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Los pequeños contribuyentes seguirán pagando más impuestos
Con otro “Plan Maestro” en 2025 para recaudar impuestos con mayor eficacia entre pequeños contribuyentes, la “Cuarta Transformación” (4T) distrae la atención pública para descartar otra vez una reforma fiscal progresiva con la que paguen más quienes más ganen.
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Con otro “Plan Maestro” en 2025 para recaudar impuestos con mayor eficacia entre pequeños contribuyentes, la “Cuarta Transformación” (4T) distrae la atención pública para descartar otra vez una reforma fiscal progresiva con la que paguen más quienes más ganen.

Agotados incluso los fondos públicos para emergencias financieras y ante su urgencia de circular más dinero, el Gobierno Federal se centra nuevamente en obtener más recursos de esos causantes fiscales, que son mayoría en el padrón de contribuyentes y sostienen el gasto público; mientras que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tapa los hoyos financieros de la administración pública mediante más solicitudes de préstamos.

Aunque se incluyen empresas, los principales contribuyentes son los trabajadores formales que cobran por nómina, y los informales, que laboran bajo el sistema de cobro por honorarios, de quienes, al final de cuentas, la 4T no ha podido obtener recursos suficientes para solventar su creciente gasto. 

“Hay empresarios que dicen: ‘es que pagamos más impuestos’; pero se ha visto que, proporcionalmente, quienes pagan más impuestos por sus ingresos, siempre han sido los trabajadores”, comentó, entrevistado por buzosel analista económico y financiero Kristobal Meléndez. 

Los trabajadores formales, por nómina, “porcentualmente pagan más porque no tienen la posibilidad de deducir impuestos”, advirtió Meléndez, refiriéndose a la carencia de derecho a reducir impuestos en algunos gastos prioritarios, por ejemplo en servicios privados de salud.

Entre los contribuyentes, el segundo lugar lo ocupan las empresas que falsifican información sobre sus gastos de producción (deducibles de impuestos) para pagar menos al fisco, describió el investigador. 

La mencionada insuficiencia de ingresos fiscales, sumada a un creciente gasto público, condujo al país a un riesgoso desbalance tanto de entradas como de salidas de dinero por casi dos billones de pesos (bdp), una cantidad que, en lugar de descender, podría incrementarse en este año, agudizando los riesgos financieros del país. 

A decir de especialistas consultados, mantener un grande y persistente déficit fiscal resulta altamente perjudicial porque influye negativamente en el costo de la deuda pública, frena el crecimiento económico y, al final de cuentas, empuja la inflación, perjudicando el bolsillo de la mayoría de los mexicanos. 

En este 2025, el “segundo piso” de la 4T insiste en su esquema de programas sociales monetarios aparejado a la campaña electoral permanente instaurada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2018, subestimando la necesidad de más recursos para sostenerlos de las finanzas públicas. 

México empezó este año con un notable desbalance entre los gastos e ingresos gubernamentales de 1.9 billones de pesos (bdp), equivalente al 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que, al 29 de noviembre de 2024, correspondía a 33.8 bdp, según datos del Inegi. 

Sin garantías para obtener ingresos suficientes durante este año, el “segundo piso” de la 4T asegura que bajará el déficit fiscal de 5.9 a 3.9 por ciento; y que mantendrá la deuda pública en un nivel equivalente a 51.4 por ciento del PIB, lo que especialistas ponen en duda.

Más endeudamiento 

A falta de dinero para conservar su creciente gasto político, la 4T ha optado también por incrementar el endeudamiento público, de tal forma que empezó 2025 con una solicitud para un nuevo préstamo por ocho mil 500 millones de dólares (mdd) el seis de enero.

Este endeudamiento en dólares, equivalente a unos 177 mil 300 millones de pesos (mdp), solamente corresponde al paquete de 1.2 bdp en contratación de deuda aprobado por la aplanadora legislativa de Morena para este año.

