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Inmersos en una de las crisis sociales más grandes que ha padecido nuestro país en este siglo, nos encontramos dirigidos por un personaje sin capacidad de llevar el timón de un barco que naufraga y se hunde cada vez más en la desesperación. Imposibilitado para tomar conciencia, el Presidente de México deambula como sonámbulo, perdido en ensoñaciones y fantasías. Se ha creado su propia realidad. Su objetivo era alcanzar a toda costa el poder del país y una vez conseguido, como el enajenado por la droga, se ha dejado arrastrar hasta los precipicios más profundos de la locura y el egocentrismo. Para él solo existe una realidad, la que él mismo inventa. Quienes pretenden hacerle ver su error son unos dementes. Si su discurso no coincide con los hechos, entonces son los hechos los que están mal. Si el Producto Interno Bruto (PIB) cayó a niveles alarmantes, entonces el PIB no sirve ya como medidor y habrá que inventar uno nuevo. Es como un clavadista que, imposibilitado para demostrar su pericia en el deporte, exige al jurado que no califique la destreza y la habilidad del clavado, sino la cantidad de agua con la que salpica al caer. Así, el ganador será el del mejor panzazo. En su delirio fatuo, no existen los miles de muertos que ha provocado la pandemia; él está feliz y, por lo tanto, el pueblo debe estarlo también.
Este pueblo que se dejó arrastrar por una verdadera necesidad de cambio al otorgarle su confianza, se ve sumido ahora en la más profunda desesperación. El discurso con el que se le sedujo, resultó ser pura fantasía y locura. Le ofrecieron todo porque era el medio para alcanzar el poder. “Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”, decía Francisco de Quevedo. Hoy, el pueblo trabajador, el que crea la riqueza, el que sale a trabajar a pesar de los estragos de la pandemia, porque se encuentra en la fatal disyuntiva de morir de hambre o enfermedad, se percata del engaño, empieza a sentir o a intuir la mentira al verla reflejada en su triste realidad. Los discursos que en un principio sonaban embriagadores, ahora suenan no solo ridículos y estultos, sino hasta groseros. No solo faltos de inteligencia, sino llenos de fatalidad. Anton Chéjov retrató sin querer, en uno de sus cuentos, este paso del asombro del fariseo al desencanto del charlatán. Y no lo pudo ilustrar con mejores palabras.
“El primero en despertarse era Iván Ivánich (el ganso), que se acercaba inmediatamente a Tiotka (el cerdo) o al gato, doblaba el cuello y se ponía a parlotear con vehemencia; pero sin que fuese posible entenderlo. A veces, estiraba el pescuezo; y, levantada la cabeza, pronunciaba largos monólogos. En los primeros días, Kashtanka atribuía su locuacidad a su inteligencia; pero, pasado un tiempo, le perdió completamente el respeto. Cuando el ganso le venía con aquellos largos sermones, ya no meneaba la cola como al principio, sino que le trataba como a un charlatán fastidioso que a nadie dejaba dormir; y, sin ningún miramiento, le contestaba con un gruñido”.
Ahora, el charlatán se ha revelado tras la máscara del retórico. Sus políticas son antipopulares porque van en contra de las necesidades del pueblo. Mientras otros países del mundo exoneran a los trabajadores del pago de impuestos ante la evidente imposibilidad de pagarlos en medio de la crisis, en México no solo se continúa cobrando, incluso se elevan los costos. Hay ahora más de dos millones de mexicanos a quienes se les ha cortado la luz por falta de pago y millones que no tienen un pan que llevarse a la boca. A todos ellos, el Presidente les contesta, con su lógica particular y bajo una sonrisa cínica: no tienen hambre, son conservadores y por eso me atacan.
Es inútil pedir lógica a un fanático y sensatez a un loco. Ya no se trata de convencer al enajenado, tampoco a sus hordas de fervientes adoradores que, sin considerar la realidad, siguen presos del delirio. Ellos solo perciben con fe y no con razón.
Nuestra tarea consiste en abrir ojos, despertar conciencias y llevar luz donde solo hay oscuridad. Debemos hacer un frente común todos los mexicanos. Organizar a los que, en medio de la crisis, padecen los estragos del hambre y la pobreza, a los pequeños empresarios que se ven asfixiados por los impuestos, a los miles de trabajadores que se han quedado sin trabajo, a los hombres del campo, a los vendedores ambulantes, etc. Hacer consciente al mexicano que tiene en manos el transformar la realidad y rescatar al país de la catástrofe social a la que un hombre trastornado por el poder y su partido lleno de sumisos aduladores, nos empujan.
Y en medio de tan dura y dolorosa situación, al presidente López Obrador se le ocurre salir con la frasecita hueca de “prohibido prohibir” para justificar su negativa a ordenar el confinamiento forzoso.
México ocupa ya el tercer lugar mundial en fallecidos por la crisis sanitaria y con seguridad se colocará en el segundo lugar más adelante.
El gobierno de AMLO se está quedando sin dinero para inversión de la gran infraestructura nacional.
Por su parte, las terciarias ascendieron 0.4 por ciento, en tanto que las primarias disminuyeron 5.9 por ciento.
El 1 de diciembre de 2018, López Obrador nombró a Alfonso Romo Garza como jefe de la Oficina de la Presidencia.
Por ello, el que un país (como México) otorgue asilo a un perseguido político, no constituye una injerencia en asuntos internos de algún país.
De acuerdo al calendario del Gobierno Federal, a los mexicanos, les corresponderá recibir la vacuna contra el Covid-19 hasta mediados del próximo año.
Hay varias modificaciones para otorgar mayores facultades al Consejo de la Judicatura Federal (encargado de la organización y la disciplina del Poder Judicial).
“La educación es primordial pero su vida es esencial; es por esa razón que vamos a estar vigilando lo que va a pasar a partir del lunes. Esperamos y exigimos un regreso a clases seguro”, concluyó.
“Se viene fuerte y difícil; las expectativas son de crecimiento, pero no al nivel deseado, lo fuerte o pesado es con relación a un año que tendrá un proceso político, y eso hará ruido en las políticas públicas que aplicará el gobierno a presente y futuro”, reveló el doctor Samuel Bernal Lara.
Este sexenio pasará a la historia de México como uno de los más aciagos, tanto en términos de bienestar social como de crecimiento económico.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, subrayó como impostergable el regreso voluntario de los estudiantes a las escuelas.
Si hombres y mujeres se ven como trabajadores, se darán cuenta de inmediato que tienen muchos problemas en común y que deben unirse en un solo frente de lucha.
La salvación está en nosotros mismos, en nuestro grito de protesta, en nuestra marcha por la organización.
El embajador estadounidense Ken Salazar publicó un comunicado en el que calificaba la reforma judicial como “un riesgo para la democracia”.
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Escrito por Abentofail Pérez Orona
Licenciado en Historia y maestro en Filosofía por la UNAM. Doctorando en Filosofía Política por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).