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¿Cómo afectan las redes sociales a la sociedad?
Las redes sociales como Facebook, buscan que los seres humanos busquen “ser aceptados”, “ser populares”, “ser famosos” pero sin tener actos valiosos para la sociedad.
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Los seres humanos son el “producto” que procesa el gran negocio de las redes sociales, el más lucrativo que existe hoy en día. Como todo producto, el ser humano debe dejar ganancias; y en esto no varía el objetivo central de la empresa capitalista. Sin embargo, ese “procesamiento” del producto en las redes sociales trae aparejados efectos muy dañinos para la sociedad. Esto lo expone con claridad el documental de Jeff Orlowski El dilema de las redes sociales. Como todo negocio capitalista, el de las redes sociales visualiza el futuro (en la industria del petróleo, por ejemplo, los que la dirigen tienen que visualizar el futuro del principal energético que mueve a la producción, el transporte, el comercio, etc.). Pero en las redes sociales, “visualizar el futuro” significa conocer la situación de cada “producto”, lo que significa que a través de las redes sociales, quienes las manejan conocen a los usuarios, a veces mejor que nadie; saben, por ejemplo cuándo alguien “se siente solo”, cuándo está deprimido; cuándo los “productos” miran las fotos de sus exparejas, lo que hacen en el día, en la noche... en síntesis, lo saben todo, a un grado que jamás se imaginó la humanidad.

Con ese conocimiento de los “productos”, quienes manejan las redes sociales, construyen “modelos” que predicen nuestras acciones. Y la empresa que diseñe los mejores modelos es la que gana más dinero (pues satisfará las apetencias, los gustos, las “necesidades” de los “productos”. Pero en todo este “procesamiento” juega un papel fundamental la manipulación. Los grandes “genios” de las redes sociales, salidos de Sillicon Valley, han diseñado lo que se conoce como “tecnología persuasiva” que busca “moldear las conductas de los usuarios. Algo así –dice uno de los entrevistados por Orlowski–, como si fuésemos “ratas de laboratorio” para convertirnos en “zombis”; los exejecutivos de Facebook, de Twitter, de YouTube, etc., dicen de una u otra forma, que se trata de afectar la emociones, las preferencias de los usuarios, pero “sin despertar la conciencia de los ‘usuarios’” (solo hay dos campos de la actividad social que utilizan el término “usuario”: las redes sociales y el narcotráfico). Las redes sociales como Facebook, buscan que los seres humanos busquen “ser aceptados”, “ser populares”, “ser famosos” pero sin tener actos valiosos para la sociedad; al final de toda esta manipulación, solo queda la vaciedad, los usuarios quedan atrapados en un círculo vicioso: “¿ahora qué hago?” se preguntan millones de personas cuando llegan a un tope; “necesito más para agradar”, les inducen las redes sociales a contestarse. Y eso ocurre con más de dos mil millones de personas que son usuarios de las redes sociales en el planeta.

Pero esa manipulación, ese uso de la “tecnología persuasiva” está dejando terribles secuelas; desde el año 2010, el porcentaje de adolescentes de entre 15 y 19 años que se cortaron o se lastimaron a sí mismas, creció en 189 por ciento; el número de suicidios en ese rango de edades creció en un 70 por ciento, comparado con los años de la década anterior. En algunos países se ha detectado que han bajado drásticamente las solicitudes para adquirir licencias de manejo entre los jóvenes y han bajado las citas románticas entre los mismos. ¿Qué está pasando? Hasta aquí se han enlistado las opiniones del documental El dilema de las redes sociales. Sin embargo, el tema seguirá siendo desmenuzado por esas voces de los que han “conocido al monstruo en sus entrañas”. He de insistir, amigo lector, que todo invento humano es susceptible de ser empleado para beneficio del progreso humano, o bien para la degradación perjudicial de la misma humanidad.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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