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De acuerdo con organizaciones civiles especializadas y analistas privados, existe el riesgo de que la tasa de inflación, que en 2021 oscila entre el siete y ocho por ciento, persista en 2022 y que deteriore aún más el nivel socioeconómico de los sectores pobres de México.
David Lozano Tovar, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló a buzos que en esta institución se ha calculado una inflación de entre el ocho y el nueve por ciento para 2022. “Esto puede afectar al gobierno como en las compras del Estado y los presupuestos de las entidades federativas”, advirtió.
Sobre la opción gubernamental de impulsar el crecimiento económico mediante el mercado interno, es decir, con mayor consumo, lo que presuntamente vertería en mayor inflación, Lozano aclaró: “la inflación no significa que la gente compre más; puede ser que suban los precios y la gente no compre, por ejemplo, las ventas del buen fin no fueron lo que se esperaba”.
De acuerdo con los especialistas, el incremento de la inflación observada a finales de 2021 fue consecuencia de factores como el incremento de precios de los alimentos en los mercados internacionales, productos de los cuales el país depende para cubrir poco más del 50 por ciento del consumo interno en México; además del abandono gubernamental de la producción agrícola destinada al mercado nacional y el crecimiento de este sector dirigido a la exportación.
A pesar de la expectativa del Banco de México (Banxico) en torno a una inflación de hasta 3.5 por ciento en 2021, el porcentaje se incrementó hacia finales del año pasado de tal forma que, para el 16 de diciembre de 2021, pasó del 6.8 al 7.1 por ciento, según el cálculo oficial para cerrar el año; en tanto que, en el corte de noviembre de 2021, la tasa había llegado al 7.37 por ciento, la mayor registrada desde 2001.
Esas perspectivas negativas de la inflación anticiparon un perjuicio social para 2022, no obstante el aumento de 22 por ciento en el salario mínimo general (SMG) con respecto al de 2021, anunciado el 1° de diciembre de 2021, que relativamente beneficia a cerca de tres millones de trabajadores que tienen ese ingreso básico, quienes obtendrán ahora 172.87 diarios en la mayor parte del país, y 260.34 pesos en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN).
La organización civil Acción Ciudadana Frente a la Pobreza propuso, el 21 de septiembre de 2021, un aumento real del SMG, el cual debería hacerse con base en ajustes a dos componentes: el porcentaje anual de incremento en el costo de la canasta básica, que al final de 2021 llegaba a siete por ciento, más 35 pesos como monto independiente de recuperación (MIR), un instrumento de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) que busca resarcir el poder adquisitivo del salario.
El doctor Lozano advirtió que, a diferencia del 22 por ciento al SMG, los salarios contractuales solo aumentaron en promedio tres por ciento en 2021, es decir, únicamente se ajustaron a la inflación que previó el Banxico, pero no a la real. “Entonces, si la inflación llegó a siete por ciento, ahí ha habido una pérdida”, indicó.
Lozano precisó que el incremento al SMG es muy específico, va dirigido y beneficiará solamente a dos millones 800 mil trabajadores que tienen ese nivel de ingreso, pero no a los trabajadores que ganan entre uno y dos SMG, quienes son casi siete millones.
Zozobra económica
Los analistas prevén que el gasto público de 2022 enfrentará problemas por la falta de recursos, debido a que habrá menor crecimiento económico con respecto al seis por ciento esperado por el gobierno; tal como lo anticipa, en su estudio del paquete económico 2022, la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), en el cual pone en duda las estimaciones del Gobierno Federal sobre el crecimiento económico y la inflación en 2022.
“En el caso del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la única estimación cercana a 4.1 por de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) corresponde al Fondo Monetario Internacional (FMI) (4.2 por ciento); mientras que el resto de instituciones calculan un resultado menos alentador para la economía nacional. Lo mismo sucede en el caso de la inflación para 2022, en donde la expectativa de Hacienda, de alcanzar una meta de 3.4 por ciento, solo es compartida por el FMI y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), mientras que el resto de instituciones esperan una inflación superior”, indica.
De acuerdo con el panorama económico de México, contenido en las Perspectivas Económicas 2022 de la OCDE, si se tambalea la recuperación económica, o si la pandemia se reactiva en 2022, será necesario hacer ajustes sobre todo en la política fiscal (impuestos).
