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El 19 de agosto se reunieron en San Luis Potosí los gobernadores estatales con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su gabinete. La reunión tenía por objeto revisar la demanda de más recursos para los gobiernos de las entidades federativas, que han sido espoleadas por la catastrófica crisis económica derivada de la pandemia por el Covid-19. En ese cónclave, los mandatarios apenas consiguieron de la Cuarta Transformación (4T) mantener los ingresos que tienen programados en el PEF-2020 y a cambio recibieron el reclamo de apretar la recaudación de los impuestos locales, en particular el del predial, si quieren disponer de más recursos.
Las responsabilidades y derechos referentes al cobro de impuestos por cuenta de los distintos niveles de gobierno (Federal, estatal y municipal) están regulados por la Ley de Coordinación o pacto fiscal para que no haya disputas entre ellos. La demanda de revisar el pacto fiscal vigente tiene ya algún tiempo sobre la mesa, y de ella derivó la formación de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) a principios del Siglo XXI, cuando la ruptura del monolítico presidencialismo mexicano, con la elección de Vicente Fox Quesada, militante del Partido Acción Nacional (PAN), generó diferencias de origen partidario en buena parte de los gobernadores, la mayoría del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De las exigencias de la Conago surgió la primera Convención Nacional Hacendaria (CNH) en 2004 y las reformas fiscales sucesivas que trataron de remediar los problemas más graves del sistema fiscal. No obstante, los reclamos de los gobiernos estatales muestran que los problemas persisten, porque para la mayoría parlamentaria del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), las iniciativas del Presidente, particularmente las de índole económica, tienen mayor prioridad en contraste con las demandas de la Conago.
El pacto fiscal vigente en México arroga al Gobierno Federal la responsabilidad de cobrar los impuestos más importantes: Sobre la Renta (ISR), al Valor Agregado (IVA), Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) y Automóviles Nuevos (ISAN). Estos impuestos representan el 13.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y los que cobran los gobiernos locales apenas el uno por ciento del PIB. Sin embargo, esta centralización permite al Poder Ejecutivo federal hacer una distribución más equitativa del ingreso nacional y financiar el desarrollo de los estados más rezagados. Estas transferencias equivalen, además, el 80 por ciento de los presupuestos de los estados. Es por ello que la respuesta que el Gobierno Federal dio al reclamo de la Conago –consistente en la simple aceptación de que pueden incrementarse las aportaciones federales– fue muy insuficiente, con el agravante de que no podrá darse en el corto plazo.
Las recaudaciones del impuesto predial apenas representan en promedio el 0.4 por ciento del PIB, aunque hay importantes diferencias en las entidades, como los casos de la Ciudad de México (CDMX), Querétaro, Quintana Roo y Sinaloa, que captan poco más de la media nacional. En contraparte, Campeche, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz tienen ingresos fiscales con el predial de solo el 0.12 por ciento del PIB. La diferencia se debe a que los primeros tienen mayor desarrollo económico y su misma dinámica hace más valioso el suelo.
Los problemas del sistema hacendario son varios, pero el jaloneo entre los gobiernos Federal y los locales los hace mayores porque la manta que se disputan es de por sí pequeña, y la crisis económica la ha reducido todavía más. El gobierno de AMLO ha prometido reiteradamente que no habrá nuevos impuestos ni mayores tasas de los que existen, pese a que México es el país con más bajo nivel de recaudación entre los de las naciones que integran la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE), y que sus necesidades del desarrollo social lo urgen a que aumente el erario.
El incremento de impuestos tiene mala prensa en México porque, históricamente, los pobres y las clases medias siempre han sido los pagadores cautivos de los gastos del Estado, la burocracia, la policía y el ejército. Sin embargo, es pertinente recordar que la política fiscal es el arma más eficaz para combatir la desigualdad y estimular el crecimiento económico para promover la creación de empleos y rescatar el mercado interno.
Si el actual gobierno formulara una nueva política fiscal con estos objetivos, la población trabajadora sería capaz de reconocer sus ventajas y la apoyaría. Pero a la fecha no conocemos ningún proyecto de reforma impositiva en este sentido, y la respuesta que la 4T dio a los gobernadores significa solo una muestra de su oportunismo al negarse a asumir los costos electorales de una política fiscal necesaria, y trasladó esa responsabilidad a los gobiernos locales. Urge una reforma fiscal para hacer más justa nuestra sociedad, pero habrá que pelearla, porque el gobierno de la 4T no la hará. Que conste.
Lobina, cintilla, cazón con cabeza, rubia y el filete de mojarra, son sólo algunas de las opciones que ofreció la Profeco como las alternativas más económicas de pescados.
El recorte se debió a señales de desaceleración económica en el último trimestre de 2024 y a una contracción de la industria manufacturera en el primer trimestre de 2024.
El gobierno de la 4T predica que la economía moral es servir a las personas y distribuir la riqueza equitativamente; pero una cosa es predicar y otra ejecutar. Hasta ahora, la riqueza se acumula cada vez más y millones se enfilan rumbo a la pobreza.
Por lo menos siete universidades públicas de México están en riesgo de quebrar debido a que el presupuesto federal para educación acumula un déficit de más de 30 mil mdp.
El sector industrial manifestó su preocupación debido a que la reforma es opuesta al interés de la población.
Los estados con mayor disparidad en los salarios que reciben tanto hombres como mujeres en México son Colima, Baja California Sur y Tlaxcala.
Existen modelos alternativos más equitativos, dentro del marco mismo de la economía capitalista, como el nórdico, o el chino, donde se combate exitosamente la pobreza
En el último lustro se ha intensificado, en un gobierno que se dice "primero los pobres", la tendencia al empobrecimiento de las mayorías, sobre todo en las entidades menos desarrolladas y más pobres, donde hay mayor informalidad y pobreza laboral.
Antes de la pandemia por Covid-19, el precio de la tortilla rondaba los 10 pesos; en los últimos meses este alimento ha alcanzado los 23 y hasta 30 pesos.
Con un crecimiento anual de 10.6%, las remesas de noviembre marcaron el mejor desempeño para este mes. El acumulado anual supera los 59 mil millones de dólares.
A pesar de que el gobierno destinó menores recursos de los programados.
Este es el segundo paro de labores convocado por la representación de los comisionistas. El primero se realizó el pasado 11 de agosto.
Existió un subejercicio en los rubros de ciencia, tecnología e innovación, en los que se gastó 10.7 por ciento menos de lo planeado.
Segutrends, empresa líder en el mercado, se encuentra en una interesante mejora continua, buscando siempre las buenas prácticas que permitan dar un mejor servicio a los profesionales dedicados a la industria de los seguros.
A la petrolera le serán condonados más de 86 mil 640 millones de pesos, calculó César Augusto Rivera, integrante del CIEP.
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Escrito por Samira Margarita Sánchez
Columnista