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En el inicio de 2018, el mundo asumió que debía adaptarse a Donald John Trump como presidente de Estados Unidos (EE. UU.). El rumbo errático de la política exterior de la superpotencia impactó en las decisiones de sus adversarios y aliados, México incluido. Adicionalmente, se debilitaron alianzas que parecían sólidas y emergieron actores insospechados, como fue el caso de las derechas regionales que capitalizaron los vacíos de poder dejados por las fuerzas de izquierda y de centro-izquierda.
Este ciclo cierra con la indudable reconfiguración del capital corporativo global, beneficiario de la precariedad ideológica y la visión mercantilista de las relaciones internacionales.
Superpotencia inestable
El balance anual de la presidencia de Donald John Trump en EE. UU. arroja resultados contrastantes: aunque ha crecido el producto interno bruto (PIB), se ha fortalecido la economía y reducido el desempleo, el magnate sigue bajo el ataque de los demócratas y la prensa corporativa. Ambos le atribuyen, sin comprobarla, su complicidad con Rusia para llevarlo a la Casa Blanca: la llamada Trama Rusa (o Russiagate).
A ello se suma su derrota en la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas y la volátil estabilidad de su gabinete. Ambos fenómenos fueron atribuidos a su intolerancia y a las intrigas palaciegas. Este clima ocasionó en 2018 la salida del Consejero de Seguridad Nacional, la Directora de Comunicación y el Presidente del Consejo Nacional de Economía.
También salieron de su equipo la embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU); el administrador de la Agencia de Protección Ambiental; el secretario de Asuntos de Veteranos; el director adjunto de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI); el jefe de Gabinete Adjunto, Rex Tillerson, el Secretario de Estado y el ayudante personal del Presidente.
En la misma lista figura el secretario de Gabinete, el director de la Agencia de Seguridad, Jeff Sessions; la Fiscal General y Mira Ricardel, asesora de Seguridad Nacional, a petición de Melania Trump. Hace unos días, salió otro hombre clave del presidente y jefe de su gabinete, John Kelly.
En 2018, la prioridad de la política exterior de Donald Trump fue minar el poder geopolítico y la supremacía global de China. De ahí los fuertes aranceles a Beijing, medida que provocó una nueva Guerra Fría. Una tregua llegó tras la reunión con Xi Jinping en el G20, pero su duración es impredecible. Algo quedó claro: tras la guerra comercial, la relación Washington-Beijing cambió para siempre.
EE. UU. también deterioró este año la relación estratégica que mantenía con Rusia. Las sanciones del congreso estadounidense al Kremlin destruyeron el aparente deshielo entre ambos países. Detrás de la preocupación imperial por Rusia se halla la creciente presencia e influencia de este país en regiones de interés estratégico, como el Medio Oriente, Asia y el Ártico, estima el analista Mikel Soria.
Para ello se armó la campaña que implicó a Moscú, sin evidencias, en el presunto envenenamiento del exagente ruso Serguéi Skripal y su hija en Londres. Y en marzo detonó la mayor expulsión de diplomáticos entre EE. UU. y Rusia, que se extendería a 25 países y 140 diplomáticos en total.
En abril, Donald Trump declaró que la relación bilateral se hallaba “peor que nunca, incluso que en la Guerra Fría”. Pese a que se buscó complicar la economía rusa con las sanciones, es poco significativa la cooperación comercial Washington-Moscú, explica el analista Mikel Soria. En cambio, la Unión Europea (UE) sí teme que, por las sanciones, Rusia le suspenda el suministro de gas.
En otra medida de fuerza, el 20 de octubre, Trump anunció su retiro del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), firmado con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1987 y que prohibía los misiles nucleares de alcance intermedio (entre 500 y mil 500 kilómetros). Para los analistas, este anuncio planteó una situación mucho más peligrosa que la que existió entre ambos Estados durante la Guerra Fría.
En noviembre vino el desencuentro entre la UE y EE. UU. por el llamado “euroejército”. “Se necesita un ‘verdadero Ejército europeo para protegernos de China, Rusia e, incluso, de EE. UU.”, propuso el presidente francés Emmanuel Macron, en la conmemoración de la Primera Guerra Mundial.
Trump calificó de “muy insultante” la idea de Macron, cuya ingratitud lamentó. La canciller alemana, Ángela Merkel, respaldó al francés al decir ante el Parlamento Europeo que un ejército común europeo mostraría al mundo que nunca debía haber otra guerra en ese continente.
