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El contenido de los libros de texto gratuito está en el cenit del debate actual. Y no es para menos, independientemente de si se es o no partidario del gobierno en turno. El problema es por demás medular, porque sus efectos se verán en los próximos 14 años del desarrollo de los profesionistas ¿México requiere una educación sólida que lo lleve a superar su incipiente estructura productiva? Sin lugar a dudas. ¿El problema lo resuelve el modelo llamado Nueva Escuela Mexicana”? No lo creo, porque la educación básica ha venido a menos.
Las pruebas internacionales han reprobado una y otra vez al estudiantado mexicano en lecto-escritura, matemáticas y ciencias; y los analistas advierten que, con esos resultados, no existen condiciones para formar buenas licenciaturas e ingenierías porque los estudiantes no tienen los conocimientos para aportar ciencia y tecnología. Hay instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que han recomendado a los gobiernos de México atender los desperfectos educativos. Sin embargo, los intentos efectuados para superar las deficiencias han sido esporádicos y carentes de buenos resultados. En el sexenio anterior se intentó mejorar la eficiencia de los maestros mediante la evaluación permanente de sus labores; pero como no se concretó la capacitación ni la certeza laboral necesaria, el ensayo fue muy polémico. Luego, el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T) lo hizo a un lado; y el panorama se ensombreció más con los estragos causados por la pandemia de Covid-19 en la educación, sobre todo en deserciones y desempeño académico, de cuyo impacto solo hay cifras aproximadas. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que cinco millones de estudiantes abandonaron la escuela debido a la crisis sanitaria.
Hasta ahora, este escenario no ha sido superado; y la educación básica requiere urgentemente un modelo educativo integral que supere los rezagos. Un modelo que considere las diferencias culturales, regionales y sociales prevalecientes en el país, entre las que destaca la desigualdad extrema de muchos mexicanos. Un modelo humanista basado en el rigor científico; que fomente el espíritu creativo de niños y jóvenes en el arte y el deporte; que los induzca al uso sistémico de la teoría y la práctica en su aprendizaje de las asignaturas y que enaltezca el trabajo manual e intelectual.
¿El modelo actual propone algo similar? ¡No! Más bien parece una mezcolanza de ideas románticas. Quienes intervinieron en su diseño seguramente partieron del enfoque multicultural, de género e inclusión, conceptos de moda entre los intelectuales perfumados de la 4T y que permean en la educación pública y las escuelas interculturales, pero cuyo contenido es superficial y está sujeto a interpretación; es decir, carece de bases científicas. ¿El resultado?: libros de texto con errores y omisiones; además no se sujetaron a un plan de estudios. ¿Libros para volver comunistas a estudiantes? Tampoco, porque en ellos ni siquiera se cita o sugiere implícitamente la aplicación del método científico o la presunta existencia de éste; todo esto únicamente ha provocado que se fortalezca la aversión de los grandes capitales hacia el marxismo y que éstos fomenten sus prejuicios en la masa hacia un método de análisis que mejore la compresión del mundo.
En unas de sus tantas conferencias de prensa mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comparó el rechazo actual de los libros de texto gratuito con el suscitado durante el sexenio de Adolfo López Mateos por “los grupos conservadores”. Pero estamos lejos de una situación similar porque su interpretación de que la historia no cambia y que es cómico que los grupos conservadores se opongan, es equívoca; porque el filósofo alemán advirtió realmente lo contrario: los fenómenos sociales cambian permanentemente porque nada es estático ni eterno; y si bien la historia suele ocurrir dos veces, la primera lo hace como una tragedia y la segunda como una farsa. Lo trágico es el escandaloso bajo nivel de la educación básica y la farsa que se defienda lo indefendible en el debate sobre los libros de texto. ¿Es muy difícil involucrar a los maestros, a los expertos en pedagogía y didáctica y a los padres de familia para que, con sus propuestas, mejore el contenido de los actuales libros de texto gratuito? Al parecer, para la 4T esto no solo es difícil, sino imposible.
La Secretaría de Salud contabilizó este día a seis mil 510 personas que han muerto por el nuevo coronavirus SARS-COV-2 en el país.
Investigadores coinciden en que si se llega a imponer el nuevo modelo educativo, no traería nada positivo, por el contrario, sería catastrófico para la educación mexicana; ya que la propuesta carece de diagnósticos y se basa sólo en ideas del Presidente.
La llegada de las 30 mil dosis de vacunas de la empresa Pfizer proveniente de Bélgica se da un contexto de elevados contagio.
El jueves, México superó los 100 mil fallecimientos por coronavirus, de acuerdo con la Secretaría de Salud.
Si AMLO tuviera la más mínima congruencia hoy se aplicaría lo mismo que escribió en 2015 y diría lo mismo sobre lo que el país vio ayer en Sinaloa
En contraste, con lo que ha hecho el titular del ejecutivo, el presidente, Andrés Manuel López Obrador: destruirlas.
Las áreas municipales y estatales más afectadas serán la seguridad pública e infraestructura. En el caso de las obras públicas, la reducción en 2021 será del 41.8 por ciento.
Durante el 2023 ocurrieron alrededor de 10 eventos de presuntos secuestros masivos con un aproximado de 400 víctimas.
En México hay 5.5 millones de unidades económicas, de las que el 97 por ciento son micros y pequeños negocios al estilo del que Nicolás Mangana pensaba crear.
Un “buen fin” sería que las empresas pagaran mejores salarios a los trabajadores y que las jornadas de trabajo fueran de 40 horas.
A un año del ejercicio del poder podemos concluir que el México que lleva la impronta de la 4T se encuentra roto y descuidado.
La SFP, señaló que las investigaciones muestran que Bartlett no ocultó bienes dentro de su declaración patrimonial.
Lo que preocupa a los mexicanos es que la cantidad de recursos que se recaben o se ahorren, se usarán como el Ejecutivo Federal guste y decida, por ejemplo, para acciones que le aseguren conservar su bolsa de votos electorales para futuro procesos.
Para la comunidad estudiantil del CIDE, los fideicomisos han sostenido sus actividades académicas. Por lo que su extinción tendrá un impacto directo y drástico en las labores.
El deterioro moral de la sociedad exige, más que peroratas, soluciones que vayan a la raíz profunda, a la economía, fuente de todo recurso para atender las necesidades, que no se resuelven con discursos y admoniciones.
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Protestan contra invasores de predios vinculados a legisladora de Morena, como Dolores Padierna
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA