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Son dos las revelaciones más importantes del trabajo de Goldin. Primero, que la brecha de género en los salarios no se reduce simplemente a medida que aumenta el crecimiento y el desarrollo de un país. Para Estados Unidos, en concreto, la participación de la mujer en el mercado de trabajo disminuyó con el crecimiento económico del Siglo XIX y volvió a aumentar con el crecimiento económico del Siglo XX. Este cambio en la trayectoria se explica, por un lado, por la transformación tecnológica, que hizo transitar la estructura productiva agrícola a una industrial, y después hacia los servicios, y que también dio un impulso a la expansión de la educación secundaria y universitaria, tanto de hombres como de mujeres; por el otro, a cambios normativos como la píldora anticonceptiva, introducida en 1950. La mujer, entonces, tuvo mayores posibilidades de planear a largo plazo su educación, la formación de una familia y perseguir una carrera profesional. En suma, Goldin señala los cambios en el tiempo en la oferta y en la demanda de trabajo femenino como los factores subyacentes detrás de ésta.
Respecto a la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres, Goldin descubre, en segundo lugar, que esta brecha, aunque se ha venido cerrando, persiste con el aumento de la educación y el ingreso, y además, que las causas de esta brecha han cambiado en el tiempo. Más recientemente, en el contexto de los países de alto ingreso, con niveles educativos de la mujer a la par o superiores a los de los hombres, la causa principal es la delegación del cuidado y crianza de los hijos a la mujer, quien tiende a truncar su carrera profesional en el momento en que tiene a su primer hijo. La proliferación de los greedy works (trabajos codiciosos), en los que se premia a los trabajadores que están disponibles a todas horas, ha impuesto una barrera a las parejas para dividir las responsabilidades de cuidados de los hijos de forma equitativa, puesto que repartirse las responsabilidades implica que ambos no puedan dedicarse de tiempo completo a su trabajo, y en consecuencia, pierden por partida doble una parte del ingreso del hogar. Por tanto, la división termina siendo tal que uno de los padres, generalmente el hombre, se dedica al cien por ciento a su trabajo, y la mujer, al cien por ciento a los hijos.
Es cierto que Claudia Goldin no avanza en el estudio de políticas públicas. Sin embargo, el reconocimiento a su trabajo es también, a mi juicio, una consagración implícita de las soluciones que puede brindar el mercado a la brecha salarial de género. A la cuestión de por qué es importante conocer el papel de las mujeres en el mercado de trabajo, el Comité del Premio Nobel en Ciencias Económicas responde que, en la medida en que las mujeres no tengan la misma oportunidad de ingresar al mercado laboral la sociedad desperdicia mano de obra, habilidades y talentos, y, por tanto, no se maximiza la prosperidad global. De lo que se trata, pues, es de crear mejores condiciones de venta de la fuerza de trabajo de la mujer. Es optar por moldear ciertos tipos de empleos a las necesidades de la familia, en lugar de socializar el costo del cuidado y la crianza de los hijos, en lugar de modificar el sistema social entero que mantiene la reproducción de la vida sujeta a los vaivenes del mercado.
No cabe duda que el trabajo premiado es inmenso, relevante y sugestivo. Personalmente, considero que estos descubrimientos estadísticos pueden ser apropiados de distinta manera en favor de la causa de la mujer. El Comité que otorgó el premio dice que la experiencia estadounidense puede ser referencia para los países en desarrollo, pero ¿en qué sentido?, ¿en el de replicar los factores económicos que en un país de ingreso alto han cerrado la brecha salarial entre hombres y mujeres?, ¿será esta vía factible y pronta? Los resultados más bien muestran que, aunque no despreciables y absolutamente necesarias, no basta con mejores condiciones de trabajo para que los problemas de las mujeres hallen una verdadera y completa solución, pues incluso en los países más equitativos, donde las mujeres tienen igual o mejor nivel educativo que los hombres, la brecha de género no desaparece. Esto nos lleva a concluir que el éxito de la causa feminista no puede evadir la necesidad de reconstruir la organización social actual sobre una nueva base, regida por la cooperación, fraternidad e igualdad entre hombres y mujeres.
La violencia en Texcaltitlán preocupa a todos los habitantes del Edomex porque se preguntan si la pasividad y lentitud con que Delfina Gómez reaccionó en este municipio será la tendencia habitual de su gobierno.
Una vez despojado México de la mitad de su territorio, la embestida norteamericana siguió su camino hacia el sur.
El mundo avanza hacia una reconfiguración del sistema económico, social y político con mayor sentido humanitario. Los intentos de someter a Rusia y China han fracasado; y no hay posibilidades de que prosperen en el futuro.
Hace siete años nos dejó el comandante Fidel Castro Ruz, ¿cuál fue el gesto del revolucionario cubano que me convenció aún más de que la lucha revolucionaria es justa y necesaria; y consolidarme como activista del Movimiento Antorchista? Te cuento.
Hoy, todas las naciones del orbe tienen sólo dos opciones: o alinearse con las fuerzas del socialismo que representan la salvación de la humanidad o ir a un capitalismo decadente que busca la ganancia, la ganancia y la ganancia, a costa de la vida misma del planeta.
Se prevé que el número de millonarios aumente en un 44 por ciento de 2024 a 2027, así como también aumentará el número de pobres.
Cuando los pueblos necesitan cambiar, en sus momentos álgidos de transformación, crean a los hombres que hagan posible ese cambio. En nuestro caso, uno de los más conspicuos fue Altamirano, a la vez producto y causa de su época.
La iniciativa de reforma a la política de vivienda no beneficia a la mayoría de las familias que no pueden adquirir una vivienda; sigue repitiendo el patrón que se venía implementando desde antes de las llamadas reformas neoliberales.
Algo de capital importancia en los juicios de Nuremberg era demostrar cómo los nazis planearon y ejecutaron un plan de lavado de cerebros de los habitantes alemanes. Era necesario controlar las mentes de los germanos.
"El chico" es una obra maestra del cine mundial. Es el primer largometraje (1921) del genio Charles Chaplin, quien nos muestra que el arte cinematográfico puede ser un poderoso vehículo para la “humanización” de millones de seres humanos.
Vivimos una época que profesa un culto exagerado al "winner", el concepto de ganar o ganar. Dejando de lado la educación del deportista, el deporte triunfa en una sociedad altamente competitiva.
En la abundancia se olvidan los problemas de los demás y se piensa que el ser humano viene a ser feliz de ese modo, a trascender; pero no todos tienen la misma oportunidad. El egoísmo impera en estos tiempos.
Para mayor realce, esta obra no se circunscribe a un análisis coyuntural: es la visión de toda una época histórica, de sus raíces y perspectivas: el fin del imperialismo.
El imperialismo, como la fase superior y última del capitalismo, desde hace poco más de cien años, en 1916, ha entrado en una fase en la que sus contradicciones internas lo han sumido en una aguda crisis.
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Escrito por Tania Rojas
Maestra en Economía por El Colegio de México. Estudia un doctorado en Economía en la Universidad de Massachusetts Amherst, en EE.UU.