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Hasta el pasado 23 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) impartió mil 423 conferencias de prensa matutinas en las que, en promedio, emitió 90 afirmaciones falsas o “mentirosas” al día, según especialistas en comunicación social.
Analistas y organizaciones civiles coinciden en que en los foros públicos, en lugar de un debate serio sobre los grandes problemas nacionales, el mandatario morenista aprovechaba para denostar y calumniar a opositores, otras instituciones de Estado y periodistas que adoptaron alguna posición crítica contra actos de su gobierno.
Los especialistas afirmaron que las “mañaneras” −la mayoría efectuadas en el Salón Tesorería de Palacio Nacional de lunes a viernes a partir de las 7:00, con dos horas de duración en promedio− fueron, en realidad, un instrumento de propaganda política, desinformación, linchamiento y verborrea megalomaníaca para exaltar la figura de AMLO.
AMLO contó con el apoyo de varios medios de comunicación, periodistas, empresarios y líderes partidistas afines a Morena, que reprodujeron los ataques y calumnias que frecuentemente profirió contra otros partidos de oposición, organizaciones civiles y sociales a las que jamás concedió derecho de réplica.
En algunas ocasiones reveló, incluso, datos personales e ingresos monetarios de varias figuras públicas −entre ellos algunos periodistas destacados− sin preocuparse del riesgo de seguridad física; ya que toda su administración se le fue en organizar ruedas de prensa en Palacio Nacional en lugar de resolver los problemas del país.
Por ello, los graves problemas de pobreza generalizada, miseria extrema, desempleo, inflación, ínfimo crecimiento económico y seguridad pública aumentaron en lugar de disminuir durante su administración; gran parte de ese lapso se fue en palabrería vana.
Su oficina de prensa informó que, entre diciembre de 2018 y diciembre de 2023, el Presidente había realizado mil 259 conferencias de prensa matutinas, de las que mil 127 se habían efectuado en Palacio Nacional y 132 en recintos de otras entidades federativas.
Sólo en 2023 realizó 242 conferencias en 15 entidades; y hasta ese año únicamente en 12 ocasiones las suspendió.
Sobre las conferencias de prensa, Luis Estrada, especialista en comunicación social de la empresa consultora SPIN, explicó que las mañaneras “más que un ejercicio de transparencia, información o rendición de cuentas, son un espacio de propaganda”, porque en ellas no se plantean los hechos noticiosos ni las crisis sociales del momento.
Hasta el 31 de julio de este año, la consultora SPIN había contabilizado mil 394 conferencias de prensa matutinas con un promedio de duración de 120 minutos cada una, es decir, dos horas. Hasta el 23 de agosto se habían efectuado mil 423; y durante su sexenio AMLO les dedicó el equivalente a casi cuatro meses ininterrumpidos de palabrería.
El experto en comunicación política e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Trejo Delarbre, advirtió a buzos que las conferencias de prensa de AMLO fungieron como un instrumento de propaganda del grupo político en el poder; y que en su realización se han utilizado recursos públicos.
Todo gobierno, explicó, tiene la obligación de informar a los ciudadanos sobre los hechos y resultados de su gestión política para cumplir con su obligación de transparentarlos públicamente; y agregó que las mañaneras resultaron un fracaso respecto a este mandato legal; aunque como estrategia de comunicación política de partido fueron un éxito.
“Esto lo percibimos durante más de cinco años. Todas las mañanas, los mexicanos recibieron mensajes de promoción de una opción política, con un sesgo político y con una enorme opacidad; y porque, de una gran cantidad de acontecimientos, el Presidente no informaba y simplemente ofrecía su versión para eludir la rendición de cuentas a la que realmente está obligado”, denunció en entrevista.
A decir de Trejo Delarbre, el país enfrenta múltiples problemas de toda índole debido a las malas decisiones gestadas en este gobierno. Pero el México que AMLO muestra en sus conferencias está “profundamente maquillado por el voluntarismo gubernamental, por el ocultamiento de datos, por la intención de disimular los problemas en que viven millones de personas; un México de limitaciones y problemas causados por la incapacidad del gobierno para resolver las carencias más elementales”.
En sus “mañaneras”, el Presidente no cumplió con su deber de informar a los mexicanos, sobre qué pasaba en México, “pero sí persuadió a muchos acerca de las bondades de su gobierno. Sea cual sea el balance que tengamos de este gobierno, hay que reconocer que una gran cantidad de mexicanos está de acuerdo con la versión del gobierno y por eso votaron por su partido y por la candidata de éste a la Presidencia de la República”, señaló el investigador.
