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El Gobierno y la clase empresarial
En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.
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Nuestro Reporte Especial se refiere esta semana al periodo poselectoral; entre varios temas interesantes, como la turbulencia financiera y el desplome de la confianza de los inversionistas, destaca dos aspectos trascendentes: la pregunta de quién gobernará realmente en el próximo sexenio y la depreciación del peso mexicano, que sucedió inmediatamente después de los comicios y puede acelerar el proceso inflacionario hasta afectar gravemente la situación económica de la población de todo el país.

Muchos mexicanos se preguntan, después de presenciar el triunfo de la aplanadora, es decir, del partido en el poder, ¿quién gobernará realmente, Claudia Sheinbaum o AMLO? La interrogante se deriva de varios hechos innegables: la designación y el apoyo presidencial de todo tipo a la candidata morenista durante la pasada campaña electoral; y las declaraciones públicas de la Presidenta electa en el sentido de que garantizará la continuidad de la política de AMLO y dará seguimiento a su “legado”.

Existe, además, otro factor: la idea, varias veces expresada, de la posibilidad o peligro de que AMLO pretenda repetir un conocido capítulo de la historia mexicana: el Maximato, es decir, el mando de un caudillo detrás de la silla presidencial, reeditando la forma en que el general Plutarco Elías Calles ejercía el poder después de terminado su propio mandato, gobernando de hecho en vez de los Presidentes formalmente designados.

Esta comparación proviene de varios hechos: el apoyo incondicional del partido gobernante, el respaldo de la clase adinerada, la propaganda oficial entre la población hablando maravillas del caudillo, el autoritarismo y el atropello de las leyes, incluso de la Carta Magna, si fuera necesario, para imponer su voluntad. Todo esto sucedía en la etapa del Maximato.

Hoy es necesario constatar si en el sexenio de AMLO existen estas características para concluir que nos encaminamos hacia un nuevo Maximato; sin embargo es un asunto superfluo preguntarnos si va a gobernar Claudia Sheinbaum o será AMLO quien tome las decisiones más importantes para México. En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante y es ésta, la dueña del capital, quien decide los asuntos más importantes, pues dispone de todos los medios para hacer valer sus intereses y tomar las decisiones que más le convengan, es decir, que favorezcan a la clase empresarial. En los hechos, hace más de un siglo que esta clase se encuentra detrás del poder presidencial y decide quién será su representante.

Prueba de ello es que durante el gobierno de “transformación” de AMLO no se molestó nunca a la clase empresarial ni se le ocurrió a la 4T proponer una reforma fiscal que elevara los impuestos a los magnates, mexicanos y extranjeros, cuyas fortunas prosperaron durante el sexenio que ya termina, hecho del que hace poco presumió el aún Presidente, quien ha señalado que durante su Gobierno los empresarios jamás dejaron de aumentar sus ganancias. ¿Quién estuvo detrás de AMLO diciendo lo que tenía que hacer?

Y si la Presidenta electa cumple su palabra y continúa la política del Gobierno saliente en todos los aspectos, no será necesario que el expresidente ordene en vez de ella, pues lo hará, como siempre, la clase del dinero, vigilando que triunfen sus intereses. 


Escrito por Redacción


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