China y Rusia, imparables
En su estrategia de acercamiento con sus vecinos asiáticos, para evitar que EE. UU. capitalice el distanciamiento, China se acercó a Japón y Filipinas. Ambos pasos marcaron un nuevo punto de partida histórico.
Para detener el reposicionamiento ruso, Occidente fabricó dos crisis. La primera consistió en la reedición del conflicto Ucrania-Rusia, cuando navíos rusos detuvieron tres barcos militares de Ucrania que violaron su soberanía en el Mar Negro. El gobierno de facto en Ucrania exigió a sus aliados (EE. UU. y la UE) ayuda militar y recrudecer las sanciones contra Moscú.
La segunda, a principios de diciembre, se dio cuando Grecia expulsó a dos diplomáticos rusos por supuesta injerencia en su país, lo que generó un roce entre ambos países. La hábil intervención de Vladimir Putin, que atrajo al primer ministro griego Alexis Tsipras al Kremlin, cerró el diferendo y profundizó el intercambio en energía y otros campos.
Fragilidad europea
Discutir los términos del Brexit con la UE fue la prioridad, todo este año, en la agenda de la primera ministra británica, Theresa May. Algunos sondeos revelaron que un sector de la sociedad exige un segundo referéndum; en septiembre, solo el 41 por ciento respaldó la salida de la UE, contra el 59 por ciento que lo hizo en 2016.
A la vez, Escocia rechazó el Brexit negociado con la UE. “Escocia acoge empresas, organizaciones, comunidades e individuos que sufrirán, de aprobarse ese acuerdo”, reveló un análisis del parlamento escocés. Otros estudios mostraron que en 2030 el PIB se reducirá en más de 10 mil millones de euros (unos 23 mil millones de pesos).
España es otra víctima colateral del Brexit negociado entre el Reino Unido y la UE, pues al pactar su futura relación han omitido toda referencia al estatus de Gibraltar, un asunto en que España insiste.
Tras 18 años de liderar la Unión Demócrata-Cristiana (CDU), Ángela Merkel salió y quedó en duda quién la reemplazará. Mientras tanto, Alemania sigue en bonanza: el nivel de empleo alcanza máximos históricos y mantiene su protagonismo político.
En el otoño, Francia vivió el síntoma de una crisis generalizada por la falta de representación socio-política de sus clases trabajadoras. Masivas protestas sociales contra el neoliberalismo pusieron en jaque al gobierno neoliberal y cuestionaron la debilidad de la izquierda, cuyo único rol ha sido el de acompañar el descontento social, como estima Léon Cremieux.
A Italia se la ve como uno de los grandes focos de inestabilidad en la UE y Joseph Stiglitz afirma que ahí sucederá la próxima crisis. Su bolsa ha caído el 13 por ciento, tiene la tercera deuda mundial y la correlación de fuerzas políticas es muy compleja, estima el economista Francisco Iouça.
Tres hechos marcaron a España: en mayo, el grupo separatista vasco Euskadi Ta Askatasuna (ETA: País Vasco y Libertad) disolvió sus estructuras. En junio, Mariano Rajoy perdió una moción de censura y dejó la presidencia; lo sucedió el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez. Por primera vez en seis décadas Sánchez asumió sin jurar ante la Biblia y sin crucifijo.
La convulsa batalla de Cataluña por su soberanía se zanjó con la prohibición de Madrid a la investidura de Carles Puigdemont, quien en marzo enfrentó la orden internacional de detención y fue detenido en Alemania, para luego ser liberado. Tras ser designado como Presidente, el dos de junio, asumió Quim Torra.
Medio Oriente polarizado
Destruir la credibilidad del reino y su monarca, el príncipe Salman, habría sido el objetivo de la trama de la desaparición, en Turquía, del periodista saudita Jamal Khasshogi. El eventual asesinato del corresponsal de The Washington Post, a manos de presuntos sicarios del reino, gestó una crisis que llevó a Donald Trump a fortalecer su alianza con Riad.
En mayo, el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén marcó la política pro-sionista de la Casa Blanca. Sin embargo, es una incógnita cómo lidiará el magnate la recomendación de la Policía de Israel de acusar al primer ministro, Benjamín Netanyahu, y a su esposa, por aceptar sobornos y actuar en un conflicto de intereses. Tan delicada es su situación, que la oposición israelí ha pedido la dimisión del político y elecciones anticipadas.
