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Dos terceras partes de las familias michoacanas enfrentan hoy una realidad económica imperiosa: los ingresos no les alcanzan para cubrir sus gastos en alimentos, ropa y educación.
El 67 por ciento de la población michoacana se dedica a la venta de mercancías básicas al menudeo; y hasta la primera mitad de 2024 ocupaba el principal sitio nacional en exportaciones agrícolas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En sólo nueve meses, Michoacán, una de las entidades con más riquezas naturales y culturales, se encuentra sumida en una profunda crisis económica que afecta la calidad de vida de sus habitantes.
El aumento en el precio de los productos básicos ha provocado una importante disminución del comercio local y un alza del desempleo cada vez más perceptible en varios sectores de la población.
Pero de esta situación crítica, las autoridades estatales, afiliadas al partido Morena, tienen “otros datos” e insisten en que la economía se halla en recuperación.
Es decir, niegan que el desempleo, la pobreza y la desigualdad hayan crecido y que en gran parte de la población prevalezca un ambiente de incertidumbre, desaliento y frustración.
Varios factores han convergido en la generación de esta crisis: la dependencia de su economía a la producción agrícola y ganadera; el impacto negativo del cambio climático (sequía) sobre estos sectores; la falta de inversión y la competencia internacional.
“La sequía nos dejó sin nada este año. Mis tierras se secaron como un hueso y mis animales se quedaron sin pastura. Tuve que vender casi todo el ganado para que no se me muriera de hambre. Antes sembraba maíz. La verdad es que estamos pasando por una muy mala racha. Aunque llovió, no me he podido recuperar; ya no pude recuperar los animales que vendí. Los apareaba y los vendía a carnicerías. La crisis que nos dejó la sequía todavía se siente”, reportó a buzos el señor Guadalupe Zárate, habitante del municipio de Cuitzeo.
Otros ciudadanos afirmaron que la presencia de los grupos criminales y sus acciones delictivas han ahuyentado las inversiones, afectado el turismo y generado pérdidas millonarias en prácticamente todos los sectores productivos.
Gil Corona, especialista en economía, reveló que fenómenos económicos como el “lunes negro”, ocurrido en agosto pasado, afectó a los mercados financieros globales, incluido el de México.
En Michoacán ocasionó menor crecimiento económico, achicó el mercado laboral y vulneró las finanzas públicas. “Cabe agregar que el deterioro económico se relaciona con una situación prolongada de recesión económica, con sus efectos asociados de desempleo, cierre de empresas y descenso del consumo y de la inversión”, explicó.
Pero el gobierno estatal morenista niega la crisis económica en la entidad para justificar la baja asignación de recursos públicos en la atención a problemas económicos y sociales de la población, coincidieron varios entrevistados.