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A dos años de su aparición, el Covid-19 continúa haciendo estragos en la población y en la economía. El mundo está viviendo la cuarta ola de contagios y en diversos países, entre ellos los europeos y Estados Unidos (EE. UU.), han impulsado restricciones y hasta confinamientos. La variante ómicron se extiende rápidamente desde Sudáfrica hacia las demás naciones; y es mucho más letal que sus predecesoras. No quisiéramos invocar a la mala suerte, pero, en la temporada invernal, la combinación de las fiestas decembrinas y la inacción del Gobierno Federal no auguran nada bueno. Y es que éste se prepara frente a la cuarta ola igual que como hizo con la llegada de la primera, la segunda y la tercera, es decir, con nada. Veremos nuevos amuletos, “detentes” y negaciones, y hoy el tristemente célebre doctor muerte, Hugo López-Gatell, expresa con mayor cinismo que está exagerándose con las amenazas de la nueva variante y la cuarta ola; pero su credibilidad ha llegado tan bajo que ya nadie le cree.
En México, el Covid-19, oficialmente y por decreto (recurso que tanto le gusta al Presidente), ha terminado. El semáforo en verde ha declarado la “normalidad” en prácticamente todas las actividades productivas y sociales: las escuelas están reabiertas y se incita a la gente a volver a las calles, a las playas y a los centros de entretenimiento; por lo que las personas piensan ingenuamente que lo peor de la pandemia ya pasó; y más cuando se les hace creer que, con la vacuna, ya están inmunes. Por ello no debe extrañarnos que, después de dos años de confinamiento, la gente realice fiestas familiares, participe en fiestas patronales, adelante vísperas con jolgorios y francachelas y que, en este escenario triunfalista, promovido desde el Gobierno Federal, el ocurrente Andrés Manuel López Obrador se elogie diciendo que si él no fuera el presidente, México sería un caos, estaría destrozado, hundido y habría más muertos por Covid-19.
¡Y vaya con el bribón! ¡No se equivoca! El diagnóstico es correctísimo, nada más que hay que leerlo al revés: es precisamente porque él es el Presidente que México se encuentra en un caos, está destrozado; está tan hundido, que se requerirá, por lo menos, una década para levantarlo y hay tantos muertos por la pandemia que cuando pasen estos tiempos nebulosos, esta camarilla de delincuentes será juzgada por crímenes de lesa humanidad; ya que su gobierno no puede ocultar la magnitud de una tragedia nacional que ubica a México en el nada honroso primer lugar mundial en número de decesos, sitio logrado aún con las “cifras oficiales”.
Estamos por concluir el año 2021 y el gobierno se ha visto obligado a vacunar a otros sectores de la población contra la pandemia por la fuerte presión de la opinión pública y no porque realmente quiera hacerlo. En las redes sociales hay suficientes evidencias de la sarta de sandeces en que sus integrantes han incurrido por no querer vacunar a la gente más joven y los estudiantes. Apenas se ha vacunado a la mitad de la población vulnerable, mientras que en Europa la vacunación va en la tercera dosis, que es de refuerzo. Pero en México esto ni siquiera es tema de conversación entre los funcionarios encargados de la pandemia, aun cuando los científicos de la salud afirman que la vacuna pierde su efectividad a los seis meses y que, por tanto, debe haber un refuerzo.
Por ello es mentira que la pandemia esté controlada; y los mexicanos deben prepararse para lo peor y tomar las medidas necesarias para cuidarse contra la cuarta ola y la “Cuarta Transformación”, porque no hay para donde hacerse; y ambas son igual de dañinas y mortíferas. Esto confirma lo que para muchos es cada vez más claro cuando se analizan los datos duros de la economía, de la pandemia, de la seguridad pública, incluso de la corrupción: que México tiene el peor gobierno en el peor momento.
Sheinbaum confió en que las dosis de vacunas lleguen pronto a pesar de que el Gobierno Federal aún no da a conocer las fechas para que México reciba los biológicos.
El racismo, como una manifestación de la opresión de clase, está vivo en EE. UU.
Este día, cientos de mujeres marcharon para exigir alto a la violencia, no más feminicidios y dar justicia a los casos de agresiones.
Más de 87 mil 984 personas han fallecido por causa del covid-19 a nivel mundial.
Santiago Taboada tendría el 46.3 por ciento de los votos, frente al 41.3 de Clara Marina Brugada Molina.
La causa de fondo de la desigualdad y la pobreza no es la pandemia, sino el capital hambriento de utilidades. Como una radiografía, la Covid-19 reveló fracturas en esta sociedad y está sacando a la luz falsedades.
Detrás de las cifras catastróficas que día a día vemos, hay historias de dolor y frustración debido a que los responsables de mitigar los contagios desoyeron las demandas de atención y las lecciones de varios países para aplicar la estrategia adecuada.
“Las diferencias en el acceso a las vacunas han llevado al mundo a un riesgo de “fracaso moral catastrófico”: OMS
Un gobierno mundial solo será posible y deseable en una Sociedad Socialista Mundial, en una sociedad en donde trabajemos todos para el bien de todos, incluidos la empresa y el capital privado, que sobrevivirán, como en China...
En las últimas 24 horas, las redes sanitarias de todo el mundo confirmaron alrededor de 3.4 millones de contagios de Covid-19.
La decisión de no vacunar al personal médico que trabaja en el sector privado revela falta de sensibilidad social y un total desconocimiento de la realidad nacional.
Al menos 200 mil personas se han recuperado de manera satisfactoria tras contraer el nuevo virus.
En el ámbito del cine de ficción, en los documentales, las miniseries streaming o en la televisión abierta es difícil eludir el tema de la pandemia de coronavirus que hoy azota al planeta y que prácticamente ha paralizado las economías más poderosas.
Este día, cientos de mujeres marcharon para exigir alto a la violencia, no más feminicidios y dar justicia a los casos de agresiones.
A nivel mundial, la cifra de contagios alcanzan a un millón 596 mil 496 casos y 95 mil 506 muertes.
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA