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El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene serios problemas existenciales: por un lado, se promueve como progresista con acciones como la de acoger, mediar o ser anfitrión de líderes y presidentes izquierdistas de América Latina y, por el otro, muestra sumisión y entrega a los presidentes estadounidenses, llámense Donald Trump o Joseph Biden. La trampa de un gobierno tirano consiste en hacer creer a los mexicanos que es cercano al pueblo. Para ello, en lugar de crear y fortalecer el empleo, regala migajas del presupuesto en programas asistencialistas, con lo que únicamente buscan ganar el voto y perpetuar la imperante pobreza de la gente. Tampoco basta con que haya decretado el fin de la era neoliberal si sus acciones son recetas fallidas de un capitalismo conservador y rancio que ha empeorado la vida de los mexicanos.
Y es que no puede haber más incertidumbre si de una desgracia pasamos enseguida a otra y no sabemos por dónde nos llegará la próxima calamidad. Las muerte y pobreza serán el sello de este gobierno, desde la tragedia en Tlahuelilpan hasta la mala actuación en desastres naturales, inundaciones, derrumbes, huracanes, obras fallidas como la Línea 12 del metro, negativa a atender a los niños con cáncer, pésima actuación ante la pandemia, impunidad del crimen organizado, etc. Esta tragicomedia mexicana se disfraza con dichos, ocurrencias y fanfarronadas estúpidas; mientras el país se sume en un caos, nos volcamos por las preocupaciones diarias, no reparamos en la vulnerabilidad de la soberanía en que nos ha colocado la “Cuarta Transformación” (4T) ante Estados Unidos (EE. UU.).
En el mes patrio, las ocupaciones de este gobierno son el jolgorio y pasar como nacionalistas. Mientras, la soberanía alimentaria se ve amenazada cuando dependemos de las importaciones a EE. UU. en 66 por ciento, tanto de productos básicos como de maíz, trigo y leche; energéticos como la gasolina y ni qué decir de la tecnología o de las vacunas contra el Covid-19. Si lo vemos por el lado de las exportaciones, parecería que estamos bien, éstas alcanzan 80.2 por ciento de los productos hacia los EE. UU.; tal cifra nos llevaría a pensar en cierta fortaleza de las empresas y de la producción nacional. Pero, al acercar la lupa notaremos que somos rehenes de las trasnacionales que maquilan en México, ya que el 88 por ciento de los productos exportados corresponden a bienes manufacturados, es decir, a la industria automotriz, electrónica y autopartes, entre otras actividades que no son mexicanas, pero que son directamente beneficiadas con el tratado de libre comercio con América del Norte. Pero no solo eso, en días pasados circularon imágenes de la brutal represión contra inmigrantes en la frontera sur de nuestro país por el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional. Si con Donald Trump el gobierno de la 4T no dudó en militarizar la frontera para hacer “el trabajo sucio” a EE. UU., hoy la represión y las redadas son tan feroces y abiertas que uno ya no sabe si en el Suchiate comienza la frontera de México o la de EE. UU.; lo que resulta evidente es que México es hoy, más que nunca, patio trasero de los norteamericanos.
Para los migrantes queda claro que en México hay un gobierno represor, que con una mano saluda a los mandatarios de los países latinoamericanos y con la otra apuñala a sus ciudadanos, que el único delito que han cometido es haber nacido pobres y buscar una oportunidad, la misma que anhelan los mexicanos a quienes afectan masivamente los bajos salarios y la falta de empleos en el país, que históricamente han emigrado a EE. UU., y que ahora ven cómo el Gobierno Federal presume sin recato el envío de remesas como si fuera un mérito de su gobierno y no resultado del sacrificado esfuerzo de quienes se alejaron de sus familias para asegurarles un futuro.
El sueño de los padres de la patria en torno a una América unida se ve frustrado con las acciones de personajes como AMLO. ¿Qué dirían Simón Bolívar, Miguel Hidalgo, Sucre y San Martín cuando México pisotea los derechos fundamentales de los migrantes? Por ello, en estos días, cuando nos sentimos muy mexicanos y disfrutamos las fiestas patrias, no debemos olvidar que, ante la tiranía de la 4T y el deterioro de las condiciones de vida de los mexicanos, nos queda todavía un camino de lucha para lograr, de una vez por todas, nuestra ansiada independencia y libertad.
El mercado laboral es precario, el desempleo es alto y los salarios muy bajos; la inflación es incontenible. Además, la salud de los mexicanos se ha visto muy afectada por la quinta ola de de Covid-19, mientras la inseguridad y violencia nunca había sido
En seguridad vamos de mal en peor, las autoridades se han visto rebasadas por la delincuencia y nada de lo que ofrecieron lo han cumplido, señaló el senador Juan Manuel Fócil Pérez.
“Veo hartazgo, desilusión y desesperanza en la gente. Por lo que creo que Morena tendrá voto de castigo en los próximos comicios”, afirmó Emilio Serrano Jiménez, uno de los fundadores de Morena que hoy se suma a la oposición.
Me cuento entre los interesados por saber cómo ven al país las personalidades que se piensan con capacidades para dirigir el destino de casi 130 millones de seres humanos y qué creen que deba hacerse para mejorar la situación de todos los mexicanos.
La alcaldía morenista destinó 3.5 millones a 226 obsequios, entre ellos dos automóviles Aveo con un valor conjunto de 755 mil pesos.
Para algunos especialistas, la propuesta presidencial, hoy en manos de los legisladores, es una trampa en la que, de aprobarse, caerá el mismo gobierno de la “Cuarta Transformación”.
Las calles de muchas ciudades de nuestro país padecen constantemente de congestionamientos que retrasan los tiempos de recorrido, ¿qué autoridad reconoce esto como un grave problema social? Ninguna. Estamos en tiempos de precampañas, ¿quién propone un proyecto viable?
Morelos, Zacatecas, Chiapas, Michoacán y Baja California son los cinco estados con las peores calificaciones en torno al nivel de confianza ciudadana.
Está sucediendo justo lo que advirtió el FMI en 2020: las obras y los programas sociales de López Obrador están gravitando sobre el presupuesto nacional, obligando a recortar programas que afectan a las clases populares.
Un gobierno realmente interesado en reducir la pobreza promovería una reforma fiscal para que los ricos paguen más impuestos y destinaría más recursos para obras y servicios; AMLO nada de eso hace, se limita a un discurso de "pobreza franciscana".
Varios migrantes centroamericanos fueron detenidos tras la agresión, aunque las autoridades no han precisado el número de arrestos.
Con todo y eso la esperanza no produce por sí misma ningún cambio
Capturan a 11 elementos de la Guardia Nacional por extracción ilegal en Guanajuato
México está entregado a las decisiones de EE. UU., por lo que sus decisiones como país están ligadas a las de los poderosos de Norteamérica. Así, eso de que el neoliberalismo está acabado por decreto es mentira. Y explico por qué.
Hasta ahora hay más de 100 homicidios en el estado; la incapacidad del gobierno para contener la ola de violencia está generando una profunda desconfianza en las instituciones y un sentimiento de desamparo entre los ciudadanos.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA