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Tequila: la industria en manos de empresarios vivales
El tequila es una las bebidas populares que más se consumen en festejos familiares o reuniones de grupo en el país y motivo de orgullo de muchos mexicanos porque cada año su consumo crece a nivel mundial a un ritmo del siete por ciento.
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El tequila es una las bebidas populares que más se consumen en festejos familiares o reuniones de grupo en el país y motivo de orgullo de muchos mexicanos porque cada año su consumo crece a nivel mundial a un ritmo del siete por ciento. Estos galardones, sin embargo, se han logrado pese a que algunos de sus industriales lo producen sin respetar su denominación de origen y exponen a provocar daños a la imagen de México en el exterior.

En el marco de este evidente éxito de mercado es pieza clave el Consejo Regulador del Tequila (CRT), que dirige Miguel Ángel Domínguez Morales, cuyo funcionamiento ambiguo ha sido determinante para que, por un lado, las empresas tequileras cumplan con sus compromisos comerciales y para que, por el otro, violenten la principal norma de origen de la marca tequila al no utilizar exclusivamente en su producción el agave azul tequilana weber.

De acuerdo con Raúl García Quirarte, presidente del Sistema Producto Agave Tequilana, Asociación Civil (SPAVT), para mantener la cadena de valor en el proceso de producción de tequila es necesario que éste sea derivado en un 100 por ciento del agave azul, que no se produzca con agaves de mezcal o incluso con aguardiente de caña, como empezó a ocurrir desde finales del siglo anterior cuando el “boom” tequilero mundial obligó a la CRT a autorizar la existencia del llamado “tequila mixto”. 

Precisamente la emergencia de un nuevo “boom” internacional en 2018; el alza exponencial en el precio de las piñas de agave azul –de tres pesos a 22 o 26 pesos el kilo en los últimos tres años– y la prematura jima de las agaves de esta especie han permitido al doctor García Quirarte advertir un notorio desequilibrio entre la existencia de materia prima y el envase y comercialización de la más afamada bebida espirituosa mexicana en el mundo.

Pero lo que en el dirigente del SPAVT es una denuncia mesurada de la violación legal de las normas de la denominación de origen del tequila (DOT), en otros productores e investigadores sociales es la denuncia contundente de una práctica común en la mayoría de las empresas tequileras que utilizan agaves diferentes al Azul Tequilana Weber, debido a la baja de los inventarios de esta especie y al inicio del nuevo “boom tequilero”.

Javier Arroyo Solís, representante de la organización no gubernamental Sistema Producto Agave Tequilana de Guanajuato, dijo al respecto: “empresas tequileras grandes compran lo que hay con tal de que haya para cumplir sus compromisos, donde la calidad del producto desmerece mucho. Recuerden el tequila mixto, al que llamamos mixto aunque no nos dejen nombrarlo así porque lleva un 49 por ciento de azúcares reductores que se convierte en alcoholes y un 49 por ciento de azúcar de caña”.

El activista dijo que el CRT debería vigilar y evitar esta práctica, pero no lo está haciendo porque en realidad no hay el agave azul necesario para producir y satisfacer la demanda en el mercado. “Yo comprendo que al Consejo Regulador del Tequila por la responsabilidad que enfrenta ante esta situación, pero considero que debería aumentar el personal especializado que se requiere, sobre del extranjero, para convencerse de que las cosas no están bien”.

Con relación al uso de otros tipos de agave en la producción de tequila, el también productor dijo: “Eso no ha dejado de existir. Recuerden que ahora se utiliza para la elaboración de mieles de agave o jarabes y se enmascara la traída de otras variedades de agave del sur del país, de Oaxaca y Guerrero, y de muchas otras partes, aparentando o diciendo que van a ser procesadas para la producción de miel o de inulina, pero se aprovechan para el tequila”.

“Eso me consta, porque en alguna ocasión le dije al presidente del Consejo Regulador, quien por esos días se había enfermado, que por su tequilera pasaban muchos tráileres con agave de Oaxaca o Guerrero. Cuando escuchó esto el consejero se enfermó más, no oyó, no habló, no dijo nada. Por eso ahora sigue enfermo y ahora todas las presiones han ayudado a que eso ocurra”, puntualizó.

Por su parte Hipócrates Velasco Cansino, presidente del Consejo Regulador del Mezcal, en una entrevista con la prensa sobre el uso de agaves mezcaleros en la producción de tequila, dijo: “Sí, por supuesto; esto es algo que no es nuevo y está ocurriendo desde el 2012, cuando empresas de Jalisco, no necesariamente tequileras, comenzaron a comprar maguey de otros estados. Pero eso no puedo tampoco afirmarlo”.

Pero para corroborarlo basta visitar las zonas de producción de agave, donde cada vez se incrementan la introducción de otro tipo de agaváceas que no corresponden a la especie exigida por la dominación de origen del tequila y donde además la gente del campo no se atreve a negar esta situación.

La crisis del agave que se avecina 

El doctor García Quirarte advierte que con el “boom” tequilero se avecina también una crisis en producción del agave azul, porque si bien es cierto que por ahora, “como aseguran los industriales, está garantizada la materia prima”, también es verdad que el monto actual de la jima –60 millones de piñas que aproximadamente proceden de un millón de toneladas de agave– apenas será lo justo para producir tequila en los próximos tres años, aun con la jima prematura que se está realizando.

“Nosotros decimos en el argot agavero que se está tapando un agujero con agave tierno, pero se está abriendo otro más adelante”, dijo García Quirarte al insistir en la necesidad de que el tequila sea solamente sea producido con el agave azul tequilana weber, cuya denominación de origen (DOT) está únicamente reconocida geográficamente por el CRT a los municipios de Jalisco, a otros siete de Guanajuato, 30 de Michoacán, siete de Nayarit y 11 de Tamaulipas. El CRT, poseedora de la marca tequila, supervisa su producción y envasado.

El CRT dice que no es posible saber el inventario exacto de la planta, pero sí el consumo de agave azul con el que se produce tanto el tequila al 100 por ciento como el tequila “mixto”. En 1995 se reportó el consumo de 278.7 mil toneladas de agave; en 1999 dio un brinco notable y llegó a 780.2 mil toneladas, para luego bajar a 413.9 mil toneladas en 2003. Sin embargo, el año pasado el consumo de agave volvió a crecer y alcanzó un nivel récord de un millón 62.9 mil toneladas.

La producción total de tequila “mixto” y tequila al 100 por ciento agave azul, de acuerdo con cifras del mismo CRT, fue de 104.3 millones de litros en 1995 y se prevé que en 2018 la producción haya sido 289.4 millones de litros, en la que hubo un aumento considerable en el tequila 100 por ciento agave. Estas cifras, sin embargo, contrastan con las quejas del Consejo de Agaveros que denunciaron su reducción de 15 mil a cinco mil productores en la última década a consecuencia de los bajos precios que los industriales tequileros pagaban por sus agaves.

Una de las explicaciones de García Quirarte a este problema al reciente aumento en el precio del agave a más de 20 pesos el kilogramo de 2015 a 2018 se halla en la baja de la plantación del agave azul, por lo que es posible advertir una inminente crisis en los inventarios de esta especie.

La industria tequilera en manos de transnacionales

La Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), que preside Rodolfo González González, concentra a las 78 empresas con el mayor volumen de ventas a nivel mundial: 76 son de Jalisco, una de Guanajuato y otra de Tamaulipas. En sus inicios eran de propiedad familiar, pero hoy pertenecen a grandes corporativos extranjeros.

El tequila sigue siendo mexicano porque se produce en México, pero sus dueños ya no lo son. Debido a esta condición puede comprenderse la pérdida de calidad en el producto –derivada de la violación legal del DOT– y su notorio éxito comercial en el mundo, pues ahora tiene sus principales “nichos de venta” en Estados Unidos, Europa, Asia y Oceanía.

En 2017 se exportaron 211 millones de litros de tequila y en 2018 es posible que llegue a 289 millones. Para alcanzar estas cifras de producción tequilera se consumieron 956 mil toneladas de agave el año antepasado y en el anterior un millón 96 mil toneladas, según datos del CRT.


Escrito por Sergio Villa Pérez

Corresponsal Jalisco


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