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Austeridad en el gasto público, funcionarios y un gabinete honesto, ponerle fin a las políticas neoliberales y un ataque permanente a la corrupción fueron los "remedios" que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) manejó tras identificar, según él, los dos problemas principales: la corrupción y la desigualdad económica que tenían en jaque al país, mismos que atacándolos, bastaba para que cambiara radicalmente y hubiera una mejoría en nuestro país que ya cuenta con casi 130 millones de mexicanos, de los cuales al menos 100 millones se encuentran en pobreza.
Cuando López Obrador estaba en campaña, inversionistas, periodistas y muchos de sus seguidores que engrosaron ese grupo de 30 millones que decía tener, hoy se arrepiente, pues muchos, sobre todo los inversionistas, cayeron en el anzuelo al pensar que la retórica de AMLO disminuiría una vez que tomara el cargo. ¿La sorpresa? el mandatario no ha cambiado, al contrario, sus posturas se han radicalizado.
Hace unos días, cuando Carlos Urzúa renunció, empresarios e inversionistas, que han dicho fue un Secretario respetado, dijo que esas esperanzas fueron erróneas, algo muy explícito en la carta directa y mordaz de renuncia que presentó tras permanecer siete meses en el cargo. En su carta era obvio el mensaje de acusación de que el gobierno federal había tomado decisiones sin una justificación sólida; además de que se pretendía poner a funcionarios que no tenía la experiencia y tampoco estaban probados en puestos clave.
Pero si en economía López Obrador necesita aceptar esa realidad para poderla modificar, algo que se ve no lo hará; en otra temática ha cometido errores que ya le están costando su popularidad, por ejemplo en marzo de 2019 su popularidad, según estaba en un 78 por ciento, pero ya en este mes de julio anda en 70%, es decir 8 puntos menos.
Por un lado, el presidente mexicano les movió el tapete a los inversionistas, por ejemplo cuando canceló el aeropuerto que ya estaba parcialmente construido y que era necesario, lo suspendió sin lugar a dudas por motivos políticos y con la idea de enviar un mensaje político, sin importarle que quien sufriera sea la misma población con la pérdida empleos que había y los que se darían con esa obra.
Otro de los asuntos en el que AMLO insiste es en la construcción de una nueva refinería de Pemex, de 8 mil millones de dórales, obra que desde el punto de vista comercial no tiene mucho futuro por lo que preocupó más a los inversionistas y al mismo mercado; incluso Pemex con una deuda muy grande no ayudará a bajar la deuda del país y por tanto esas malas finanzas del país van a perjudicar a las familias mexicanas.
La renuncia de Urzúa llegó en momentos muy difíciles y muy complicados, momentos donde Donald Trump amenazó primero con el 5, 10 o 20 por ciento de arancel a los productos mexicanos si las autoridades mexicanas no detenía la migración; después con la medida de asilo previo en México, antes de aceptarlos en Estados Unidos, aspectos que han amenazado a AMLO y al país con una guerra comercial permanente, al menos de aquí hasta noviembre, cuando son las elecciones en Estados Unidos.
A siete meses de gobierno de AMLO existen más errores que aciertos, existen más acciones negativas para la población que beneficios. Basta ver la desaparición de las guarderías infantiles, la desaparición de las clínicas de salud, desaparición de programas sociales como Próspera y todos los que emanaban del Ramo 23; por otro lado, la problemática aún no resuelta con la Policía Federal, y lo más recientemente, el incumplimiento de la entrega de becas a estudiantes y apoyos a los adultos mayores, también el despido de decenas de empleados de la Agencia Notimex, donde los trabajadores han acusado un ambiente de miedo por parte de las Sanjuana Martínez.
Todas esas acciones más la ineficiente política del gabinete mostrada con las renuncias de al menos 15 funcionarios, están haciendo que políticos, periodistas y analistas de opinión estén llegando a la conclusión de que México estaba mejor cuanto estaba "peor". La popularidad de Andrés Manuel López Obrador va en picada, la realidad para él no existe; por otro lado, entre los mexicanos la inconformidad social sigue creciendo y ya no está dispuesto a escuchar más demagogia para atacar los problemas de pobreza y miseria, que éstas sí, siguen aumentando y ahorcando a las familias de nuestro país. Por el momento querido, lector, es todo.
En un mundo de abundancia, el hambre mata, como mínimo, a 2.1 millones de personas al año. Clarísimo.
La clase trabajadora se enfrenta a una disyuntiva: contagiarse de Covid-19 o perder su fuente de subsistencia. Más de 31 millones de mexicanos laboran en la informalidad y solo 26.5 millones cuentan con un empleo formal.
El morenista López Obrador tiene que enfrentar la realidad cuando México se ubica junto a Brasil, Estados Unidos y la India, como uno de los países más afectados por la pandemia.
La apertura de las tiendas departamentales y los centros comerciales se pospone hasta el próximo miércoles con la finalidad de evitar las aglomeraciones.
EE. UU. siempre ha estado sumergida en conflictos raciales debido a la supuesta “supremacía” de sus habitantes blancos.
En la “nueva normalidad” que promueve entusiastamente el gobierno de la 4T, se impulsa a salir a la calle “sin miedo, sin temores”.
Ahí está el Templo Mayor, que debe recordarnos la capacidad destructiva de un solo hombre.
“Los jóvenes nos quedamos aquí con la ola de violencia y con su negligente y criminal política de abrazos para los criminales y balazos para los jóvenes (…) por supuesto que nos da miedo, hoy estamos exigiendo lo más básico: que nos dejen vivir”.
Sexagenaria y jornalera, doña Aurelia revela que los programas sociales no llegan a mucha gente que trabaja y que son insuficientes para comprar los productos de la canasta básica cuyos precios siempre se hallan al alza.
Informó también que la disponibilidad de camas en terapia intensiva se redujo a un 35 por ciento.
Los histriones y apologistas inmediatos de la 4T –incapaces de reconocer el verdadero sentido del proceso histórico que estelarizan– creen que protagonizan un momento auroral.
Es necesario recordar que la liberación del pueblo solo puede ser obra del pueblo mismo, y que éste debe poner manos en la obra.
Hay una crisis que nuestros gobernantes no quieren ver, pero que millones de familias resienten más que nunca: el hambre, que causa terror y empieza a asesinar brutalmente a muchas personas.
Dentro de la reforma, propone la desaparición de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Comisión Reguladora de Energía (CRE) y varias subsidiarias de la CFE.
En los programas de estudio de las UBBJG falta claridad y sus sedes se hallan en malas condiciones, a decir de sus propios alumnos.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).