Cargando, por favor espere...

La Cartilla moral y el México real
El Presidente no puede atenerse únicamente a los discursos morales, debe combatir la pobreza en serio; debe abatir la marginación de fondo y no con programas asistenciales que apuntan al cálculo electoral y a los dobles juegos políticos.
Cargando...

La equiparación anticipada de una gestión política, que apenas luce como una promesa de cambio histórico con las hazañas realizadas por Miguel Hidalgo y Benito Juárez, no solamente representa un absurdo autotratamiento de “héroe nacional” carente de fundamentos, sino también la clara intrusión de un político que tiene demasiada buena opinión de sí mismo y que usa esta mentira como una estrategia para acusar a sus críticos de opositores al progreso nacional y traidores a la Patria. Frente a la práctica sin matices de este truco historicista y maniqueo, nadie tiene derecho a disentir del discurso oficial pese a que, en la pasada campaña electoral, su pragmatismo le permitió pactar, por un lado, con intelectuales progresistas de izquierda, y por otro con actores políticos de derecha.

En el discurso del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) hay propuestas de renovación política que muchos mexicanos anhelamos; pero el hecho de que gire en torno a la figura única de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) provoca tanto críticas muy agudas como reacciones viscerales de sus seguidores, que recurren a la calumnia y al linchamiento. Esta figura absoluta del Presidente propicia que Morena, que se muestra como partido con amplia participación colectiva, padezca de centralismo excesivo en la toma de sus decisiones. En el pasado reciente, por ejemplo, hubo serios cuestionamientos por la asignación de candidatos cuyo principal mérito era su afinidad con el jefe morenista, lo cual resultó en detrimento de la voluntad de la base. La imposición de Claudia Scheinbaum fue la punta del iceberg del verticalismo en ese partido; pero todo lo justifica la falsa idea de que AMLO es ya un “héroe nacional”.

Esta misma idea, por cierto, explica por qué AMLO, en un afán monomaniaco y moralizador, ha pasado del discurso a la distribución de la Cartilla moral, escrita hace 70 años por Alfonso Reyes. Este documento, cuya tesitura quizás sea igual a la del Código Hammurabi o a la del Huehuetlatolli de los antiguos mexicanos, es sin embargo más literario que práctico y su destino en manos de la gente puede no ser el esperado. Mi pesimismo no deriva solo de la ausencia del hábito de lectura en nuestro pueblo sino, sobre todo, de las condiciones socioeconómicas paupérrimas en las que vive la mayoría de los mexicanos; no se puede esperar que profese el bien sin antes cambiar sus deplorables condiciones materiales, causantes de sus males. Varios estudiosos del tema han demostrado que una personalidad agresiva o suicida –casi en todos los casos– surge en un ambiente hostil; la maldad no brota de la nada, sino de las malas condiciones concretas de vida.

Esto parece una verdad incontrovertible, pero se olvida pronto. Para muestra un botón: hace meses, los medios de comunicación lanzaron un linchamiento mediático unánime contra los pobladores veracruzanos que “rapiñaron” ganado de un transporte volcado. Frases como: “si robas, no te quejes de tus políticos, los mereces”; o aún más: “bestias, animales, hijos de...”, por mencionar las menos peyorativas. En estricto sentido fue un robo; y a diferencia de quienes tienen influencias económicas poderosas en las cortes de justicia, esos infractores pudieron ser señalados públicamente como inmorales y aun ser sancionados legalmente; pero la prensa olvidó, acaso a propósito, que los saqueadores eran, en su inmensa mayoría, gente humilde que cometió el “vergonzoso” acto impulsada por la necesidad. Esa misma cobertura mediática no parece interesada en percibir a ningún pudiente acaparando con brutalidad lo que cotidianamente apaña de la producción de sus empleados, o los consumidores de sus mercancías, donde la rapiña se revela igualmente insatisfecha y horrorosa. A propósito de esto, viene a colación lo que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dice en su conclusión de que México tiene las jornadas de trabajo más largas entre sus países miembros y lo que, por su parte, afirma la Comisión Económica para América Latina (Cepal) cuando revela que los trabajadores mexicanos tienen uno de los salarios más bajos de la región. Aquí la pregunta: ¿Solo con aforismos morales se hace a los hombres buenos?