El 14 de enero de 2025, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados presentó un análisis en el que se mostró que la deuda general del país llegó a 17.3 bdp en esta fecha, lo que representó un aumento de 2.4 bdp comparado con el saldo de noviembre de 2023.

De esta manera, es así desde que AMLO instaló su 4T en diciembre de 2018, la deuda pública pasó de 10 bdp a 17.3 bdp en enero de 2025, es decir, registró un aumento de 7.3 bdp. 

El seis de enero, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó haber expedido tres paquetes de “bonos de referencia de deuda pública” por esos 8.5 mil mdd, dinero aportado por 380 inversionistas internacionales, ante quienes el gobierno de la 4T asumió el compromiso de devolver su participación con el correspondiente rendimiento.

El primer paquete de bonos por dos mil mdd se pactó a pagar en cinco años; el segundo, a 12 años, por cuatro mil mdd; y el tercero, a 30 años, por 2.5 mil mdd; lo que, según analistas, representa una operación histórica con este tipo de endeudamiento mediante bonos. 

Junto al aumento de las deudas, también se ha incrementado el costo financiero para mantenerlas a flote que, según números oficiales, costará 1.38 bdp en 2025, que representa un incremento de 5.4 por ciento comparado con 2024. 

Tal aumento a costa de la deuda pública se debe a factores como el incremento en las tasas de interés de los créditos; variaciones en el tipo de cambio peso-dólar; los bajos niveles de crecimiento anual de la economía, así como por la misma acumulación de débitos y la obtención de nuevos préstamos.

Impuestos se recargan sobre pequeños contribuyentes

El “segundo piso” encabezado por Claudia Sheinbaum sostiene la misma política de AMLO para obtener más recursos, no implementó una reforma fiscal progresiva para que paguen más en impuestos quienes más ganan y poseen, y defienden que es suficiente con recaudar mejor entre los actuales causantes fiscales.

El problema está en que ese “recaudar mejor” se enfoca en la cobranza del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que representan el 85 por ciento de la recaudación gubernamental, y que mayoritariamente pagan pequeños contribuyentes, como los trabajadores basificados cuando obtienen sus ingresos y, junto a sus familias, cuando adquieren artículos y contratan servicios. 

Especialistas destacaron que la mayoría de los ingresos fiscales del gobierno proviene de dos impuestos: del ISR, cobrado según los ingresos de los trabajadores y las empresas, sostenido mayoritariamente con el pago de los pequeños contribuyentes. 

El otro es el IVA, de 16 por ciento, aplicado a la adquisición de productos y servicios en establecimientos formales; es pagado por la población en general, entre ésta, evidentemente, los propios trabajadores y sus familias.

Mildred Espíndola Torres, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) describió que, en el pasado, la venta internacional de petróleo crudo incluso podía sostener el gasto público; pero esa entrada empezó a reducirse a mediados de la década de 2000.

Ese desplome en la ganancia petrolera generó una caída en los ingresos gubernamentales, que se compensó mediante el aumento de las tasas del ISR, el impuesto de mayor cobro en el país, mediante una reforma hecha en 2013. 

“En 2008, los ingresos petroleros representaban 10 por ciento del PIB y 44 por ciento de los ingresos tributarios… en 2023, apenas representaron 15.3 por ciento”, describió la doctora Espíndola el 13 de junio de 2024, durante el programa “Monitor Económico”, de Radio UNAM

Entonces –refirió Espíndola– pretendieron compensar esa reducción de ingresos petroleros con recaudación del ISR, que a su vez “debió empezar a mantener la estructura tributaria”

“Las personas morales (empresas) y los asalariados sostienen esta recaudación… sin embargo, hablando de distribución, mientras los empresarios se apropian del 67 por ciento de los ingresos generados, los asalariados apenas nos quedamos con 26 por ciento”, a pesar de que los impuestos deben ser equitativos y redistributivos, expresó Espíndola. 

