Cargando, por favor espere...

Apuntes de mi vida pública, de José Ives Limantour (I de II)
En una de las páginas de este libro, el autor afirma que la política partidista-electoral siempre le causó la “más profunda repugnancia porque en ella se camina en zigzag”.
Cargando...

En una de las páginas de este libro su autor afirma que la política partidista-electoral siempre le causó la “más profunda repugnancia porque en ella se camina en zigzag”, a diferencia de la administrativa, en la que debe caminarse “en línea recta”. José Ives Limantour Parquet (Ciudad de México, 1854 - París, 1935) fue el amigo y colaborador de mayor confianza del expresidente-dictador de México, Porfirio Díaz Mori (Oaxaca, 1830 - París, 1915); fue Ministro de Hacienda durante 18 años; en 1898-1899 Díaz trató de imponerlo como candidato a la Presidencia para el periodo 1900 - 1904 y como aspirante a la vicepresidencia en 1904 - 1910. 

Las razones por las que Limantour no aceptó estas posiciones fueron su ya mencionada y supuesta falta de vocación para las actividades no administrativas y el rechazo que según él generaba en muchos funcionarios públicos, periodistas y aun ciudadanos comunes por ser hijo de extranjeros (franceses). En sus Apuntes, sin embargo, salta a la vista que fue un político hábil y avezado en las negociaciones de Estado; que el chovinismo de sus críticos no pesaba mucho y que se negó a los deseos del “jefe máximo” porque no quería desempeñar el papel de “presidente títere” como le ocurrió a Manuel González en 1880 - 1884. 

Otro de los atractivos del libro se halla en sus revelaciones sobre los diálogos de paz que Díaz ordenó durante los seis meses que siguieron al estallido de la Revolución Mexicana en noviembre de 1910, en las que Limantour actuó como estratega y aun como negociador directo con la familia Madero, Francisco Vázquez Gómez y Francisco León de la Barra en Nueva York y la CDMX; e indirecto con los rebeldes sureños Emiliano Zapata, en Morelos y los hermanos Figueroa de Guerrero. 

Limantour habla también de la ineptitud y las prácticas de corrupción en el Porfiriato; de las “subvenciones” gubernamentales que recibían los editores y periodistas (entre ellos Carlos Díaz Dufoo, director de El Imparcial); de la naturaleza real del grupo de los “científicos”, del que dice que en realidad fue sólo un club de amigos que tuvo como origen el Manifiesto de la Unión Liberal (MUL) en abril 1892; que estuvo integrado por funcionarios públicos con afinidades sociales, ideológicas y culturales; que no fue un “partido fantasma” como decían la prensa y sus rivales; y que Díaz siempre sintió antipatías y recelos hacia sus integrantes, con excepción de él.

Limantour fue Ministro de Hacienda de 1892 a 1911 y afirma que el alto nivel de confianza que siempre le tuvo Díaz se debió a que durante su gestión logró que por primera vez en la historia de México se emparejaran los ingresos fiscales con los egresos; y que cuando renunció al cargo, en mayo de 1911, dejó en la caja del gobierno de transición –cuyo manejo posterior estaría a cargo del gobierno maderista– poco más de 63 millones de pesos y que sólo después que le dieron visto bueno a esta entrega salió en ferrocarril hacia Nueva York para finalmente exiliarse en Francia.


Escrito por Ángel Trejo Raygadas

Periodista y escritor.


Notas relacionadas

En 1895, Diederich Hessling vio al emperador Guillermo II cabalgando sobre un caballo en la Puerta de Brandemburgo, se deslumbró, se quitó el sombrero y lo agitó para rendirle pleitesía mientras pensaba que aquél era el poder mismo:

Una de las esculturas monumentales más grandes del mundo es el monolito de Tláloc.

Este ensayo del historiador e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reseña los pormenores de la guerra que durante casi un siglo sostuvieron los mexicas y sus aliados de Texcoco y Tlacopan contra el reino tepaneca de Azcapotzalco.

Gourmont contrapone el instinto y la divinidad de Antifilos a la civilidad racional del hombre moderno para concederle la razón al primero.

Hermann Mellville conocía La Biblia, la mitología, la filosofía y claro, la pesca de la ballena; conocía el trabajo y lo valoraba muy alto y conocía la vida.

Anatole France (1844-1924) fue un escritor francés. Era prolijo en los temas sobre los que escribía, como en la forma de tratarlos.

Nació en Baltimore, Estados Unidos el 16 de mayo de 1929. Asistió al Radcliffe College, donde se graduó en 1951 y fue seleccionada para el premio Yale Series of Younger Poets por A Change of World (Yale University Press, 1951) ese mismo año.

Fue formulada por Ignacio Manuel Altamirano con tres objetivos, entre ellas, privilegiar las costumbres mexicanas y crear una literatura nacionalista.

En Una vida en la vida de México se hallan trazos rápidos pero detallados de figuras como José Vasconcelos y los generales Francisco Villa, Eulalio Gutiérrez y Álvaro Obregón, entre otros.

Los precursores literarios del Rey de la Selva.

Decir “poetisas mexicanas” y pensar en la genial Sor Juana es automático. Y no importa si somos conscientes de que antes de ella, una multitud de brillantes espíritus femeninos hubieron de condenarse al silencio para salvar la vida.

Bajo la premisa “Leer es Crecer”, se lleva a cabo desde el 15 y hasta el próximo 25 de febrero la edición 32 de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) en el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.

En este poema el autor narra la historia de alguien que ha encarcelado en jaulas de oro a un par de ruiseñores; disfrutaba de su bello canto, pero sólo al amanecer. Furioso por no poder oír a las aves durante el día, ordenó a sus criados que los dejaran ciegos.

Fue antiimperialista, antimonárquico y en sus textos de ciencia-ficción están descritos con antelación los viajes interplanetarios, la televisión, la Internet y la bomba atómica.

Yo, el gato es una sátira social de un Japón cambiante, convulso y moderno. Sus personajes aparecen bajo la mirada crítica de un gato anónimo, testigo mudo que con su silencio y su mirada cristalina y ávida, inquieta a los humanos.