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Brasil Acosta Peña
En nombre del pueblo, en contra del pueblo
En siete años de gobierno, Morena, que se declara de izquierda y genuino representante del pueblo, únicamente ha demostrado ser un partido dirigido por demagogos y farsantes cuyas acciones sólo están perjudicando a gran parte de la población de México.


En siete años de gobierno, Morena, que se declara de izquierda y genuino representante del pueblo, únicamente ha demostrado ser un partido dirigido por demagogos y farsantes cuyas acciones sólo están perjudicando a gran parte de la población de México.

Su doble discurso les sirve para engañar al pueblo con la mentira de que distribuyen mejor la riqueza y que invierten en obras “esenciales” como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, mientras se desentienden de la producción agrícola y servicios vitales como el agua potable, la vivienda, la salud, la educación, etc.

En este espacio periodístico hemos expuesto con insistencia que la entrega de dinero en efectivo a través de las famosas tarjetas del “bienestar” no tienen propósito de sacar a la gente de la pobreza, sino comprarle su voto y acostumbrarla a depender del gobierno.

Además de degradar la situación socioeconómica de los receptores de estos apoyos, propicia su dependencia a los ingresos del gobierno, que provienen de los impuestos de los demás, inhibe su voluntad de producir e inmoviliza su capacidad para reaccionar ante los abusos u omisiones del gobierno.

Tales apoyos, asimismo, se ofrecen para no entregar medicamentos, pavimentación de calles y caminos vecinales, para no reparar o remodelar escuelas, etc., demandas a las que los morenistas responden que “tomen el dinero” que necesitan de las famosas tarjetas del “bienestar”.

¿Y la seguridad pública? ¿Y la educación básica mejor? ¿Y el sistema de salud como el de Dinamarca prometido por el expresidente Andrés Manuel López Obrador? ¿Y la megafarmacia? ¿Qué ha sido del Tren Maya? ¿Ya se cubrió el adeudo generado por la cancelación del aeropuerto de Texcoco? 

Si el gobierno morenista se preocupara realmente por el pueblo y fuera su verdadero representante, ello se reflejaría en un mejor nivel de vida de la gente con ingresos bajos; y en México habría mejores sistemas de salud, educación y seguridad, y no estaría en manos de los asaltantes y sicarios del crimen organizado.

Otra muestra de la negligencia e ineficiencia de los gobiernos de Morena es el pésimo tratamiento para mitigar los estragos causados por las inundaciones padecidas desde hace un par de semanas por los habitantes de varios municipios en los estados de Puebla, Hidalgo y Veracruz.

En esta entidad, la gobernadora Rocío Nahle fue exhibida no solamente por su ineptitud sino también por su insensibilidad para atender a los damnificados que debieron resolver los graves problemas de sobrevivencia por sí mismos.

Una nota informativa publicada por Jorge García Orozco en emeequis.com el 13 de octubre de 2025, revela que Roció Nahle “canceló el seguro de desastres que tenía Veracruz para hacer su propia aseguradora, pero no la fondeó y no tiene registro ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, por lo que no puede operar, justo cuando se avecina la reconstrucción”.

En contraste con esta actitud, el pasado 27 de octubre, Noticias en dw.com informó cómo el gobierno socialista de Cuba, que sí se preocupa y representa a su pueblo, adoptó las medidas pertinentes para evitar el impacto desastroso de una tormenta tropical que se aproximaba a La Isla: 

“Cuba pone en alerta a 650 mil personas por el huracán Melissa. Se espera que el potente ciclón toque tierra cubana la noche del martes y que transite de Sur a Norte sobre La Isla durante 12 horas, por lo que se ordenaron evacuaciones masivas”.

Mientras en Cuba se desalojó a tiempo a más de medio millón de personas, en México –a pesar del conocimiento previo y oportuno sobre la proximidad del meteoro– el Gobierno Federal y los estatales no hicieron nada para proteger a los habitantes de las lluvias torrenciales, las inundaciones y los deslaves.

Se limitaron a decir, como fue el caso de Rocío Nahle, que las inundaciones “son efectos de la naturaleza”, que no se dan por “responsabilidad humana” y que el río Cazones “se desbordó poquito”. De ese tamaño es la insensibilidad de la gobernadora morenista de Veracruz.

Por ello, el pueblo trabajador de nuestro país debe aprender bien las lecciones que este tipo de desastres enseña; recordar los sufrimientos padecidos después de los gobiernos de la Revolución Mexicana y luchar por la construcción de un gobierno propio para no dejarlo en manos de gente ajena a sus intereses.

Otro ejemplo de la insensibilidad y la falta de representación morenista lo protagonizó el actual presidente de las sesiones de la Cámara de Diputados, el veracruzano Sergio Gutiérrez Luna, quien en vez de brindar atención al drama que viven los damnificados de las tres entidades mencionadas, rindió un homenaje a “La Sonora Santanera”.

No me opongo a este tipo de festejos, pero para todo hay momento, ¿no les parece, amables y pacientes lectores? La Presidenta de la República criticó el anuncio del Partido Acción Nacional de que cambiará sus documentos básicos, pero nada mencionó sobre las ocurrencias de Gutiérrez Luna.

Tampoco es buen momento para jugar pádel mientras se participa en una asamblea plenaria de la Cámara de Diputados, como lo hizo el también morenista Cuauhtémoc Blanco. Quienes votaron por Nahle, Gutiérrez Luna y Blanco quizás desconocen queno son las únicas muestras de la descomposición existente en Morena.

Por ello, es necesario un gobierno de y para los trabajadores que cambie radicalmente la lógica de poder de los funcionarios morenistas quienes, con cinismo, solamente velan por los intereses de los grandes empresarios; es de importancia vital que el pueblo sepa que en México existe un instrumento creado para gobernar por y para los trabajadores: el Movimiento Antorchista Nacional.

Las quejas no nos sacarán de nuestra condición. Hace falta organizarse y luchar por una sociedad más justa y mejor para los trabajadores de México. Debemos luchar por ella. 


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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