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“Socialismo”, fue la contundente respuesta de Geoffrey Hinton a la pregunta que le hicieron en televisión británica sobre: ¿cómo nos aseguramos de que las ganancias se distribuyan adecuadamente y salgamos de esta horrible etapa de estancamiento en los estándares de vida?
Geoffrey Hinton, junto con John Hopfield, formaron parte del equipo galardonado con el Premio Nobel de Física en 2024 “por descubrimientos e inventos fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales” (nobelprize.org). Es decir, las bases de la Inteligencia Artificial (IA) occidental que tanta discusión han generado en los últimos meses-años, y sin duda lo seguirán haciendo por mucho tiempo más.
Si bien, alrededor de la novedosa herramienta existe una serie de planteamientos que nos obligan a ponernos al corriente en el tema y empezar a discutir sobre las regulaciones y el uso que debemos dar a ella; el debate debe superar: 1) que la IA llegó para quedarse y 2) que los cuestionamientos superficiales no nos llevarán a nada.
Las raíces de los problemas de la IA occidental hay que plantearlos desde su raíz, y éstos se encuentran al saber quiénes son los dueños de la tecnología y para qué la quieren. “La causa del problema está en la relación social en que se utiliza –la tecnología–: en su uso capitalista, como mecanismo para generar ganancia” (El obrero y la máquina, Abel Pérez Zamorano).
La cuestión que plantea Geoffrey Hinton es: “sin intervención, la IA corre el riesgo de profundizar la desigualdad, concentrar el poder entre unos pocos privilegiados y crear riesgos existenciales para la humanidad” (Medium, abril, 2025). O por así decirlo, agudizar las contradicciones ya existentes del capitalismo salvaje.
La IA es, hasta este momento, tecnología con el mismo fin que todas las precedentes, pero sin duda con una capacidad de desarrollo nunca antes vista.
La IA se ha planteado, desde las más altas esferas de la investigación, como un salto gigantesco en áreas vitales del desarrollo humano, Ellen Moons, presidenta del Comité Nobel de Física, aseguró que la IA puede “ayudar a los seres humanos a tomar decisiones más rápidas y confiables a la hora de diagnosticar enfermedades”, pese a lo optimista que puede ser el panorama en áreas de atención médica, el propio Hinton ha aseverado en repetidas ocasiones que “también tenemos que preocuparnos por una serie de posibles consecuencias negativas. En particular, la amenaza de que estas cosas se salgan de control”. Hinton renunció en 2023 a su puesto como asesor de Google alertando sobre los riesgos que implicaba el rápido desarrollo de la IA. Y como si el caso de Robert Oppenheimer y el desarrollo de la bomba atómica se repitiera, el consuelo de su desarrollador es que si él no desarrollaba aquellos avances, de todos modos alguien más lo haría en su lugar.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Foro Económico Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre el 45 y el 47 por ciento de los empleos en todo el mundo corren riesgo por el avance tecnológico representado tanto por la IA como por la automatización (Gaceta UNAM, 2025).
Un panorama muy distinto es el que se plantea China, la mayor potencia emergente del mundo.
Joseph Sifakis, ganador del Premio Turing, considerado el “Nobel de computación”, dijo en el Foro Zhongguancun de Beijing que China está elaborando su propia visión de IA, diferente a la de Estados Unidos. “China tiene una base industrial sólida y extensa y un mercado interno unificado, algo que permite al país desarrollar soluciones de IA más confiables que se alinean mejor con las necesidades de la economía real, especialmente en la tan esperada transición a la conducción autónoma” (spanish.news.cn| 2025).
La posición china encuentra su optimismo en las bases de desarrollo material que le han brindado a su pueblo las condiciones para gozar de vidas cómodas, Internet de sexta generación y capacidades de competitividad económica que nos resultan difíciles de imaginar en este lado del mundo.
El cómo China ha conseguido todo lo anterior se resume en las primeras ocho palabras del primer artículo de la constitución china: “La República Popular China es un estado socialista (...)”
La IA no es el Terminator, de las películas de James Cameron, que acecha con acabar la existencia humana; y la solución no la dará un John Connor. Lo que en China es una respuesta concreta a los retos de la IA, para los científicos de Occidente resulta una consigna que todos los pueblos con intenciones genuinas de progreso debemos empujar: ¡Socialismo! El futuro nos plantea preguntas y respuestas cada vez más claras.
De la obra del ingeniero Aquiles Córdova Morán presentada hace poco, destaco su gran capacidad predictiva, confirmada por el ulterior desarrollo de los acontecimientos.
El genocidio del pueblo ruso y otros pueblos de la URSS se inscribe en la serie de genocidios que las potencias coloniales occidentales practicaron ampliamente contra muchos pueblos originarios.
La historia del color azul en el arte es curiosa. No sólo ha ocupado un lugar central en la música o la poesía, sino también en la pintura. En la cotidianeidad es tal vez el color que más vemos.
El llamado se realizó en el marco de la conmemoración del Día Mundial de Al-Quds
En la obra "Nuestra Señora de París", el autor aborda un tema que da motivo a este artículo: los criterios estéticos de la ética, con Quasimodo como expresión de la fealdad, y la sociedad, que lo enjuicia por eso.
A partir de 1982, en México, la política económica sufrió un viraje total, con la adopción de un modelo según el cual las necesidades sociales deben ser satisfechas por el mercado.
Los enternecedores lomitos y michis suelen ser los principales sujetos de atracción en las primeras planas de los medios impresos, incluso evadiendo los graves problemas que afectan a las mayorías.
Algo de capital importancia en los juicios de Nuremberg era demostrar cómo los nazis planearon y ejecutaron un plan de lavado de cerebros de los habitantes alemanes. Era necesario controlar las mentes de los germanos.
Con la organización de este Encuentro, el MAN demostró que privilegia la herencia de nuestros pueblos originarios y da la batalla contra la enajenación e imposición de prácticas culturales extranjeras promovidas por redes sociales.
Es necesario poner en sus justos términos los beneficios que pueden generar los procesos de nearshoring. El Estado mexicano debe implementar las políticas pertinentes para que esa inversión extranjera sea útil a la economía nacional y a los sciudadanos.
Estoy en contra de los exámenes de admisión a los centros de educación superior, por lo menos, así como están diseñados.
¿Qué alternativa tienen los pueblos de América Latina para tomar el poder del Estado e incluso ir más allá? “Leer a Lenin". Ha sido precisamente la ausencia del pensamiento leninista, que los movimientos populares no han explotado sus posibilidades de emancipación.
Dalton subraya en todo momento los conceptos “construcción” y “lucha”.
Donald Trump amenazó a México con múltiples acciones hostiles.
Donald Trump impuso aranceles a 180 países. Aplica a China 145 por ciento. Su objetivo expreso es “reindustrializar” Estados Unidos (EE. UU.) y pagar su deuda.
Escrito por Óscar Manuel Pérez
Licenciado en Comunicación por la UNAM.