprender cuándo los planteamientos de un gobierno favorecen al pueblo y cuándo lo que le plantean mantiene las cosas esencialmente iguales y, por lo tanto, seguirá viviendo en la pobreza y en las contradicciones que hoy lo tienen sumido en el atraso y la marginación.

El pueblo tiene que aprender a escudriñar y descubrir si lo que le dicen le sirve en los hechos o es solo humo que le arrojan a los ojos; debe preguntarse, por ejemplo, en qué le beneficia directamente que el Presidente viaje en avión comercial o compre en una tienda Oxxo, el pueblo ha aplaudido el discurso que se le ha lanzado en torno a la situación de los impuestos: “no se van a crear más impuestos” y el lector desprevenido aplaude entusiasta esta aseveración; sin embargo, cuando uno estudia más de cerca el asunto y ve el otro lado de la moneda, se pregunta: “¿es en serio?”; hoy el nuevo gobierno asegura que no se van a crear nuevos impuestos, pero tampoco va a quitar los que ahora existen y que afectan a los más desprotegidos; en otras palabras, venden a los pobres como buena una acción que los perjudica y los deja en el mismo nivel que antes.

Pues bien, hoy vivimos en la “República de las ocurrencias”, se han lanzado un sinfín de iniciativas que, como siempre, defienden a los poderosos y que afectarán, lamentablemente, a los más desprotegidos. Pongo como ejemplo lo que está sucediendo con la ocurrencia de cancelar la construcción del aeropuerto en Texcoco. Transcribo, para ello, el discurso que pronuncié el pasado seis de diciembre en la Cámara de Diputados:

“Pese a que instituciones especializadas en aeronáutica, organismos empresariales y sectores importantes de la sociedad alertaron que sería un error y una medida irresponsable dar por concluida la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, el pasado 29 de octubre se anunció su cancelación.

“El nuevo aeropuerto es uno de los proyectos más importantes del país y una de las tres obras en su tipo más grandes del mundo. Sin embargo, su cancelación fue una decisión política y caprichosa que no respondió a un análisis técnico y financiero. Se tomó la decisión de cancelarlo a pesar de que se pronosticó que nos costaría a todos los mexicanos más de 100 mil millones de pesos, y la pérdida de por lo menos, 46 mil empleos directos e indirectos.

“Esta cancelación ha generado efectos colaterales, como la depreciación del peso, incertidumbre en los mercados y pérdida de confianza de los inversionistas nacionales e internacionales. Los bonos que están en proceso de compra por parte del Gobierno Federal se encuentran en constante riesgo de un nuevo recorte de calificación que nos llevaría a pagarlos más caros, incluso el costo podría ser superior a la inversión que se tenía propuesta.

“ Se canceló la construcción en Texcoco por un proyecto en Santa Lucía que a la fecha no existe; no se cuenta con un proyecto ejecutivo, no hay estudios de tránsito aeronáutico, en una palabra, no hay proyecto. Quien diga lo contrario, falta a la verdad, engaña al pueblo, traiciona a México y roba la esperanza de la nación. Con la cancelación del aeropuerto se detuvo nuestro desarrollo.

“¡Se los dijimos! Si existía presunción sobre actos de corrupción, se les solicitó aplicar la ley y sancionar a los responsables. Si se creía que los costos eran altos, se hubieran hecho los ajustes necesarios, pero de ninguna manera se hubiera jugado, como se está haciendo, con el crecimiento del país.

“ Compañeras y compañeros legisladores, desde que se dio a conocer esta lamentable decisión México ha pasado de ser un referente internacional de modernidad, desarrollo y prosperidad, a un ejemplo de incertidumbre, inseguridad en las inversiones y falta de seriedad en el desarrollo de los proyectos.

“ En el Grupo Parlamentario del PRI, de manera responsable y con mucha antelación, advertimos de los riesgos financieros que se generarían y las repercusiones en el corto, mediano y largo plazo para la economía y para las finanzas públicas del país. El día que se anunció la cancelación del proyecto de Texcoco, se perdieron 351 mil millones de pesos, monto superior al costo total para el nuevo aeropuerto que se estimaba en 285 mil millones de pesos, ¿dónde está el ahorro?, ¿dónde quedó la austeridad republicana?

“ Son las familias quienes están pagando el ‘error de octubre’. Pagan más intereses por su tarjeta de crédito, pagan más por un préstamo personal, pero lo más grave es que por el incremento del dólar se incrementa el precio de las gasolinas y los precios de la canasta básica y esto golpea directamente a los pobres. Peor aún, está en riesgo nuestra economía y la estabilidad de nuestras finanzas; además, se está utilizando el dinero de los mexicanos para que inversionistas particulares no pierdan su dinero.

“ Ustedes que tanto criticaron los rescates financieros como el Fobaproa y las prácticas neoliberales, hoy están utilizando los recursos públicos para enmendar su error. Por ello, exhortamos al Poder Ejecutivo Federal para que actúe con transparencia y haga pública la ruta que se ha planteado para la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, que se instrumenten las acciones necesarias para que no se ponga en riesgo la estabilidad económica y la solidez de las finanzas públicas de que actualmente goza el país.

“ Los invitamos a conducirse con responsabilidad; el Estado de Derecho, la confianza y la certidumbre son condiciones medulares para la atracción de inversiones, de nuevos proyectos y para la generación de empleos en favor de los más pobres de México”.

La ocurrencia de cancelar el aeropuerto nos va a costar más caro de lo que creíamos. Lo sucedido puede equipararse a la siguiente historia: un padre de familia compró a crédito un automóvil nuevo para resolver los graves problemas de movilidad de su familia y lo heredó a su hijo mayor, quien tenía profundamente arraigados los principios de austeridad; por eso, al recibir el vehículo, éste le pareció excesivamente lujoso; en lugar de venderlo, decidió lanzarlo a un barranco. Ahora la familia, además de pagar el crédito del auto “de lujo” se vería obligada a pedir dinero prestado para comprar un carro austero. ¿A quién beneficia eso? No lo sé, pero al pueblo de México, no. Seguimos esperando que al pueblo se le hable claro y se dejen de plantear meras ocurrencias, pues México no está para ello. Si se va a combatir el modelo neoliberal en serio, que dejen de una vez de implementar ocurrencias como éstas, que pueden arrastrar al pueblo de México hacia el desfiladero.


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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