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Perteneciente a la Generación del 50, la poetisa, periodista y crítica Ileana Espinel Cedeño (Guayaquil, Ecuador, 1931-2001), es una de las voces femeninas más importantes en la lírica ecuatoriana de la segunda mitad del Siglo XX. A una edad muy temprana comenzó a escribir sus primeros versos y algunos críticos atribuye el tono dolorido, desgarrador, sangrante, a la precaria salud que siempre la acompañó, de ahí que frecuentemente se registre su nombre junto a poemas como Valium 10 y Dislate con pastillas, en los que expresa el sufrimiento físico y la efectividad de los fármacos para calmarlo; también destacan los antologistas el fino erotismo y su participación como fundadora del grupo Club 7, que uniría a cinco poetas –David Ledesma Vázquez, Sergio Román Armendáriz, Gastón Hidalgo Ortega y Carlos Benavides Vega– tras la salida de dos de ellos. Se la conoce por todos los años en que colaboró para las secciones culturales de los diarios El Universo, El Telégrafo y La Nación en su ciudad natal y para las revistas mexicanas Semana y Nivel y la venezolana Poesía; y porque en su natal Guayaquil, cada año, se celebra un Festival Internacional de Poesía que lleva su nombre. Sin embargo, es común que los antologistas eviten difundir aquellos poemas en los que sienta su posición política y forma junto a los poetas populares de su generación.
Ileana Espinel se suma a la tradición y escribe poesía para poetas; establece correspondencia lírica con el fantasma de literatos como Federico García Lorca (Canción para el gitano eterno); Delmira Agustini (Pregunta para Delmira), Óscar Wilde (Epístola al rey Óscar) o César Vallejo (Recado casi póstumo para César Vallejo) y los numerosos poemas epistolares a su amigo y paisano, el poeta David Ledesma Vázquez; dialoga también con grandes figuras de la historia universal, como en Vergüenza, publicado en La corriente alterna (1973-1978) en la que toma partido contra el golpe de Estado en Chile y condena el asesinato de Salvador Allende, a quien llama “luz cegada de Chile”.
Podría hacer un canto a su silencio
convocado por balas asesinas.
Podría renegar de los que ahora
se solazan de un vuelo derribado.
¡Podría –en este vértigo que me alza–
sollozar de telúrico coraje!
Mas sólo quiero –de vergüenza llena–
temblar por el espíritu de esas fieras
encanalladas de egoísmo y odio,
envilecidas de injusticia y cieno.
¡Esos que niegan la verdad del Pueblo
esos que roban al obrero su aire,
esos terratenientes insaciables
que anhelan perpetuar su coloniaje!
¡De vergüenza me visto en este día
por ustedes, falaces mercenarios,
que –traidores y sádicos– hoy bailan
al ritmo imperialista del Pentágono
la derrota de un Hombre con su Estrella!
Las sandalias del Tío Ho, recogido en Tan sólo 13 (1972), documenta su posición antiimperialista y por la autodeterminación de los pueblos del mundo.
Allí están, frente al Mundo,
tus sandalias guerreras
hechas de humilde caucho y de victorias.
“Tío Ho” para el orbe que regías:
no enarbolo la fe que te colmaba.
Pero inclino mis líricas banderas
ante tu rojo catafalco, héroe.
Canto tu corazón anochecido
en el suplicio del Vietnam libérrimo.
¡Y escribo por el triunfo de tu Pueblo!
Si alguna duda quedaba de sus ideas políticas y del por qué a menudo se antologan apenas un puñado de poemas autobiográficos de esta excelente poetisa, en Tan sólo 13 (1972), publica su Saludo agradecido a Vladimir Illich Ulianov:
Capitán de la fe liberadora
que ondea en la bandera proletaria,
mi desvelada sangre solidaria
canta el encuentro con tu nueva aurora.
Gracias por enfrentarnos con la diaria
tarea de forjar, hora tras hora,
un ideal de belleza bienhechora
en tu rebelde sed comunitaria.
Gracias por el amor con que has luchado
para salvar al Hombre y, liberado,
darle un mundo de paz donde subsista.
Capitán del presente y del futuro,
gracias, Lenin, por tu humanismo puro
que inauguró la Era Socialista.
Y de pronto apareció por ahí ese maldito Iceberg llamado Poesía o Literatura o Aburrimiento o lo que fuera, con la única condición precisa de no devenir en Aburrimiento ni por un instante.
Tuqan ha sido descrita como una de las tres grandes poetisas árabes de la poesía moderna junto a la iraquí Nazik Al-Malaika y la jordano-palestina Salma Jayyusi.
Nacida en 1936, palestina de Nablus exiliada en Irak, donde se licencia. Entre sus obras más destacadas está Canciones palestinas, en cuyos versos se dirige al pueblo palestino y a la humanidad.
Fue un poeta dedicado, estudió a fondo la forma y poder de las palabras, él mismo definió las ramas de su poesía en dos partes: “la poesía de la máscara”, que abarca temas íntimos; y “la poesía de proximidad o de grito”, que aborda temas sociales.
Su poesía es una especie de rendición de cuentas poéticas, de hechos cotidianos y de encuentros que ha tenido, con una especial atención a los más humildes.
Es poeta, traductor y autor de ensayos, líder de la generación joven de intelectuales de Bielorrusia.
Su autora es perita judicial, Elsa Josefina Zapata Castillo, quien sostiene que la escritura es la “proyección exterior del funcionamiento psicológico del cerebro”, en ella quedan registradas las “vivencias y las formas de ser de un individuo”.
Amparo Poch fundó, en 1936 –junto a Lucía Sánchez Saornil y Mercedes Comaposada–, la revista Mujeres libres.
Ante la situación desesperada de millones de familias tras la pandemia, muchos "marxistas" han caído en el servilismo más despreciable admitiendo la inviabilidad del socialismo, convirtiendo al marxismo en una caricatura y traicionando al proletariado.
Moderna e inteligente es la lírica de la ecuatoriana Espinel Cedeño; sin estridencias, se rebela ante las trabas impuestas a la mujer para participar en la vida intelectual.
Conocido por su habilidad para entrelazar temas sociopolíticos con historias personales y culturales.
El periodista Alejandro Envila Fisher nos lleva a conocer la verdadera historia de Huitzilan, contrario a lo que se ha querido hacer creer respecto a que fue Antorcha quien llevó la violencia al municipio, cuando en realidad fue gracias a Antorcha que ésta pudo eliminarse.
Maestro y poeta, las hadas no permiten que ni la cárcel ni la persecución lo amarguen; su poesía límpida y cristalina va a los niños, al pueblo; en ella se complacen todos, jóvenes y viejos. Es poesía.
Es poetisa, narradora, novelista Y autora de libros para niños. Sus poemas reunidos en "El nombre del pájaro" abordan la vida del pueblo con crudeza y franqueza, sin la romantización habitual de este tema.
El verso y la prosa son como dos pisos de la misma casa.
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Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.