“El gasto en protección social, como la inversión pública, tendrá que aumentar aún más, retrasando la reducción gradual del régimen fiscal”, indica el informe, además de anticipar que el crecimiento económico en 2022 será de 3.3 por ciento, un porcentaje menor al esperado por la administración federal de no menos del seis por ciento.
Consultado por buzos, Manuel Guadarrama, Coordinador de Gobierno y Finanzas en el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), explicó que a pesar de contar con mayores recursos, el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2022 (PEF 2022) “no termina de ser un presupuesto que detone la recuperación económica, los empleos bien pagados, la productividad. A pesar de tener una cifra alta en materia de inversión pública, vamos a ver que no es una inversión que esté bien aplicada”.
Guadarrama señaló que habrá un marco complicado para la recuperación económica en 2022, debido a los efectos negativos ocasionados por las crisis sanitaria y económica en este nuevo año, sobre todo en elementos como la inflación y los obstáculos para la inversión pública.
En este marco problemático –advirtió el analista– “los Estados-Nación están apostando a la recuperación a través de la inversión pública, México llega tarde a esta etapa: durante el primer y segundo año de la pandemia, básicamente hubo un abandono del Gobierno Federal; fueron muy pocos los recursos públicos que se destinaron a programas en apoyo al ingreso de las personas y de reactivación económica, y eso no cambia para el siguiente año”.
A pesar de que habrá recursos importantes para programas sociales, –indicó el especialista del IMCO– “vamos a ver que el tema de incentivar las micro, pequeñas y medianas empresas, es algo que sigue debiendo el gobierno en este presupuesto (2022)”.
El presupuesto de 2022
El PEF 2022, aprobado a finales de 2021, dispone de un total de siete billones 88 mil 250 millones de pesos, que incluye un aumento general del 8.5 por ciento con respecto al gasto público de 2021.
En su análisis en torno a este paquete, los analistas de MCCI indican que el incremento del 8.5 por ciento contrasta con los esperados ingresos que crecerían solo 7.5 por ciento, es decir, que el aumento del gasto será superior al total de ingresos que la administración federal estima obtener para 2022.
“Para cubrir esta diferencia, el gobierno de AMLO echará mano de financiamientos producto de la contratación de deuda pública, pues el déficit presupuestario (la diferencia entre los ingresos y los gastos) será de 875 mil 570.5 millones de pesos, la cifra más alta desde 2015”, destaca el análisis.
De esta forma, MCCI pone en duda el sustento financiero del PEF 2022, cuyo aumento del 8.5 por ciento se basa en dos factores: “supuestos muy optimistas o poco realistas sobre la economía y el incremento de contratación de deuda pública”.
En este marco advierte que para cubrir los siete billones 88 mil 250 millones de pesos (mdp) previstos para el gasto, se recurrirá a la deuda que, en 2022, alcanzaría la cifra de 915 mil 615 mdp, lo cual significa que 13 por ciento del gasto total del gobierno se financiaría de esa manera.
Se detalla al respecto: “esta cifra de endeudamiento es 21 por ciento más grande que la del año 2021, lo que refleja que a pesar de que se sigue privilegiando un enfoque de finanzas públicas responsable, al no depender en exceso de la deuda, su importancia dentro de las finanzas públicas de esta administración comienza a aumentar”.
En este sentido, se insiste en destacar que tal endeudamiento contrasta con el discurso presidencial en torno a que la actual administración federal operaría sin contratar “un solo peso de deuda”.
Prioridades presidenciales
Sobre los objetivos centrales del gasto para este nuevo año, en el estudio del MCCI se asegura que serán “las prioridades de siempre del Presidente fuera de sus programas sociales: los proyectos de infraestructura (se refiere a obras como el Tren Maya, refinería Dos Bocas y aeropuerto de Santa Lucía), Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Guardia Nacional, el resto de problemas y temas del país han quedado relegados”.
Destaca que el aumento previsto en el sector salud, 0.37 por ciento más con respecto al de 2021, para quedar en 824 mil 181 mdp, en todo caso era urgente “después de los recortes y subejercicios detectados antes y durante la pandemia”, en contraste a los 24 mil mdp; es decir el 70 por ciento de recursos adicionales para la Guardia Nacional que, de cualquier modo, conformarán las fuerzas armadas en los próximos meses de 2022.