El experto agregó que, en la organización de las ruedas de prensa, el Presidente contó con recursos públicos y un amplio grupo de reporteros afines al gobierno a quienes se asignaron los mejores espacios en las conferencias.
“En México, algunos de los medios repitieron un discurso plagado de mentiras. Sí creo que los medios de comunicación suelen estar atados a la publicidad que ofrece el gobierno y que está dirigida evidentemente como fuente de información. Eso lo hacen los medios en casi todo el mundo, pero, por supuesto, en ninguna parte del mundo hay un Presidente tan verborreico como el que tenemos en México, aunque eso no es lo que hubieran querido los medios profesionales”, lamentó el investigador.
Trejo Delarbre destacó que en la cobertura de las actividades presidenciales hubo “literalmente una pandilla de simuladores que pretendían ser periodistas, pero que en realidad eran aduladores del titular del Gobierno Federal”; y a pesar de que estaban frente a él, hubo periodistas, aunque “muy pocos, que pudieron exhibir las mentiras, confrontar sus versiones con otras a fin de replicar al Presidente”.
El académico de la UNAM Axel Velázquez Yáñez, quien con otros investigadores publicó el libro Comunicación política en el gobierno de AMLO. Mañaneras, disputas y actores en el espacio público en la 4T, reconoce que el modelo de comunicación política utilizado por AMLO “ha mostrado ser efectivo. No obstante, también implica la sobreexposición de un relato sencillo que depende, en buena medida, de culpar al pasado y a los adversarios políticos. No se adapta a problemáticas complejas, tampoco admite contradicciones o nuevos actores”.
Aclaró además que “las conferencias matutinas se han vuelto un espacio donde se desdibuja el límite entre el discurso político, las noticias de actualidad y el entretenimiento. Esto se explica porque, tanto en redes como en medios tradicionales, importa el posicionamiento de un discurso, o su viralización, más allá de que responda a las características tradicionales de su emisión”.
En su ensayo Las mañaneras de AMLO y los abusos de la comunicación presidencial, auspiciado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Kevin Zapata Celestino coincide con este punto de vista; e indicó que, en dichas conferencias de prensa impera “la saturación mediática y la retórica incendiaria promovida por el Presidente, lo que tiene, como consecuencia, la polarización de la sociedad y la ruptura del diálogo ciudadano.
“Esta forma de comunicación no sólo incumple con los estándares requeridos para el desarrollo cívico del país, sino que puede llegar a poner en riesgo a las instituciones que sostienen a la democracia. Las mañaneras, aunque legales, son cuestionables desde una perspectiva moral y ética debido a sus efectos nocivos para la vida social y política de México”.
Hasta abril de 2023, el especialista Luis Estrada había contabilizado 101 mil 155 “afirmaciones falsas o engañosas” en las conferencias de prensa matutinas del Presidente, o para aludirlas con otra palabra: mentiras.
En su libro El imperio de los otros datos. Tres años de falsedades y engaños desde Palacio, Estrada precisó que, hacia la mitad de su sexenio, AMLO había emitido 67 mil afirmaciones falsas, engañosas o que no podían probarse, cuyo promedio fue de 90 diarias.
También, mediante el análisis del montaje de las conferencias matutinas, comprobó que la mayoría de los “reporteros” sentados en la primera fila durante su conferencia efectuaba preguntas “a modo”, en forma de comentario o sin cuestionar al Presidente de la República, para darle pautas a responder y que no se molestara.
El año pasado, la agrupación Artículo 19 publicó también el informe Desinformación oficial y comunicación social, en el que se plantea que el 44.1 por ciento de las declaraciones del Presidente entre 2019 y 2022 carecía de sustento informativo, hecho reconocido por su oficina de prensa en respuesta a 84 solicitudes de información y 22 recursos de revisión.
El informe detalla, asimismo, que esta dependencia se “declaró incompetente” para informar el otro 32.4 por ciento de los testimonios del Presidente; por lo que Artículo 19 asumió que el 8.8 por ciento de éstos fueron “declaraciones engañosas” y el restante 5.9 por ciento “declaraciones falsas”. Es decir, la Dirección de Comunicación social de la Presidencia de la República, a cargo de Jesús Ramírez Cuevas, no pudo demostrar los juicios de AMLO en las conferencias de prensa “mañaneras”.
Por ello, el informe de Artículo 19 concluye que “el Gobierno Federal ha desplegado una estrategia de desinformación dentro de su política de comunicación social, la cual se acompaña de la cancelación efectiva de los procesos legales de acceso a la información, así como del ataque a voces críticas, a las que identifica como adversarias”.
