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La guerra sucia en Yemen
El reportaje de la televisora alemana DW "La guerra sucia en Yemen", de los periodistas franceses Guillaume Desquié y Nicolas Jaillard, revela que en Yemen ha existido una agresión sistemática de EE. UU. y algunos de sus gobiernos títeres.
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En el ajedrez geopolítico mundial el panorama se ha hecho cada vez más complejo, dadas las fuerzas económicas, políticas y militares que están interviniendo en los conflictos bélicos más importantes que afectan a la sociedad contemporánea. A raíz de haberse iniciado la feroz escalada bélica del Estado sionista israelí en la Franja de Gaza, en octubre de 2023 (escalada en la que ya han sido asesinados más de 23 mil palestinos, resultado heridos más de 55 mil habitantes de esa parte del Medio Oriente y desplazadas cerca de dos millones de personas del norte y centro de Gaza hacia el sur de esa franja), diversos grupos y naciones de origen árabe o de orientación religiosa musulmana han iniciado o intensificado acciones militares en contra de Israel. Irán es la nación que está tratando de debilitar a Israel, peón de Estados Unidos (EE. UU.) en el Medio Oriente. Las alianzas que tiene Irán con el grupo libanés Hezbolá y los integrantes del grupo que domina el norte y occidente de Yemen, los llamados hutíes, revela que el conflicto en aquella región del mundo es mucho más amplio y tiene muchas más aristas que hacen de la región un polvorín que puede estallar y generar una guerra de grandes proporciones y mayores repercusiones en el mundo.

Para entender la participación de los hutíes (yemeníes) en la guerra contra Israel, es necesario tener en cuenta que en Yemen se ha desarrollado un conflicto bélico al interior de esa nación en la que los rebeldes hutíes han buscado que Yemen sea independiente del control de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que han tratado de someter a Yemen a su control económico, político e ideológico. Para ver la tragedia de los yemenitas hay que recordar que, en 2015, una coalición de naciones dirigida por EE. UU. e integrada por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Baréin, Jordania, Marruecos y Sudán llevaron un ataque aéreo para castigar a los yemenitas rebeldes, y lo más grave que ha provocado esa guerra –siempre silenciada por la prensa corporativa occidental– es que han sido desplazados más de 4.5 millones de personas, más del 70 por ciento de los yemeníes vive por debajo del umbral de la pobreza y cerca de 18 millones requieren apoyo humanitario para sobrevivir (según datos de la ONU). Para tratar de entender por qué ahora los hutíes están bloqueando la entrada al Mar Rojo a los buques petroleros y comerciales que transportan productos para Israel y EE. UU., hay que ver algunos documentales o reportajes periodísticos, como uno transmitido por la televisora alemana Deutsche Welle titulado La guerra sucia en Yemen, realizado por los periodistas franceses Guillaume Desquié y Nicolas Jaillard. Este reportaje nos muestra de forma elocuente cómo en Yemen ha existido una agresión sistemática del imperialismo yanqui y algunos gobiernos que han sido títeres de EE. UU. en la región. En el reportaje se establece el intento del abogado francés Joseph Bréham de acopiar información para denunciar la agresión de la coalición encabezada por los yanquis y se recoge la opinión de habitantes de Saná, la capital del noroeste de Yemen. En esas declaraciones se evidencia que en el bombardeo de 2015 la aviación agresora también dejó caer bombas sobre monumentos históricos considerados patrimonio cultural de la humanidad, según lo establecido por la ONU. También queda claro que la coalición utilizó las bombas “de racimo” (en Yemen han muerto en esa guerra cerca de 400 mil personas).

Ahora, en estos momentos, flota en el ambiente de la geopolítica mundial una pregunta: ¿por qué ahora EE. UU. y sus aliados de la OTAN no se han lanzado con todo su poder militar en contra de Yemen, ahora que el 85 por ciento del comercio naval que pasaba por el canal de Suez tiene que bordear África aumentando los costos de las mercancías gringas, europeas e israelíes para llevar a Asia esos productos? El Imperialismo se está quedando aislado. El mundo multipolar, en su avance, está llevando a naciones que antes se sometían rápida y obsecuentemente a EE. UU. y aliados a buscar un camino distinto al impuesto por el imperialismo; ahora ya no forman “coaliciones” criminales al primer tronido de dedos.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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