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Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador se presentan como dos polos opuestos del espectro político latinoamericano. Mientras el mandatario mexicano mantiene un discurso antineoliberal y pretendidamente revolucionario, el brasileño impulsa una agenda económica y social de corte conservador. Desde sus tribunas presidenciales, los dos expresan abiertamente posiciones contrarias: López Obrador ha hecho un mantra del lema “primero los pobres” y Bolsonaro truena en cada oportunidad contra las políticas “populistas e irresponsables” del Partido del Trabajo (PT). Ambos asumen posturas aparentemente opuestas. Existen, sin embargo, al menos cuatro características que comparten tanto el presidente brasileño como el mexicano. Veamos.
Empoderamiento de las Fuerzas Armadas. Bolsonaro es un ferviente defensor del gremio castrense de su país. Como excapitán del ejército, ha mantenido un discurso de protección y apoyo a las Fuerzas Armadas, llegando incluso a calificar como deseable la instauración de un gobierno militar como el que vivió Brasil en los años 70 del siglo pasado. Bajo esta óptica propia de las dictaduras de seguridad nacional, el mandatario brasileño ha emprendido un discurso de linchamiento contra sindicatos, feministas y comunistas. En México, el Presidente también les ha dado a las Fuerzas Armadas un poder que no tenían desde la posrevolución. Ahora, la marina y el ejército controlan los puertos, patrullan el país para que los migrantes no lleguen a Estados Unidos (EE. UU.), construyen aeropuertos y, en el discurso presidencial, la institución castrense es una de las más consentidas. Algunos hablan de una militarización del país.
Apoyo de las iglesias evangélicas. Bolsonaro no oculta su filiación religiosa: en 2016 fue bautizado en el río Jordán como miembro de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Desde que era candidato, y ahora como presidente, el brasileño goza del respaldo de una amplia red de iglesias evangélicas, las cuales le han ganado feligreses a la iglesia católica y juegan un rol importante en la política, pues su trabajo comunitario les permite dialogar con el pueblo brasileño y predicar las bondades de Bolsonaro. López Obrador, por su parte, se ha apoyado en las iglesias evangélicas (en la católica no) para “moralizar” a la población mediante la difusión de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, pero también para hacer de los creyentes evangélicos uno de sus baluartes electorales más seguros. Si bien el mandatario mexicano no expresa abiertamente su credo, sus discursos y mensajes están llenos de referencias cristianas que invitan al arrepentimiento, a hacer el bien y a amar al prójimo.
Combate a la corrupción. El discurso del combate a la corrupción no es nuevo en el mundo, en América Latina, ni en México. De hecho es una de las banderas más manidas por las plataformas políticas conservadoras. Montado en el caso Lava Jato y en el proceso judicial abierto contra Lula, Bolsonaro llegó a la presidencia con la promesa de encarcelar a todos los corruptos del PT y limpiar a Brasil de esa lacra social. López Obrador, siguiendo un comportamiento similar, mantiene una cruzada contra la corrupción de los gobiernos pasados y se ha propuesto purificar la vida nacional mediante una regeneración moral del país. La lucha contra la corrupción es un elemento que el brasileño y el mexicano explotan como distractor, según los altibajos que viven sus gobiernos.
Transferencias monetarias directas. Si bien este tipo de programas no son exclusivos de Bolsonaro y Andrés Manuel, sí son importantes para explicar el papel que desempeñan en la aprobación de estos presidentes. Bolsonaro, a pesar de impulsar un proyecto neoliberal, conservador y racista, ha subido su popularidad en los últimos meses gracias a las transferencias monetarias que comenzó a distribuir en plena pandemia. Así, a pesar de que han aumentado la desigualdad y la pobreza, y a pesar de los 160 mil muertos por el Covid-19 que registra su país, los brasileños ahora ven mejor al gobierno de Bolsonaro que cuando comenzó su gestión en enero de 2019. Conocedor de los efectos psicológicos que generan los apoyos monetarios, López Obrador empezó a distribuir recursos por esta vía desde el inicio de su gobierno. El reparto de dinero ha permitido al presidente mexicano conservar una aprobación superior al 50 por ciento a pesar de la contracción económica, el aumento de la inseguridad y los casi 70 mil muertos generados por la pandemia durante su gobierno.
En realidad existen más de cuatro elementos compartidos entre Bolsonaro y AMLO, sin embargo, este espacio no permite revisarlos todos. Basten los cuatro aquí apuntados para mostrar que la forma en que la pretendida “Cuarta Transformación” y su líder ejercen el poder está mucho más cerca de la ultraderecha de Bolsonaro de lo que están dispuestos a confesar.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recibió un país con problemas graves, los cuales hoy no solo no han disminuido, sino que se han intensificado y multiplicado.
Política mal ejercida desde el poder Federal, medidas sin sustento, y gobierna con ocurrencias y acciones que llevan a todos lados, menos a atender las demandas más urgentes de la población.
El presidente dejó la puerta abierta a invitar a colaborar con el Ejecutivo a otros altos funcionarios opositores.
Escuchó “con respeto y atención” las peticiones del grupo de investigadores, a quienes reiteró que el Poder Judicial actuará con independencia e imparcialidad en el caso.
Cada vez resultan más desagradables las preguntas oficiosas.
La Constitución señala que los partidos pueden perder su registro por obtener menos del 3 por ciento durante la elección federal ordinaria anterior para la presidencia.
Con grandes pendientes e importantes problemas por resolver en materia de salud, educación, infraestructura y política fiscal, concluirá el sexenio de López Obrador, aseguró México Evalúa.
Llama la atención, en cambio, que no se diga nada sobre las medidas a tomar en materia de redistribución de la renta nacional
En los primeros nueve días de junio se han registrado un total de 687 homicidios.
El PND, parece que tras su aprobación va a tener varios problemas y uno de los que se ve es con el Poder Judicial, pues hay abogados que están listos para los juicios de amparo contra la aplicación del documento sexenal del presidente López Obrador.
Otro porcentaje muy alto de personas que sacan de sus bolsillos el gasto para la salud son quienes están afiliados al Instituto de Salud para el Bienestar.
Este avasallamiento a las instituciones, puntualizó, no es exclusivo del gobernador morenista, pues viene desde el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El gobierno de la 4T, no ha logrado la creación de empleos, en mayo cayó en un 88%.
La CFE pretende dejar sin energía eléctrica a la Villa Estudiantil, afectando a unos mil estudiantes.
A nivel familiar, el principal problema que les afecta es la economía, pues el 43.6 por ciento así lo consideró; la seguridad, el 30 por ciento y los problemas sociales con el 12.4 por ciento.
Vacuna rusa contra el cáncer podría estar lista para finales de 2025
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China desmiente informe de la CIA sobre el origen del Covid-19
Firman acuerdo de paz para Tepito con apoyo de organizaciones civiles
Estudiantes oaxaqueños exigen justicia ante agresiones a sus compañeros
Escrito por Carlos Ehécatl
Maestro en Estudios de Asia y África, especialidad en China, por El Colegio de México.