De esta manera, el “segundo piso” de la 4T fomentará la desigualdad social para los privilegiados que tienen más ingresos y aportan menos al fisco, en tanto distribuye aportaciones monetarias mediante programas sociales, sin mayor preocupación sobre cómo sostendrá este creciente gasto público.

AMLO también aseguró que el gobierno obtendría más dinero público bajando el sueldo a los funcionarios públicos; quitando sus pensiones a los expresidentes y creando una bolsa de por lo menos 500 mil mdp al acabar con la corrupción; nada de aquello se volvió realidad. 

Otro “plan maestro”

Como lo ha hecho en los últimos años, sin conseguir subsanar la carencia de ingresos, la SHCP presentó, el ocho de enero, un “Plan Maestro” para 2025 previendo que el SAT recaudará 5.3 bdp, equivalentes al 14.6 por ciento del PIB nacional. 

Estos planes “maestros”, difundidos anualmente como solución financiera por la 4T, han evidenciado su ineficacia para generar ingresos suficientes y sostener adecuadamente su creciente gasto público; esto se evidencia con el magno déficit fiscal arrastrado por la administración pública. 

En octubre del año pasado, la SHCP reportó que con el “Plan Maestro 2024” consiguió un incremento de 5.3 por ciento en la recaudación fiscal, equivalente a 346 mil 254 mdp, para alcanzar un total de 3.7 bdp.

Los especialistas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) destacaron que esos 346 mil 254 mdp representan una cifra menor en 27 mil 491 mdp respecto a lo esperado conforme a la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) para 2024.

Según los cálculos del “Plan Maestro 2025”, el “segundo piso” de la 4T alcanzará este año una recaudación de 5.3 bdp equivalentes a 14.6 por ciento del PIB, un porcentaje difundido como si fuera muy alto, aunque no lo sea. 

Está muy alejado del promedio en América Latina y el Caribe, donde el del 21.5 por ciento; y es todavía menor si se le compara con el de 38 países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que México pertenece, y es de 34 por ciento. 

Insuficiente la recaudación actual 

Mientras tanto, especialistas han aclarado que para superar el desequilibrio financiero gubernamental no basta con mejorar la recaudación, sino que se requiere una reforma fiscal progresiva para obtener mayores ingresos públicos haciendo que pague más quien más gane y posea. 

Enrique Provenzio Durazo, coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, sostuvo que aumentar los ingresos gubernamentales sólo mediante la recaudación, tiene limitantes técnicas, y ya se está alcanzando.

De acuerdo con su exposición del 20 de mayo de 2024, en el foro Los Grandes Desafíos de México de cara al 2030, organizado por la Facultad de Economía de la UNAM, por mucho que haya una mejor cobranza de los mismos impuestos a los actuales integrantes del padrón de contribuyentes, esto no garantizará el aumento en los recursos requeridos por el gobierno. 

Y como el “tope” en el dinero a recaudar ya se alcanzó, la estrategia ya se agotará, por lo que se necesita una reforma fiscal progresiva: “el esfuerzo recaudatorio sin reforma fiscal fue significativo y dio una ganancia, aunque pudo haberse agotado. 

“Entre 2014 y 2018, el principal beneficio fue resultado de esta reforma parcial realizada en 2013 (a las tasas de ISR); y fue la base sobre la que se montó dicho esfuerzo adicional a partir de 2019”, estableció Provenzio.

La tradicional fuente de ingresos “que son los ingresos petroleros, seguirá a la baja”, y la principal será cada vez más la recaudación de impuestos “por lo que es necesario discutir y acordar cómo hacer para incrementarla”, advirtió el coordinador del PUED de la UNAM. 

Gerardo Esquivel, académico del El Colegio de México (Colmex), destacó que una amplia reforma fiscal resulta indispensable, porque el gobierno mantiene prácticamente los mismos ingresos fiscales desde hace tres lustros, y ahora presenta un mayor gasto público. 

