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Después de tres meses de confinamiento a causa de la pandemia que azota el país, los problemas económicos y sociales se han profundizado y muchos se tornan insoportables para las masas populares. Esto es cierto para México y para el mundo. Organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevén una recesión mundial del seis por ciento. El viejo capitalismo, aun cuando pretende mostrar nuevos bríos, se encamina directo a la ruina a raíz de la pandemia porque la recesión será mucho mayor y más profunda que la de 1929, de acuerdo con los especialistas.
El Covid-19 también ha mostrado como nunca la desigualdad que prevalece en todos los lugares donde el capitalismo anida, explotado, abandonado y sacrificado a las masas populares en aras de la producción. En México siguen activas las políticas públicas improvisadas, que lejos de ayudar a enfrentar la pandemia y el inevitable impacto económico generado por el cierre de las empresas solo han servido para acelerar los contagios y agravar las variables económicas. Los disparates presidenciales causan dolor, zozobra y muerte en la población más vulnerable, y si no fuera porque el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) paga el silencio de los medios de comunicación, a estas alturas ya habría perdido el apoyo popular que presumía al inicio de su mandato.
Los dos López (Gatell y Obrador) han perdido credibilidad. Uno porque cada semana reitera que ya estamos en el pico de los contagios y el otro porque la gente salga a las calles sin miedo porque, según él, ya pasó lo peor tanto de la pandemia como de la economía.
Pero veamos las cifras: Antes del Covid-19, el escenario económico no era nada halagüeño. Con más de 30 años de estancamiento promedio del dos por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) de los gobiernos “neoliberales”, la administración de la 4T cerró 2019 con un descenso del 0.1 por ciento. El autodenominado gobierno de izquierda ha demostrado en los hechos que es más conservador y neoliberal que sus antecesores. Desdeña el crecimiento económico y su relación directa con la generación de empleos, y absolutamente nada ha hecho por crear éstos, limitándose a abusar de la retórica con la que impone un “mundo feliz” que nadie ve.
Por ello, la variable del empleo permanece controlada y estable solo en sus “datos”. Las cifras de la ocupación en el país no resisten la más simple medición; pero podemos darnos una idea de lo que está pasando, pues si sumamos los números de los desempleados, los subocupados y los que trabajan en la informalidad, tenemos que hay más de 38 millones de un total de 55 millones que se encuentran vulnerables en sus trabajos.
Esto se confirma si analizamos los salarios de los que oficialmente se reconocen como ocupados: tres millones 358 mil 459 no reciben ingresos, aun cuando se encuentran trabajando; nueve millones 705 mil 886 ganan menos de un salario mínimo (cuya cuota diaria de 123 pesos no alcanza para nada) y 18 millones 932 mil 666 ganan entre uno y dos salarios mínimos, cifra muy similar a la anteriormente dada. Tan solo estas tres variables económicas bastan para darnos una idea de lo mal que estaba todo antes del Covid-19. Esto trasciende a lo social donde la pobreza se sitúa en 52.4 millones; pero los científicos afirman que rebasa los 100 millones de mexicanos.
La delincuencia, como síntoma de la misma, se ha disparado en 100 asesinatos diarios. Ahora con el Covid-19 hay empresas cerradas, exportaciones y consumo en picada, las remesas bajaron hasta un 30 por ciento, el turismo está colapsado y el precio del petróleo se ha abaratado. Por ello, la OCDE y el Banco de México (Banxico) coinciden en un retroceso del ocho por ciento en el PIB. Pero hay más: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que hay 12 millones de trabajadores cesados, mientras que el empleo formal registrado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) descendió dos millones. La mayoría de los trabadores informales están ahora en la inanición porque la gente está guardada en sus casas. La pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) subirá en 10 millones. Estos números desmienten, una y otra vez, que lo peor de la pandemia y la crisis económica hayan pasado.
Pero la única preocupación del gobierno de la 4T es no perder en las próximas elecciones y si para eso se requiere que siga mintiendo y haciendo “circo mañanero”, no hay duda en que nos esperan más días de espectáculo. Por ello urge darle elementos críticos al pueblo para que, por la vía democrática, se congregue en un gran bloque nacional que dé una lección de política a los confundidos miembros de la 4T, quienes ahora ya no saben si son boas o gansos.
La propuesta de AMLO es una maniobra política para el futuro electoral mediato y para desviar la atención de las exigencias y denuncias que los mexicanos ya están haciendo.
No habrá más reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No, México no camina hacia el socialismo en este proceso de la “Cuarta Transformación” (4T) bajo la presidencia de AMLO.
En agosto del año pasado, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, se comprometió a no reprimir ni criminalizar ninguna de las manifestaciones realizadas contra su gobierno.
Hay una innegable alarma por varias de las leyes y medidas implantadas por el gobierno de la 4ªT, porque, en el sentir de mucha gente, están debilitando las bases del Estado de Derecho
Ningún organismo, ni nacional ni internacional, le otorga al gobierno de la 4T un crecimiento económico para el año entrante que resulte por arriba del 1%
Con 109 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, el pleno de la cámara alta dio luz verde al dictamen
El Presidente sigue en campaña; por ello su compinche Hugo López-Gatell usa a la ciencia para cubrir sus mentiras.
Los decesos por el coronavirus representaron el 25 por ciento del total de las muertes; seguido por las enfermedades del corazón.
En una encuesta realizada por el Periódico Reforma, el 44 por ciento de los entrevistados desaprobó la forma en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador está manejando la situación del coronavirus.
Los ganadores "han proporcionado nuevos conocimientos sobre el mercado laboral y han mostrado qué conclusiones sobre causa y efecto se pueden extraer de los experimentos naturales".
Ahora, el juego político sobre las vacunas se da en ambos lados, federación y gobiernos estatales, pero los más afectados son los mexicanos.
Con esta actitud se demuestra una vez más que cuando las mayorías reclaman modificar leyes a su favor, no son escuchadas; pero que no ocurre lo mismo con la iniciativa privada.
"A pesar de los pesares, vamos bien e la atención de las dos crisis. En la atención de la pandemia y la crisis económica".
El proyecto político de la 4T no representa los intereses de los trabajadores mexicanos.
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA