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En febrero de este año, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) emitió su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, en el que revela que la pandemia del Covid-19 había revertido "los avances" logrados contra las carencias sociales en México, porque el número de personas en situación de pobreza se había reducido de 9.8 millones en 2018 a 8.9 millones en ese año, periodo en el que se habían identificado 61.1 millones de personas con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos.
En ese mismo informe también se dice que, en 2018, cuando llegó al poder el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T), el número de personas en pobreza extrema por ingresos en 2020 era de 21 millones, cifra que pese a su asociación con los tres, cuatro o más modalidades que se usan para matizar los graves problemas de pobreza que el país padece desde hace varias décadas, evidencia que la administración del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no solo no ha disminuido la miseria sino que, además, la ha aumentado y vuelto mucho más dramática.
No hay ninguna duda de que, durante 2020 y en lo que va de 2021, los mexicanos han sido afectados por las consecuencias colaterales generadas por el Covid-19 pero, sobre todo, por la muy mala y tardía planeación del Gobierno Federal para prevenir los contagios y evitar que miles de personas fallecieran, como ahora mismo está ocurriendo con el golpe de la tercera ola que está alentada con variantes del actual coronavirus (mucho más agresivos) y han disparado el número de infectados de manera muy alarmante. Por ejemplo, en un solo día, el martes 27 de julio, los contagios llegaron a 17 mil 408.
A tres semanas de que se confirmó la tercera ola, las cifras son espeluznantes. En solo ocho días se registró un aumento de 120 mil contagios, la mayoría localizados en la Ciudad de México (CDMX) y los estados de México (Edomex), Nuevo León, Guanajuato, Jalisco y Puebla. Pero lo más preocupante es que, desde el miércoles 28 de julio, las autoridades sanitarias de las dos entidades principales informaron que los hospitales públicos empezaban a saturarse, y sus responsables advirtieron que los insumos médicos y los medicamentos escaseaban e faltarían en una o dos semanas porque el Gobierno Federal no los está surtiendo.
A mitad del tercer año de gobierno de AMLO, México enfrenta de nuevo dos grandes crisis: la sanitaria que genera el Covid-19 y ahora está contagiando a jóvenes de 18 a 29 años de edad; y la económica, que ha provocado que al menos 700 mil personas hayan pasado a las filas de la informalidad y ahora genera más desempleo en la economía formal.
El gobierno de Morena busca a toda costa distractores y hace declaraciones para que los mexicanos vean hacia otros lados (como la del “llueve, truene o relampaguee”) y no los graves problemas del país. Por ello, incluso ha iniciado una desesperada campaña de vacunación a los jóvenes que, de acuerdo con los especialistas en salud, no servirá de nada porque la tercera ola está en marcha; y porque ese proceso debió emprenderse a partir de mayo, cuando aquélla se pronosticaba más agresiva por la presencia de variantes nuevas. La pobreza y el Covid-19 muestran desgraciadamente los dientes a los mexicanos; y la autoridad federal sigue sin tomar medidas serias para contrarrestarlos.
El país tiene al menos 100 millones de mexicanos con alguna de las modalidades de pobreza. Hoy el ingreso de los hogares ha descendido y genera hambruna en muchas familias. Los hechos confirman día a día que la política social basada en transferencias monetarias no pudo reducir las carencias sociales que ya existían; y que no podrá contener los estragos que el Covid-19 está sumando a los más pobres de México.
La carestía en todas sus dimensiones será mayor en México y, aunque AMLO y la 4T se llenen la boca con la mentira de que ya se recuperó el empleo perdido, lo cierto es que la ocupación sigue en descenso. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta abril de 2020, se habían perdido 13 millones de empleos, de los cuales se estaban recuperando 12.3 millones al cierre de junio de 2021; sin embargo, al menos 10 millones de éstos pertenecen al sector informal, la población más vulnerable y más dañada por las crisis sanitaria y económica.
AMLO, su gabinete y Morena aún tienen el reto de diseñar una política social que vaya más allá de las transferencias monetarias o de “apoyo directo". La desigualdad, la pobreza y la marginación en México ahora resultan aterradores y, por lo que se ve, continuarán siéndolo hasta que los mexicanos decidamos a ponerle un alto al mal gobierno de la 4T. Por el momento, querido lector, es todo.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).