En este año, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) asignó a la oficina de comunicación social del Poder Ejecutivo 554 mil 460 millones de pesos (mdp) para cubrir sus gastos, monto 9.6 por ciento mayor al asignado en 2023.
De este monto hay un porcentaje que no precisa la cantidad destinada a las conferencias matutinas, a pesar de que este modelo de comunicación ha resultado muy exitoso para la carrera política de AMLO, ya que lo utilizó cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX entre los años 2000 y 2005.
A pesar de la supuesta aplicación de “austeridad republicana”, el Presidente otorgó privilegios a un pequeño grupo de medios de comunicación entre los que destacan las empresas audiovisuales Televisa y TV Azteca y el diario La Jornada, uno de los medios impresos con menor demanda nacional.
El informe La publicidad oficial en 2022: menos gasto, misma opacidad, de Artículo 19 y Fundar, evidencia que, en ese año, el gobierno de Morena pagó 682 mdp por concepto de publicidad a estos tres medios, cifra equivalente al 28 por ciento de los recursos destinados a este rubro. Televisa recibió 245 mdp; TV Azteca, 223 mdp; y La Jornada, 214 mdp.
“La concentración de publicidad oficial en un reducido número de medios de comunicación afecta directamente a la pluralidad de la información y la libertad de expresión en nuestro país. Durante 2022 se registró que un total de 450 medios recibieron recursos de publicidad oficial. Sin embargo, esta distribución resultó desigual, ya que 10 de ellos acapararon el 52.88 por ciento del presupuesto, representando mil 283 mdp, mientras que el resto, 440 medios, obtuvo el 47.12 por ciento que equivale a mil 145 mdp”, detalla el informe.
La misma agrupación reveló que en la primera mitad del sexenio, Televisa recibió 933 mdp; TV Azteca, 848 mdp; y La Jornada, 771 mdp; estos tres sumaron dos mil 552 mdp, es decir 29.5 por ciento del total.
Esta práctica no ha cambiado al final del sexenio; en 2023, La Jornada −el medio favorito del Presidente, porque supuestamente es también de “izquierda”− ocupó el primer lugar en recibir publicidad institucional, según el analista Manuel Toral en su informe Comunicación social: doce años de discrecionalidad, publicado en la revista Nexos.
“De manera adicional, destaca La Jornada como el máximo beneficiario de los recursos para publicidad oficial a partir de 2018”, aclara el informe que destaca a los pocos medios de prensa privilegiados económicamente por AMLO.
Contrario a éstos, destaca Artículo 19, se hallan los dos mil 941 agravios que el Presidente acumuló contra medios de comunicación y periodistas en los pasados cinco años y los 41 comunicadores sociales asesinados cuyos familiares no han recibido ninguna atención de su gobierno.
A pesar de que AMLO presume que sus conferencias de prensa matutinas, mejor conocidas como “mañaneras”, son la vía por la que se informa la mayoría de los mexicanos, y no por los medios tradicionales, la realidad es que apenas un 17 por ciento afirmó que las “observa con mucha frecuencia”, según el estudio realizado por el Observatorio Mexicano de Medios.
El Observatorio Mexicano de Medios presentó, el martes pasado, su informe ¿Todos mienten? Detrás de la crisis de confianza en las noticias en México; basado en una encuesta, dicho estudio revela en el capítulo Descalificación gubernamental que “dentro del universo estudiado, 42 por ciento aseguró no observar las conferencias del Presidente, 41 por ciento las observa ocasionalmente y 17 por ciento las observa con mucha frecuencia”.
La iniciativa ciudadana retomó la premisa del “Digital News Report del Reuters Institute para México, que sostiene que, al menos los últimos tres años, se ha venido señalando que las constantes descalificaciones del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desde su rueda de prensa matutina, han impactado en los niveles de confianza en las noticias que año con año disminuyen”.
En este contexto, el Observatorio Mexicano de Medios incluyó en su informe la opinión de especialistas con respecto al papel de las “mañaneras”, en torno a si cumplieron con su función. Daniela Mendoza, directora de VerificadoMX, considera que en la conferencia matutina del Presidente se ha dado una confrontación pública con la prensa que no le es fiel y le cuestiona los resultados del gobierno. Para Mendoza, el mandatario ‘expropió la causa de la verdad’ y profundiza que ‘todo aquel que le contrarie o cuando los números lo contrarían asume que está mal’, consigna el informe.
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Escrito por Trinidad González .
Reportero. Estudió la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.