Cargando, por favor espere...

La expansión de seguro médico más grande del mundo
A inicios del milenio, la República Popular China, un país con casi mil 300 millones de habitantes, logró dar acceso a servicios de salud a prácticamente la totalidad de la población rural.
Cargando...

En tiempos como los actuales, cuando la amenaza de guerras nucleares, catástrofes climáticas o nuevas y terribles pandemias constituyen el único horizonte imaginable para muchos, se vuelve imprescindible pasar revista a los acontecimientos que se mueven en la dirección opuesta y que nos recuerdan que es posible avanzar en la construcción de una vida más plena para todos. El caso al que me referiré hoy (quizás no sorpresivamente) se ubica en la República Popular China y tiene que ver con cómo, a inicios del milenio, un país con casi mil 300 millones de habitantes logró dar acceso a servicios de salud a prácticamente la totalidad de la población rural.

Me refiero a la implementación del “Nuevo Plan Médico Cooperativo” (NPMC) en 2003, cuyos efectos se reportan en un reciente estudio de dos economistas del Buró Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, que ha atraído gran atención por la dimensión del fenómeno analizado. Los autores califican a este programa como “la expansión de seguro (médico) más grande de la historia”. No solamente la magnitud del programa y sus efectos merecen consideración, sino las condiciones en que se implementó, ya que no estamos hablando de un proyecto realizado en un país rico y poderoso, como podríamos pensar si proyectamos el presente al pasado, sino en la China de 2003. Para ilustrar la cuestión, consideremos que, en ese entonces, el PIB per cápita de México era siete (¡sí, siete!) veces mayor que el de China. Es decir, China era un país “de ingreso bajo”; con brillantes perspectivas, sí, pero con capacidades productivas y de financiamiento todavía enormemente limitadas.

El problema era mayúsculo: el proceso de reforma que abrió a China a las relaciones capitalistas de producción y al mercado mundial terminaron por erosionar las comunas rurales, que eran las unidades productivas y sociales bajo las que se determinaba el acceso a servicios de salud. Así, la cobertura rural pasó de la universalidad (antes de 1979) a casi cero por ciento en la década de los noventa: los ciudadanos chinos en zonas rurales debían pagar de su bolsillo casi la totalidad de los gastos de salud. Pero tan solo en cinco años, de 2003 a 2008, se volvió a invertir la situación: la cobertura de salud para la población rural volvía a ser prácticamente universal. Es importante mencionar que, obligado por el bajo nivel de desarrollo económico, el programa no garantizaba atención completamente gratuita, sino que presentaba distintos esquemas para compartir gastos entre los pacientes y el Estado. Estos esquemas, a su vez, eran dependientes de condiciones económicas locales.

Los efectos son impresionantes: los autores del estudio estiman que el NPMC contribuyó en un 78 por ciento al aumento en al esperanza de vida observada desde entonces y, en su pico (desde 2008), salvó un millón de vidas al año. Los mecanismos son múltiples; el programa, al proveer cobertura no solo ante enfermedades leves, sino en eventos catastróficos, redujo enormemente el gasto de bolsillo de las personas que de por sí gastaban más en salud. Esto liberó enormes cantidades de recursos para acceder a formas de vida y consumo más saludables. Por otro lado, el número de personas que accedían a servicios de salud ante problemas menores aumentó en términos absolutos. En síntesis: menor costo y mayor utilización de los servicios de salud están detrás del éxito del programa de expansión médica más grande del mundo.

Es imposible no contrastar lo aquí narrado con la realidad nacional. La promesa de AMLO de convertir el sistema de salud mexicano en uno comparable al de Dinamarca debería, a estas instancias, generar la indignación de los mexicanos. No solo por tratarse de algo absolutamente imposible de realizar en un sexenio y ser por eso muestra de demagogia descarada, sino por la evolución real que nuestro sistema de salud ha tenido durante el primer gobierno de la 4T: desde la caótica eliminación del Seguro Popular y su sustitución por el Insabi y la centralización en la compra de medicamentos que provocó desabasto, hasta la culminación de este ir y venir errático con la eliminación del Insabi y su sustitución con el IMSS-Bienestar, es decir, el reconocimiento en los hechos del fracaso rotundo de la 4T en materia de salud, cuyo efecto ha sido un padecimiento humano enorme que pudo haber sido evitado. Ante este caos, que ciertamente no es nuevo, pero que sí se ha agravado en los últimos años, debemos evitar el pesimismo inmovilizador y reconocer que, como prueba el caso discutido en este artículo, sí es posible construir un sistema de salud humano que responda a las necesidades de todos.


Escrito por Jesús Lara

Licenciado en Economía por El Colegio de México. Doctorante en Economía en la Universidad de Massachusetts Amherst de EE.UU.


Notas relacionadas

Sinaloa se estima que recibirá un presupuesto con una variación inferior al 0.7 por ciento.

En la categoría de alta prioridad, la OMS ha incluido bacterias como la salmonella y la shigella.

El problema es grave, los cárteles están en todo el territorio nacional. Nuestros gobernantes están en contubernio con los criminales y en el mejor de los casos “son de chocolate".

Los más pobres de México, los que menos ganan, son a quienes más ha pegado el incremento de la inflación en el país, lo que evidencia el fracaso de la política social del gobierno de la 4T.

En el libro "Ni universal, ni público (ni danés): el sistema de salud de la 4T", especialistas advierten que aquél no puede aplicarse en México porque el sistema de salud mexicano está “segmentado, subfinanciado, monopólizado y centralizado".

Este tipo de cáncer de mama triple negativo representa entre el 10 y el 15 por ciento de los casos en el país.

El procedimiento para el proceso de entrega de medicamentos inicia con una llamada al 5595 0009 11, en la que el paciente deberá indicar a qué institución médica pertenece, ya sea del IMSS, IMSS-Bienestar o ISSSTE.

“Nosotros tenemos 200 pacientes, de los cuales el 90 por ciento han sido adoptados por los trabajadores, es cierto y triste decirlo”, aseguró Julieta Pérez, dirigente de la sección 82 del SNTSS.

La desaparición del Seguro Popular no solo priva a los hospitales de los recursos necesarios para prestar atención de mínima calidad.

La barda perimetral del nosocomio presenta algunos riesgos.

Muchas de las enfermedades “del mundo moderno” (cáncer, diabetes, hipertensión, asma, demencia) son producto de los “malos hábitos” alimenticios y falta de ejercicio.

La OMS señaló que el consumo de tabaco resulta perjudicial en todas sus formas y no existe un nivel seguro de exposición.

La asignación para salud será de 66 mil millones de pesos, una cifra inferior a los 101 mil millones de pesos destinados a este sector en 2024.

¿Sabías que hay parásitos capaces de curar enfermedades como el asma, eccema o alergias?

Secretario de salud federal, Jorge Alcocer, descarta que la precaria situación en Acapulco amerite una declaratoria de emergencia sanitaria.