Este año se profundizó el conflicto interno de Yemen, entre rebeldes hutíes y fuerzas gubernamentales apoyadas por la coalición militar multinacional que lidera Arabia Saudita. En agosto, la Fundación Paz Mundial, con sede en Boston, denunció que los ataques para destruir la fuente de alimentos y bienes básicos de los hutíes ocasionó la muerte de 85 mil niños. En diciembre, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron un eventual diálogo en Suecia.
Noviembre fue el mes con “menos violencia” en Irak en seis años, con 41 civiles muertos y 73 heridos, según la Misión de la ONU en ese país. En 2012, ese organismo comenzó a publicar estadísticas sobre la violencia; junio de 2014 fue el más cruento, con mil 775 muertos y dos mil 351 heridos, por supuestos ataques del Estado Islámico (EI).
Afganistán cumplió 17 años bajo ocupación occidental. Un “desastre total” declaró en octubre el sondeo del Centro de Investigaciones Pew. Solo en 2018, EE. UU. gastó 50 mil millones de dólares en ese país, tiene hoy en el terreno a 14 mil soldados y unos 27 mil contratistas del Pentágono.
Pese a ese despliegue, EE. UU. ha fracasado en Afganistán y el 28 de noviembre anunció pláticas para pactar la paz con los Talibanes tras cuatro décadas de conflicto, afirman los periodistas Jeff Stein y Tom O’Connor.
El conflicto sirio, entre el gobierno y fuerzas opositoras armadas y financiadas por Occidente, involucró a Rusia y EE. UU., ambos defienden sus intereses en esa región. Este año, el Estado Mayor ruso declaró que el EI solo se halla en territorios bajo control de EE. UU. En contraste, el teniente Kenneth McKenzie, futuro líder del Mando Central de EE. UU., afirmó que el líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, ya no es una amenaza porque es un hombre “muy asustado” que huye por su vida “en algún lugar” del valle del río Éufrates.
América Latina en reversa
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue arrestado y sentenciado a 12 años de prisión el siete de abril por un delito que nunca se le ha comprobado. Tras eliminarlo de la contienda presidencial, las fuerzas más reaccionarias de Brasil dieron el cargo al militar ultraconservador y evangélico Jair Bolsonaro, quien prometió poner “fin al antiamericanismo pueril en América del Sur”; que no tiene sentido mantener relaciones con Cuba y que ejercerá presión diplomática contra Venezuela.
Ivan Duque Márquez asumió la presidencia de Colombia y el 29 de noviembre entró en funciones la Comisión para la Clarificación de la Verdad, Coexistencia y No Repetición, producto de los Acuerdos de Paz. Datos desclasificados en EE. UU. revelaron la complicidad de las autoridades en la violencia en ese país.
El 18 de abril estallaron protestas en Nicaragua por las reformas al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), que aumentaron tarifas y restringieron jubilaciones. Aunque esas medidas se derogaron días después, la efervescencia social continuó; en julio, la crisis había cobrado la vida de 358 personas.
El cinco de diciembre, la Interpol rechazó la petición de Ecuador de arrestar y extraditar al expresidente Rafael Correa por supuestos delitos de corrupción.
La única buena noticia en esta región fue la asunción, como presidente de Cuba, de Miguel Díaz-Canel, quien ofreció la continuidad del proyecto revolucionario. Y aunque el gobierno de Trump insiste en su hostilidad hacia la isla, numerosos sectores de EE. UU. mantienen su solidaridad con los cubanos.
La escalada de violencia multidimensional en Centroamérica expulsó a miles de trabajadores convertidos en migrantes. Evitar el inminente riesgo de asesinato, violación, secuestro, robo, prostitución y extorsiones, obligó a ciudadanos de Honduras, El Salvador y Guatemala a organizarse en “caravanas” con rumbo a EE. UU. para garantizar su vida y lograr ingresos. “Huyen dejando atrás lo poco que tienen, para llevarse consigo al menos la vida”, dice Andrés Alsina.