El Presidente no puede atenerse únicamente a los discursos morales, debe combatir la pobreza en serio; debe abatir la marginación de fondo y no con programas asistenciales que apuntan al cálculo electoral y a los dobles juegos políticos. Por ello la publicación y distribución masiva del opúsculo moral de Alfonso Reyes tiene más contenido de propaganda perfilada a ofrecer a AMLO como un “patriota” y un “paladín del bien”, para que su imagen pública obtenga mayor aprobación que la de una campaña de verdadera educación política para las masas. Esta ambigüedad se evidencia, asimismo, en una explicación incompleta del desastroso estado del país, que se debe a que no se proponen medidas prácticas para contener los efectos negativos del modelo económico neoliberal, principal causante de la inaudita injusticia social.

Es urgente combatir la pobreza en los hechos, con base en una política económica que genere más empleos y salarios bien remunerados; que ponga en práctica una política fiscal progresiva en la que paguen más quienes más tienen y que habilite un gasto público suficiente con mayor orientación social, que propicie condiciones socioeconómicas en las que puedan desarrollarse hombres buenos en el sentido amplio de la palabra.  


Escrito por Marco Antonio Aquiáhuatl Rivera

COLUMNISTA


Noticia siguiente
Obsesión

Notas relacionadas

Una posición realista sería mucho más digna de un primer mandatario y abonaría a la concientización y, en su caso, a la participación activa del pueblo en la solución de los graves problemas que le atañen.

Santiago Nieto usa el poder político de AMLO y fuera de cualquier procedimiento judicial, le dan la orden de que mienta y viole la Constitución.

De estos, 57 por ciento son hombres y 43 por ciento mujeres. Además, el 89 por ciento ha sido en pacientes ambulatorios.

El desabasto de medicamentos y equipo se agrava, las quejas y protestas públicas aumentan de intensidad mientras las críticas, tildadas por el Presidente de campañas propias de los conservadores, se multiplican.

El Gobierno de AMLO gastó 29 por ciento más que el de Enrique Peña Nieto.

Cientos de antorchistas alzaron la voz y con pancartas le respondieron al presidente “¡miente, miente, miente el presidente!”

Una arbitrariedad tras otra: en el diseño y ejecución del programa de vacunación se impone cínicamente el interés político electoral del Presidente y de Morena, el chantaje a los necesitados.

En estos días se cumplieron los primeros 100 días tras el proceso electoral del 1º de julio y con ello el del gobierno electo de Andrés Manuel López Obrador;

El mismo Marx fue explícito al sostener que los principios y categorías de la economía burguesa no eran científicos sino ideológicos, justamente porque no fueron creados para poner al descubierto su esencia explotadora, sino para ocultarla.

A pesar de que ya no hay órdenes judiciales que prohíban al Gobierno Federal iniciar las obras, los juicios de amparo continúan

Sabedores de que en ocasiones es casi imposible ser consecuente con ello, pues las circunstancias políticas y económicas que rodean algunos medios de información no lo permiten

Según el abogado, en esta ocasión, su cliente -el hijo de El Chapo- no fue torturado como se aplicaba en anteriores administraciones.

La política social del presidente Andrés Manuel López Obrador, de entregar tarjetas con recursos públicos, no resuelve la pobreza del país.

La Policía amedrentó a campesinos, quienes protestan en la Cámara de Diputados porque se reasignen recursos para obras y servicios

El gobierno que prometió combatir la corrupción de los servidores públicos y ofreció administrar los recursos del erario con honestidad y transparencia, hoy se ve envuelto en un nuevo escándalo.

Edición impresa

Editorial

El Gobierno y la clase empresarial


En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.

Las más leídas

Síguenos en Facebook


Poesía

Sociedad anónima

Sociedad Anónima 1139