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El domingo 13 de diciembre, el Gobierno Federal inició la entrega de apoyos económicos a los damnificados de las inundaciones en Tabasco; el operativo resultó caótico, desastroso y, como se dice coloquialmente, peor que “una pelea de perros”. ¿Por qué la “Cuarta Transformación” (4T) es incapaz de organizar algo tan sencillo como definir módulos de entrega en cada comunidad o barrio mediante la colocación de una simple cartulina donde se indique el lugar de las filas con base en el orden alfabético de los apellidos de los beneficiarios?
Como se corrió el rumor de que en vez del aproximado millón de damnificados solo fueron censados alrededor de 200 mil y que éstos deberían llegar muy temprano, muchas personas montaron guardia desde la noche anterior afuera de los lugares donde se entregarían los apoyos… y donde no pocos de ellos solo recibieron la explicación “usted no está en la lista”. Este problema provocó que el Gobierno Federal se viera obligado a suspender dicha operación en al menos cuatro municipios y que los medios difundieran lo sucedido, apuntando que dichas aglomeraciones caóticas expusieron a la población al contagio del Covid-19.
Los tabasqueños llevan varios meses sufriendo y han recibido de otros estados de la República más expresiones de apoyo solidario con víveres, ropa y medicamentos que del Gobierno Federal. La única institución siempre presente es la Marina, que habilitó un helicóptero para transportar esta ayuda a las comunidades rurales más apartadas de Tabasco, incluidas en ella más de 200 toneladas que el Movimiento Antorchista juntó en sus centros de acopio social en todo el país.
El desastre es tan grande que requiere la creación de un plan estatal y federal de mediano y largo plazo, que incluya la construcción de obras hidráulicas de gran calado que ayuden a frenar el impacto de un fenómeno natural recurrente en la región. Pero la inversión que dotaría de recursos a este plan no está contemplada en el PEF 2021, que no destinó un solo peso para financiarlo.
Frente a este negro panorama los tabasqueños han iniciado una campaña para recabar decenas de miles de firmas exigiendo a los gobiernos Federal y estatal que destinen los recursos necesarios para ejecutar un plan hídrico integral con el que jamás vuelva inundarse su entidad.
Ya son varios proyectos de este tipo los diseñados y puestos en marcha en el pasado reciente, pero ninguno se ejecutó a cabalidad; los burócratas federales prefirieron distraer el dinero público en proyectos políticamente más redituables que salvaguardar la vida y el patrimonio de los humildes. Sin ir más lejos, la desaparición del Fonden, que el gobierno morenista extinguió junto con otros fideicomisos para financiar sus programas sociales electoreros. El único gasto incluido en el PEF 2021 relacionado con el exceso de agua en Tabasco tiene un monto de 200 millones de pesos y se limita al dragado de los ríos que desembocan en el Golfo de México; esta inversión es tan insuficiente como lo sería recetar un mejoral para curar un cáncer.
El Informe de Pobreza y Evaluación 2020 del Coneval ubica a Tabasco en el primer lugar nacional por el número de pobres, pues un millón 151 mil ciudadanos carecen de acceso a la alimentación, cifra que sin duda aumentó drásticamente con las inundaciones, que arrebataron pertenencias y dañaron severamente los hogares y cosechas de miles de familias.
Los 10 mil pesos que el gobierno está ofreciendo a un muy “selecto” grupo no solucionarán el problema. Las familias destinarán ese dinero, si es que llega, a la compra de alimentos para sobrevivir unos días, pero no podrán recuperar lo que perdieron por las lluvias y la decisión presidencial de sacrificar a los más humildes para salvar a la capital de la entidad abriendo las compuertas de una presa.
A grandes males debe haber grandes remedios. En Tabasco los mexicanos afectados buscan resolver de fondo el problema y lo harán con el respaldo de todos los mexicanos. Ya es hora de que el Gobierno Federal morenista se actualice y elabore los proyectos que el país requiere con urgencia y que les dé el dinero necesario para su ejecución. Comités de la sociedad civil están llamando a todos los sectores de la sociedad tabasqueña para conformar un gran frente común que consiga que “Tabasco jamás regrese al agua”.
Las carencias del pueblo y el olvido de los gobiernos de López Obrador y Adán Augusto López motivaron esta movilización popular y su demanda, hacia la cual tendrán que voltear y atender si no quieren que las protestas perduren durante muchos meses. En unas cuantas semanas, una comisión de paisanos de López Obrador llegará a Palacio Nacional para entregar una carta con miles de firmas en la que le exigirán atención a sus problemas, en especial el de las inundaciones. Ahí se verá, una vez más, la verdadera altura política del Presidente. Por el momento, querido lector, es todo.
El cambio y el movimiento en la sociedad son menos perceptibles que en los fenómenos naturales. Hay
Los funcionarios del gobierno en turno y su partido, Morena, no se recatan a la hora de impulsar a los llamados Servidores del la Nación para que realicen la encomienda de AMLO, convirtiéndolos con esto en “Servidores de Morena”.
Solo un cambio estructural hará surgir una moral nueva, donde no tengan cabida la delincuencia ni la corrupción; una moral humana y solidaria, donde el hombre vea en el progreso colectivo el suyo propio.
Piden al gobierno del estado y del ayuntamiento de la ciudad para que intervengan, en lo que consideran será un brutal despojo a los ejidatarios.
Desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador los apoyos al campo se han retirado, subsidios de semilla, Procampo y entre otros que servían de apoyo para sus huertas.
El mensaje de los representantes del catolicismo ha sido claro y ningún mexicano ignora la realidad; la violencia y la inseguridad son imposibles de ocultar y menos cuando el país tiene ya más de 125 mil homicidios en lo que va de la administración.
La llamada “Cuarta Transformación” no ofrece nada. El gobierno lópezobradorista ha cumplido ya su primera mitad y ante sus resultados evidentes el pueblo debe estar consciente de que su suerte no cambiará, que fue víctima de un nuevo engaño.
En Texcoco, Morena ha gobernado los últimos 10 años, sin embargo, de los 277 mil 562 texcocanos, más de 143 mil no tienen acceso al agua potable; casi 5 mil viven en casas con piso de tierra y otras 5 mil familias carecen de drenaje.
Tras haber excluido del presupuesto las necesidades más urgentes de la gente, como la reconstrucción de Acapulco, Morena y aliados (PVEM y PT) aprobaron en comisiones PEF 2024 por mayoría.
La militarización en el país tiene raíces más profundas, que van más allá de las iniciativas y acciones del gobierno federal.
Y no sólo en AMPEVIS, sino también en el Centro de Justicia para la Mujer de Amecameca, instancia a la que remiten a las víctimas los fines de semana.
La alcaldesa Xóchitl Flores exige “altos pagos” por derecho de piso, aportaciones semanales, y la colocación de lonas con leyendas de Morena, lo cual es ilegal.
La decisión también incluye a su suplente y padre, Miguel Ángel Yunes Linares.
Entre sus demandas está la construcción de un laboratorio de física y química y un camión para viaje de estudios, entre otras. Sin embargo, a dos años de las peticiones, no se han resuelto.
El mayor desafío se halla en la identificación de los propietarios de las embarcaciones, ya que no existe un registro claro.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).