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Quiebra de PEMEX, legado de la 4T
Hundida en un hoyo económico, sin ingresos propios ni suficientes para su mantenimiento, PEMEX está muy lejos de la bonanza proyectada en 2019. Expertos advierten que la petrolera está técnicamente quebrada.
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El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dejará un legado explosivo a la próxima administración federal: la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que se halla en franca quiebra técnica.

En lugar de la “soberanía energética” prometida durante su campaña electoral en 2018 –con la que México ya no compraría combustibles en el exterior y se reducirían los precios de las gasolinas y el diésel– como un legado explosivo, AMLO ha conseguido que Pemex se “consolide” como la compañía más endeudada del mundo, con un débito de 110 mil 509 millones de dólares (mdd).

Hundida en un hoyo económico, carente de ingresos propios y suficientes para sostener los gastos de mantenimiento en sus instalaciones (que con frecuencia sufren accidentes), invertir en proyectos redituables y liquidar su débito externo, la petrolera se encuentra muy lejos de la bonanza proyectada en 2019, al inicio del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T).

 

 

Además de sus dificultades financieras, Pemex enfrenta un grave problema de seguridad industrial ocasionado por la insuficiencia de inversiones, que también propicia la disminución de la confianza de sus actuales inversionistas e impide que surjan nuevos, que sus acreedores suban las tasas de interés y se incremente su riesgo financiero sin alguna posibilidad de contratar nuevos préstamos.

Ana Lilia Moreno, maestra en economía aplicada y coordinadora del Programa de Competencia y Regulación de la organización civil México Evalúa, durante un análisis de expertos difundido el 1° de agosto de 2023, explicó que la proyección financiera de Pemex “no es sostenible”; y advirtió que la petrolera “se encuentra francamente acorralada.

“Es evidente que la próxima administración federal enfrentará fuertes presiones financieras y tendrá que revertir la política energética actual, principalmente en el segmento de refinación (producción de combustibles como gasolina y diésel).

“Asimismo, las perspectivas de un espacio fiscal muy estrecho para los próximos años (alto gasto público y menores ingresos gubernamentales) restringirán la capacidad del Gobierno Federal para proporcionar apoyo (dar recursos públicos a Pemex) a niveles comparables con los registrados actualmente”, escribió la analista en su estudio especializado que tituló Crisis Financiera de Pemex: ¿un catalizador hacia la sustentabilidad?

 

Un futuro muy borroso 

El doctor en economía David Lozano, del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a buzos que Pemex “está técnicamente quebrada; y la pregunta que se abre es: ¿cuánto tiempo más puede durar funcionando como empresa?”, ya que en el mundo se vislumbra una transición hacia las energías sustentables; y puede considerarse que, en los siguientes 20 años, la producción de petróleo ya no será viable.

“Entonces, el tiempo de vida que tiene como empresa rentable para el Estado ya se agotó; el asunto es: ¿cómo liquidará el Estado a Pemex? No es nada más un problema económico, sino de tipo político, porque implica la soberanía del Estado sobre la cuestión energética”, apuntó el también académico de la Facultad de Economía de la UNAM.

Lozano agregó que se ha optado por la generación de energía mediante el petróleo; y que se carece de un proyecto a 40 o 50 años ante la sustitución paulatina de energías, que están efectuando otros países y petroleras del mundo.

México debería tomar esta misma actitud previsora para transitar hacia otras fuentes complementarias de producción energética hasta superar su dependencia del petróleo, “porque ya no es rentable, en términos energéticos, producir petróleo;, es más caro cada vez y eso está afectando a Pemex”, destacó el experto.

“Si el gobierno mexicano estuviera manejando un proyecto de recuperación de Pemex sobre diferentes líneas de energía, estaríamos hablando de una empresa que sería no solamente competitiva, sino en un proceso de transición, dirigida, ahora sí, a controlar la producción energética del país sobre diferentes rubros: eólica, hídrica, térmica, y a partir de la producción de minerales, hidrógeno y otros materiales…

“Ahora bien, ¿qué tan rentable es hacerlo ahorita con los problemas económicos que se tienen?... se necesitaría convertir a Pemex en una empresa que maneje diferentes tipos de energía, no solamente petróleo. Eso sí: la podría hacer rentable, como en los casos de Petrobras (Brasil) y las petroleras rusas”, reconoció Lozano.

 

 

En un reporte sobre la situación financiera de Pemex, Gabriela Siller, directora de análisis del Grupo Financiero Base, advirtió, el 1° de agosto de 2023, que la próxima administración federal, que iniciará en diciembre de 2024, deberá resolver el desequilibrio presupuestario gubernamental; y tendrá que solucionar el problema de las transferencias a Pemex, que la han convertido “en un barril sin fondo”.

Advirtió también que el siguiente gobierno se verá obligado a reestructurar completamente a la petrolera y a corregir, sobre todo, su plan de negocios para mejorar el desempeño financiero y aumentar los ingresos tanto de la paraestatal como de la administración federal.

Siller explicó igualmente que, entre julio de 2023 y junio de 2027, Pemex deberá pagar 51.6 por ciento de su deuda; es decir, 57 mil mdd, equivalentes a 1.89 billones de pesos, del total de los 110 mil 509 mdd que adeudaba hasta el 30 de junio de 2023.

La analista aclaró que a las presiones presupuestales originadas por Pemex, que se trasladan al Gobierno Federal, se agrega el sostenimiento de las pensiones contributivas o laborales y las del “Bienestar”, estas últimas otorgadas directamente con recursos del erario y cuyo monto ha crecido exponencialmente en este sexenio.

