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El ritmo en que aumentan los precios de bienes y servicios básicos se acelera día con día; los porcentajes de incremento en los precios registrados en un mes son rebasados siempre por los del mes siguiente; esto sucede con los bienes y servicios en general, pero el fenómeno se agudiza en los alimentos de consumo indispensable para la inmensa mayoría de la población.
Las investigaciones efectuadas por especialistas muestran cómo los porcentajes de incremento en los precios registrados a finales de 2021 fueron rebasados en el presente año; a mediados del presente mes, las instituciones que dan constante seguimiento a los precios de los productos, especialmente aquellos que integran la Canasta Básica urbana y rural, informaron que los precios de estos artículos básicos no han dejado de elevarse, que los pronósticos oficiales, bastante optimistas para la inflación de 2022 no se cumplieron, quedaron muy rebasados por una inflación general de más del ocho por ciento e incluso el aumento en los precios de algunos alimentos ha llegado hasta un 15 por ciento.
El anuncio de un plan antiinflacionario, del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) y un acuerdo con representantes de poderosas empresas, comprometidas a no elevar los precios de algunos de sus principales productos no ha tenido buenos resultados; los precios siguen su carrera al alza y algún empresario de ésos ya anuncia que tendrá que elevar sus precios. Si esto se cumple, el plan antiinflacionario y su elemento medular, el PACIC, habrán fracasado rotundamente y se habrán convertido en promesas o buenas intenciones, pero con malas bases. En fin, el plan y el paquete habrán servido como buena propaganda electoral, pero no como freno a la inflación ni como un alivio para los estratos de más bajos ingresos, para la clase trabajadora del país.
Las investigaciones e informes de organismos especializados recogidos en el Reporte Especial de buzos permiten concluir que el plan antinflacionario de la 4T, los anuncios optimistas de acuerdos con grupos empresariales y los “paquetes contra la inflación y la carestía” se convirtieron en discurso, en propaganda y en promesas; y prometer lo que no es posible cumplir es demagogia.
La falta de una estrategia de producción agropecuaria y el derroche en tres megaproyectos inútiles, entre otras, han contribuido a que el pueblo de México esté pasando hambre y profundizando sus altos niveles de pobreza.
El chayote, la naranja, la lechuga, la col, los plátanos, las calabacitas y el aguacates registraron un alza en sus precios durante la primera quincena de junio.
En México, la inflación crece vertiginosamente, prueba de ello es que la jefa o jefe de familia al comprar la despensa semanal, nota que los precios han subido, y, aunado a su bajo salario, es cada vez más difícil satisfacer las necesidades de su hogar.
Humillado, el invasor occidental de Afganistán admite: “Es tiempo de terminar la guerra interminableˮ. Sin solución militar a los problemas políticos y de seguridad en aquel país, Joseph Biden cumple plan de Donald Trump y retira sus tropas.
El aumento corresponde al incremento en los precios internacionales, ya que, a nivel internacional, la demanda ha crecido.
El Presidente propuso un supuesto plan contra la inflación; en realidad es solo una lista de buenas intenciones que no atacan las causas internas del fenómeno. Aquí “los pobres son primero”, pero en sacrificarse.
La inflación sigue cediendo, pero los servicios y mercancías mantienen una tendencia al alza.
El pavo sufrió un incremento del 30 por ciento en comparación con 2020, ya que el kilo llega a costar entre 80 y 86 pesos.
Los mexicanos estamos pagando las consecuencias de un mal gobierno, uno que despilfarra millones de pesos en una consulta de "revocación" que no expresa la voluntad mayoritaria y sigue en campaña en lugar de ponerse a gobernar.
Claudia Sheinbaum afirmó que su administración aplicará subsidios al IEPS si el precio del petróleo aumenta para evitar afectaciones al consumidor.
La nueva era inflacionaria afectará directamente a la capacidad de compra de salarios y provocará menos crecimiento económico; es decir, habrá menos empleos y menos ingresos.
El chayote, naranja, plátano y otras verduras impulsaron la inflación en junio debido al incremento en sus precios.
En el lanzamiento oficial de su plan “antiinflacionario”, López Obrador incluyó un anuncio y una crítica contra un funcionario federal que servirán como “pretexto” para obstaculizar su compromiso de reducir el precio de los alimentos.
Los ingresos recibidos por sus familias se destinan al consumo básico, específicamente a la compra de alimentos.
Aunque la inflación haya bajado, los precios siguen sin disminuir; por el contrario, están 4.27 por ciento más alto que en el mismo periodo de 2022.
Escrito por Redacción