MÉXICO EN VILO
El año 2018 evidenció la vulnerabilidad de México en su relación con EE. UU. Donald Trump impuso la reforma al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Contra la expectativa del empresariado exportador mexicano, será hasta 2019 cuando el congreso estadounidense ratifique el nuevo Acuerdo entre EE. UU., México y Canadá (AEUMC o USMCA –en inglés, y T–MEC en español).
Tras la elección, que resultó favorable al candidato de Morena, el presidente estadounidense anticipó una muy buena relación con su homólogo. Sin embargo, Trump mantuvo su ofensiva multidimensional contra México, al imponerle aranceles del 25 por ciento al acero y del 10 por ciento al aluminio.
El gobierno mexicano aplicó medidas similares en aceros planos, lámparas, embutidos y algunos productos agrícolas. Casi a la par, Trump limitó las opciones de asilo a inmigrantes, al advertir que no liberará a los que sean detenidos mientras van a juicio.
Prospectiva 2019
Los comicios regionales y generales reconfigurarán América del Sur. Panamá y Uruguay también irán a las urnas. Se anticipa el triunfo de aspirantes de centro-derecha. Habrá elecciones presidenciales en octubre en Bolivia y la Corte ha aprobado la cuarta postulación de Evo Morales. De superar a su adversario, Carlos Meza, Morales y Nicolás Maduro de Venezuela serán los únicos en mantener el proyecto progresista de la región.
El conflicto en Nicaragua podría dar un vuelco a la derecha, lo que marcaría a Centroamérica.
El 29 de marzo, el Reino Unido saldrá de la Unión Europea (Brexit) y en mayo la ultraderechista Marine Le Pen podría vencer a Macron, cuya popularidad va en caída.
¡Imposible! Tal solución no es un asunto de reconciliación; los seres humanos son conscientes de sus diferencias de clase y no pueden fraternizar de un año a otro o de una década a otra.
Es llamativo que renombrados intelectuales se sumen a la campaña de ataque contra las víctimas y en favor de sus verdugos, repitiendo que Rusia está perpetrando un crimen imperdonable al invadir a un país indefenso como Ucrania.
En EE. UU. se acumulan muchos y muy graves problemas sociales que demuestran no solo que ya no es el modelo de progreso y buena vida, sino que las calamidades que los azotan cuestiona la viabilidad de ese sistema económico.
Hoy ya no somos los únicos “desubicados”, los únicos ignorantes y despistados sobre la justicia inmanente del mercado y sobre la teoría del “goteo”; hoy hay un clamor mundial.
En la sede nacional del PRI, Xóchitl Gálvez entregó su carta de intención como precandidata a la Presidencia, al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno.
Nadie debe extrañarse que ahora la clase explotadora de EE. UU., vanguardia y modelo de todas las clases explotadoras del mundo, esté adoptando drásticas medidas que parecía, habían sido abolidas definitivamente.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, declaró este lunes que Pekín está listo para defender sus intereses nacionales sobre Taiwán.
El presidente del blanquiazul, Marko Cortés, cuestionó que “la solicitud de juicio político de Morena contra un ministro de la Corte es una bravuconada más o el anuncio formal de un golpe de Estado".
“Es una intransigencia la que cometen contra la escuela y los alumnos; la administración de la señora Xóchitl Flores no ha dado nada a la institución. A la presidenta municipal no le debemos nada”, señaló una estudiante de la ESBA.
Lejos de combatir la corrupción, el gobierno de la 4T está institucionalizando a los corruptos (aquí doy unos ejemplos) y demostrando que su corrupción es aún más corrupta, porque el combate era solo una mentira.
La creación de mundos paralelos, en los que puede alcanzarse una felicidad pasajera y ficticia, ofrece a millones de personas la ilusión de vivir en el mundo que quisieran vivir.
El atraso en la infraestructura social no es menor ni reciente, y aunque AMLO se comprometió a construir más caminos, carreteras, y eliminar cuotas de peaje, hoy día faltan vialidades y las pocas que hay están sin mantenimiento.
La tarea que Mares se propuso como periodista revolucionario era muy clara, contribuir a la educación de los campesinos y de la población en general.
Ya se ha instalado, en una agenda cuyos adictos crecen diariamente, la cuestión de la IA. Abordaremos el tema desde el sentido común del pensamiento popular para analizar este fenómeno que nos introduce en un futuro que ya está entre nosotros.
Alejandra del Moral Vela, tendrá que probar su experiencia política para modificar la correlación de fuerzas.
Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.