Siller destacó el riesgo que constituye la petrolera para las débiles finanzas públicas que presentan un alto gasto y menor recaudación de ingresos, sin que el actual gobierno se haya preocupado en formular una reforma fiscal para obtener mayores ingresos.

 

Gastos disparatados 

Gabriela Siller señaló también que a pesar de su complicada situación financiera, en lugar de procurar disminuir sus costos y realizar inversiones en negocios más rentables, el gobierno morenista ha incrementado sus activos materiales en la industria petrolera, como ha ocurrido con Pemex, la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco y la adquisición de la planta ubicada en Deer Park, Estados Unidos (EE. UU.), cuya propiedad se compartía con la empresa mundial Shell desde 1993.

Y, como han difundido los especialistas en economía y el ramo energético, mientras la petrolera mexicana persevera en el mismo negocio, tanto la Shell como otras empresas del ramo se perfilan hacia la producción de energías alternativas (solar, eólica, hidráulica), porque son menos costosas, no contaminan y son el negocio del futuro.

En 2019, el presidente previó que el costo total de la nueva refinería Olmeca de Dos Bocas sería de ocho mil mdd y que se activaría en tres años. En un reporte del 22 de junio de 2022, Bloomberg, empresa de análisis financiero internacional, reveló que sus costos se habían elevado a 18 mil mdd, cuando todavía no operaba.

La Agencia Internacional de Energía (IEA), en un análisis concluido en junio y difundido el 13 de septiembre de 2023, previno que la refinería de Dos Bocas tendrá un costo de, por lo menos, 17 mil mdd y que empezaría a operar al 100 por ciento hasta 2025.

El 23 de mayo de 2021, AMLO anunció que México asumiría el control de la refinería Deer Park, ubicada en Texas, EE. UU., mediante la compra de 51 por ciento de los bonos que se hallaban en manos de la compañía Shell a cambio de 596 mdd. El 49 por ciento se había adquirido en 1993 durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

Pero el actual costo de la operación en Pemex correspondió a mil 576 mdd, porque a los 596 mdd se sumaron 980 mdd generados por las deudas que Deer Park acumuló durante dos años de pérdidas de ingresos, cantidad que a la fecha no ha terminado de pagarse.

Para esta adquisición, la petrolera mexicana, el 28 de marzo de 2022, solicitó un crédito de 500 mdd a Raúl Martínez Ostos, director general en México de la firma mundial Barclays, el segundo banco más importante de Reino Unido; en tanto que los mil 100 mdd fueron aportados por el Gobierno Federal, según confirmó a la agencia Bloomberg y la empresa PMI Comercio Internacional, la entidad mundial de Pemex.

 

 

Calificación reprobatoria

En su análisis del 31 de julio sobre el estado financiero de Pemex hasta el segundo trimestre de 2023, los especialistas del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) plantean los desequilibrios entre los ingresos y el endeudamiento de la petrolera y de la evaluación en términos negativos de Pemex por las calificadoras internacionales Fitch Ratings y Moody’s, debido al alto riesgo de sus finanzas.

Las firmas prevén que el gobierno mexicano deberá subsanar las necesidades de efectivo de Pemex y tendrá que asumir sus pagos parciales para sostener su deuda; igualmente, este año deberá cubrir cuatro mil 600 mdd, en 2024 serán 10 mil 900 mdd; y en 2025, cuatro mil 900 mdd.

Consultado por buzos, el analista David Shields, explicó: “lo que dicen las calificadoras es que si los apoyos del gobierno están superando los ingresos relacionados con el petróleo, entonces Pemex empieza a convertirse en un pasivo para el gobierno; el dinero que le está dando no está redituando más dinero, y eso puede afectar la calificación no sólo de Pemex, sino del país; la calificación soberana”.

Shields detalló que, en el pasado reciente, se diferenciaba claramente entre la deuda de Pemex y la deuda soberana como país, “pero ahora ya no se distingue, porque se está usando el dinero soberano, el dinero del gobierno, para pagar la deuda de Pemex. Éste es el gran tema… 

“Y no está claro de dónde saldrá más dinero para que Pemex se reactive y genere más dinero por su cuenta y, peor aún, su presupuesto que se está proponiendo para 2024 se reduce en 36 por ciento; entonces, con base en su presupuesto no generará más dinero y tiene todo ese endeudamiento, tiene un pasivo laboral (tal como altas pensiones), los yacimientos son más caros de explotar, etc. Es decir, Pemex está en un camino de deterioro y entonces nos preguntamos: ¿hasta cuándo aguantará?”, apuntó Shields.

En su análisis sobre los estados financieros de Pemex al segundo trimestre de 2023, el pasado 31 de julio los especialistas del IMCO revelaron que el Gobierno Federal ha hecho transferencias a Pemex por 1.32 billones de pesos de 2019 a la fecha.

Explicaron que 907 mil 900 millones de pesos (mdp) “fueron en apoyos directos, como aportaciones de capital, estímulos fiscales y otras ayudas, y 415 mil 600 mdp en impuestos que Pemex ha dejado de pagar al Estado por concepto del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC)”.

El IMCO informa también sobre otros pagos pendientes: en un plazo menor a un año, la petrolera deberá cubrir 231 mil 100 mdp a proveedores y contratistas, un monto notablemente superior al reportado el 30 de junio de 2011, cuando fue de 44 mil 100 mdp.

La especialista de México Evalúa Ana Lilia Moreno señaló: “a la vista de la ausencia de cambios fundamentales en la estrategia de negocios (de Pemex), tanto calificadoras como analistas independientes coincidimos en que es probable que la empresa enfrente mayores riesgos crediticios por su incapacidad para aumentar inversiones de capital y mejorar su desempeño”.