“No lo podemos ya soslayar (minimizarlo), porque los ingresos del gobierno, los ingresos presupuestales… son prácticamente los mismos hoy que los de hace 15 años” mientras el gasto público aumenta, indicó en octubre de 2024.

Una reforma fiscal “va a ser inevitable; tenemos que discutirla seriamente; ya no se puede hacer lo que se ha estado haciendo, que son mejoras en la eficiencia recaudatoria…si queremos que el país realmente tenga posibilidades de crecer hacia adelante, tenemos que discutir la fortaleza del Estado”, subrayó Esquivel.

Edgar Amador, subsecretario de Hacienda, reconoció, el 21 de noviembre de 2024, que una reforma fiscal integral podría aumentar la recaudación en tres por ciento del PIB; sin embargo, apuntó que la 4T insistirá en obtener más recursos cobrando mejor los actuales impuestos, mediante su “Plan Maestro”. 

En su comparecencia ante diputados, Amador señaló que la SHCP calcula que todavía hay posibilidades de obtener hasta uno por ciento del ISR para el PIB, por lo que el SAT incrementará su “eficiencia recaudatoria”. 

Con la aplicación de este esquema de recaudación “será lo mismo; es necesaria una reforma fiscal progresiva (que paguen más quienes más ganan y tienen)”, señaló, entrevistado por buzos, el analista económico y financiero, Kristobal Meléndez. 

Gasto al estilo 4T

Pese a los menores ingresos previstos para 2025, se anticipa un gasto de 9.30 bdp, una cantidad similar a los 9.66 bdp aplicados en 2024 que, para su sostenimiento, la 4T está utilizando su conocido esquema de recortar dinero de un lado para ponerlo en otro, otorgado a sus proyectos políticos, sobre todo; mientras espera pedir más dinero prestado. 

Inicialmente hubo recortes a los servicios públicos de salud en 34.1 por ciento, que bajarán de 97 a 66.7 mil mdp y, en Seguridad y Protección Ciudadana, de 36.2 por ciento, reduciéndose de 105.8 mil mdp a 70.4 mil mdp, indican análisis sobre el presupuesto 2025 del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO). 

En tanto, la 4T aumentará su gasto prioritario, al que destinará 1.02 bdp, equivalente al 11 por ciento del presupuesto total, además al destinado a 17 programas sociales del “Bienestar”, con 835.7 mil mdp, y diez “proyectos” por 189 mil mdp sin detallar aún.

Sobre los recortes en el área de Salud, Jesús Carrillo, director de Economía del IMCO, aseveró que “es uno de los temas más delicados en términos de presupuesto… (Sin embargo) vemos que, para otras cosas, hay mucho dinero, por ejemplo, para el Tren Maya, 40 mil mdp” en 2025. 

En otro ejemplo, expuso que, a pesar de los crecientes problemas de agua sufridos por el país en los últimos años, “para 2025, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) también tiene un recorte de 43 por ciento; y éstos se refieren a infraestructura hídrica; me parece muy importante esta ausencia de recursos, muy notable”, aseguró Carrillo el 30 de diciembre de 2024. 

Desequilibrio financiero en pendiente

Con el mismo presupuesto 2025, el Gobierno Federal también busca reducir el desequilibrio financiero de 5.9 a 3.9 por ciento, intención que los especialistas ponen en duda.

Estudios del CIEP señalan que el actual desequilibrio entre ingresos y gastos gubernamentales de 5.9 por ciento del PIB es el mayor de los últimos 30 años; que el gobierno pretende reducir, aunque no garantiza la obtención de más ingresos.

“El CIEP reitera la necesidad de una reforma fiscal integral que no sólo mejore la efectividad recaudatoria, sino que también promueva la equidad fiscal”, expuso en su estudio La consolidación fiscal 2025


Escrito por Martín Morales


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