El análisis evidencia que materias relevantes para el país como la ciencia, tecnología e innovación, no son prioridades para el gobierno de AMLO, y cuyo gasto en 2022 “llegará a su punto más bajo en toda la década”.
Además “se hicieron recortes a la Secretaría de Economía y a la Secretaría de la Función Pública. Igualmente, y aunque su presupuesto es elaborado por ellos mismos, diversos órganos autónomos constitucionales tendrán menos recursos que el año pasado, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) o el Instituto Nacional Electoral (INE)”.
MCCI subrayó que el mayor incremento específico del gasto público se observa en el sector turístico, cuya dependencia recibirá 25 mil 824 mdp más que el año pasado, cifra que equivale a un incremento del 64.8 por ciento; pero estará destinado básicamente a la construcción del Tren Maya.
Le sigue el gasto correspondiente al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que incrementará 21 veces su presupuesto con respecto al destinado en 2021. Sobre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), se reconoce que “será la cuarta dependencia con mayor incremento, pues tendrá 37 por ciento más recursos, 25 mil 211 mdp más que en 2021, recursos que se destinarán, en su mayoría, a otra de las apuestas claras del Presidente: la Guardia Nacional”.
Se reporta además que la Secretaría de Salud (SS), quinta dependencia con mayores incrementos, recibirá 40 mil 823 mdp más con respecto al presupuesto de 2021, con un incremento del 26.9 por ciento que se usaría fundamentalmente en el programa de vacunación.
Lejana recuperación económica
En cuanto a la recuperación de la economía golpeada por la pandemia, la agencia internacional de análisis y calificación financiera Moody’s preveía, en noviembre de 2021, que la economía mexicana no se recuperaría en 2022 para alcanzar los niveles de crecimiento previos a la emergencia sanitaria iniciada en 2020.
Sin embargo, el 23 de septiembre de 2021, el responsable de la SHCP, Rogelio Ramírez de la O., aseguró que la economía mexicana se recuperará en 2022, con el planteamiento de que el 80 por ciento del motor de crecimiento será el mercado interno (supuestamente alentado por un mayor consumo privado).
“México va a finalizar 2021 con las finanzas públicas sanas y la recuperación económica, que inició en la segunda mitad de 2020, se terminará de consolidar en 2022, cuando iniciemos un crecimiento que permita dejar atrás el impacto de la pandemia”, declaró el titular de Hacienda.
Ramírez de la O. sostuvo que la economía mexicana crecerá en 6.3 por ciento en 2022, en tanto para 2023 lo hará el 4.1 por ciento; y argumentó que estas expectativas del Gobierno Federal son realistas conforme al paquete económico 2022 (leyes de Ingresos y Egresos).
En contraste, Carlos Díaz de la Garza, director general de Moody’s México, advirtió en un foro organizado en noviembre por la American Chamber of Commerce México (ACCM) que, a pesar de la ligera recuperación observada en 2021, el crecimiento de la economía para 2022 estará entre el tres y el cuatro por ciento (muy por debajo del 6.3 por ciento calculado por la actual administración federal para 2022), porque destacó que pesará el desplome económico (del 8.5 por ciento) registrado en 2020.
El analista Díaz de la Garza reveló que México tardará, por lo menos, hasta 2023 en volver a las condiciones prevalecientes en 2019, el año anterior al inicio de la pandemia de Covid-19.
Ofrecer su fuerza de trabajo a cambio de un salario no es, entonces, más que una apariencia de libertad: su necesidad es, ahora, la fuerza que le obliga; en la modernidad, el látigo de cuero ha sido sustituido por el del hambre.
El Banco de México ubicó la proyección de crecimiento económico en 2.4 por ciento para 2024.
Analistas coinciden que la caída en la inversión fija ya venía desde el año pasado y con la pandemia el problema se agudizó, debido también falta de certidumbre que existe en las políticas gubernamentales.
Es muy insuficiente (y disminuye cada vez) el presupuesto asignado a infraestructura hidráulica para 2024; según expertos, México necesita 85 mil mdp durante 10 años continuos para garantizar el acceso al agua.
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Especialistas opinan, en el Reporte Especial de esta semana, que la recuperación será de entre el tres y el cuatro por ciento, por lo que apenas llegará a la mitad de lo perdido en 2020.
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Escrito por Martín Morales