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El plan para reducir la contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) activado por el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, no ha funcionado; y los habitantes, sobre todo las familias de menores ingresos, han desarrollado enfermedades respiratorias diversas.
Un reporte elaborado en julio de este año por la Secretaría del Medio Ambiente (SMA) del gobierno estatal reveló que el aire que respira la población en la ZMM muestra un alto nivel de partículas contaminantes y gases como monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y ozono.
En abril del año pasado, cuando el gobernador García Sepúlveda anunció la creación de la Agencia de Calidad del Aire (ACA), garantizó que terminaría con las industrias contaminantes sin importar quién fuera el dueño.
“Con este decreto daremos dientes y atribuciones para que un órgano desconcentrado de la SMA pueda ir por todos los que contaminan. No nos importa quién sea el dueño, cómo se apellide; no nos importa si sea una empresa grande o chiquita, tradicional o extranjera. Ya estamos cansados en Nuevo León de que contaminen nuestro cielo”, precisó.
El gobierno estatal declaró que además de estar desconcentrado, la ACA sería un organismo para monitorear contaminantes, prevenir, controlar y “evitar la contaminación del aire”.
En la ceremonia pública donde el mandatario difundió la creación de la agencia estuvo acompañado por el Secretario de Medio Ambiente, Félix Arratia Cruz y el Subsecretario de Gestión Integral del Agua (SGIA), Residuos y Biodiversidad de esta dependencia, Alfonso Martínez.
Samuel García insistió en que ya era tiempo de “decir hasta aquí y entrarle en serio, y de lleno”, y presentó “un plan maestro” al que pertenece la ACA y otros proyectos de largo plazo para resolver definitivamente los grandes problemas ecológicos de la ZMM.
Entre las primeras acciones a realizar, citó la cuadruplicación de las inspecciones y auditorías de “mano dura” contra las empresas que contaminan: “cumpliremos con el derecho humano del Artículo 44° en la nueva Constitución, que es el derecho a un medio ambiente sano”, destacó.
Durante una visita a Nuevo León, el pasado ocho de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció que los elevados índices de contaminantes en la entidad se deben a los desechos de empresas industriales; pero rechazó que la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicada en Cadereyta, contaminara porque, según él, se rige por las normas establecidas en la ley.
“La contaminación en Monterrey, en la zona conurbada, tiene que ver con la presencia de muchas empresas, últimamente he estado viendo que se culpa a la refinería de Cadereyta, se han hecho estudios, se puede probar”, reconoció contra los señalamientos de diputados locales, alcaldes y otros actores políticos en torno a que la refinería de Cadereyta era el principal factor contaminante en el estado.
Posteriormente, el 27 de marzo, el gobernador García anunció acciones contra la refinería de Cadereyta luego de que se registraran altos indicadores de contaminación en el aire que afectaban a la población.
En sus redes sociales, el mandatario estatal reiteró que no se podía “tolerar más el problema de contaminación” y anunció que su gabinete aplicaría las medidas pertinentes para evitar que la refinería, la pedrera y fuentes móviles como los vehículos siguieran contaminando.
“No quiero volver a ver a mi niña con enfermedades respiratorias, porque no fuimos lo suficientemente duros”, sentenció en redes sociales, medio al que recurre con frecuencia el gobernador para informar a los neoleoneses.
“Refinería, vamos por ustedes, no me importa el costo político. Pedreras, vamos a cerrarlas todas, carros, en la medida que disminuyan y se migre al transporte público va a ayudar. Y la industria está cumpliendo, pero si hay una que sea ostensible que está contaminando, se va a cerrar. No hay excusas. Nuevo León va a notar esta mejora en el tema del aire, ya”, dijo.
Pero cinco meses después de los compromisos del Presidente de la República y el gobernador de Nuevo León sobre el respeto a la legislación ecológica en Nuevo León, la mala calidad del aire persiste y los indicadores de los organismos especializados confirman que no existen acciones contundentes para abatir la contaminación y evitar que incrementen los problemas de salud
El Boletín Epidemiológico Nacional, de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SS) federal reportó que, en 2023, la conjuntivitis, el asma, la otitis media y las infecciones respiratorias crecieron 14.29 por ciento con respecto a 2022.
Las mediciones cualitativas del aire reportaron que, durante al menos la mitad de 2023, la ZMM y Cadereyta registraron continuamente fragmentos de materia sólida o materiales “particulados”, también conocidos como PM10, arriba de la norma establecida por las autoridades.
En 2023, según el órgano informativo de la SS, el conjunto de enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire provocó la muerte de 719 mil 466 personas, 89 mil 952 más que en 2022, cuando se registraron 629 mil 514; es decir, el incremento en la mortandad fue de 14.2 por ciento.
La Dirección General de Epidemiología de la SS informó que la conjuntivitis significó un alza porcentual significativa: en las primeras 49 semanas de 2023, las cuatro enfermedades más recurrentes sumaron 89 mil 952 casos, 34 mil 150 de los cuales se debieron a la conjuntivitis, con un ascenso de 55.39 por ciento con respecto a 2022.
El año pasado, los casos de otitis media aguda significaron un incremento de 19.9 por ciento, porque pasaron de 20 mil 363 en 2022 a 24 mil 423. Y respecto a las infecciones respiratorias agudas, la SS agregó que, en Nuevo León, el aumento fue de 12.6 por ciento respecto a 2022. De esta forma, el Boletín Epidemiológico Nacional destacó que la cifras pasaron de 581 mil 953 casos en 2022, a 655 mil 365 en 2023.