Cargando, por favor espere...
A la llegada de los españoles a América, les abrasaba la fiebre de conseguir oro, el más posible. Eran los tiempos dorados del mercantilismo, particularmente en España, cuando el metal amarillo era considerado la riqueza por antonomasia. Los españoles, con Cortés y con Pizarro, lo demandaban. En el Tahuantinsuyo secuestraron al inca Atahualpa y como rescate exigían una sala llena de oro; a Cuauhtémoc le aplicaron tormento por igual razón. Llegaron a imaginar ciudades hechas todas de oro; en busca del precioso metal se internaron en las inmensidades del desierto norteamericano y en la explotación de las minas exterminaron a la mayor parte de los habitantes de estas tierras.
De antología es el engaño a los nativos en el intercambio, con una sociedad inocente que, dado su incipiente desarrollo económico, ignoraba el valor monetario del oro. Dice al respecto Francisco López de Gómara en su Historia de la conquista de México (1552): “… vinieron muchos indios de un lugarejo próximo y de otros, al campamento de los españoles, a ver lo que nunca habían visto, y traían oro para cambiar por cosillas semejantes a las que habían llevado los de los acalles (canoas), y mucho pan y viandas gui-(89) les dieron los españoles cuentecillas de vidrio, espejos, tijeras, cuchillos, alfileres y otras cosas por el estilo, con las que, no poco alegres, se volvieron a sus casas y las mostraron a sus vecinos. Fue tanto el gozo y contento que todos aquellos hombres sencillos tomaron con aquellas cosillas que de rescate llevaron y vieron, que también volvieron después al día siguiente, ellos y otros muchos, cargados de joyas de oro, de gallipavos, de pan, de fruta, de comida guisada con que abastecieron el ejército español; y se llevaron por todo ello no muchos sartales ni agujas ni cintas; pero quedaron con ello tan pagados y ricos, que no veían de placer y regocijo, y hasta creían que habían engañado a los forasteros que era el vidrio piedras finas. Visto por Cortés la gran cantidad de oro que aquella gente traía y trocaba tan bobamente por dijes y naderías, mandó pregonar en el campamento que ninguno tomase oro, bajo graves penas, sino que todos hiciesen como que no lo conocían o que no lo querían, para que no pareciese que era codicia, ni su intención y venida encaminadas sólo a aquello…”.
Hoy perdura ese trato infame en daño de los más inocentes: oro por cuentas de vidrio. El salario real como fuente de ingreso ha venido cayendo (desarrollaré al respecto después), y si nada se hiciera para compensar esa caída, sobrevendrían crisis sociales e inestabilidad política. Para conjurar tal riesgo y adormecer la conciencia de las masas empobrecidas, víctimas de los gobiernos neoliberales, se han promovido “programas asistenciales”, con diferentes formas de “ayudas”. Así, primero los desemplean y empobrecen y luego “caritativamente” les ayudan. Carlos Salinas inició con Solidaridad; Ernesto Zedillo, con Progresa; con Vicente Fox y Felipe Calderón, Oportunidades; con Enrique Peña, Prospera y, finalmente, López Obrador con la entrega de dinero en tarjetitas del Bienestar. Este último, pues, no inventó los programas asistenciales: los continuó. Ciertamente, los programas tienen una razón de ser. Deben existir para atender a los sectores más vulnerables, y no en lugar del salario, que en medida suficiente debieran pagar los patronos, sino además del salario.
La segunda razón de esas “ayudas” es que aumentan la plusvalía de los capitalistas, pues al permitir bajar los salarios, y que el gobierno compense esa carencia con “apoyos” oficiales, aumentan las ganancias empresariales. Entre salario y plusvalía existe una relación inversa: a mayor salario, menor plusvalía, y a menor salario, mayor plusvalía. Así, dado que la riqueza creada no es de hule y ha de distribuirse entre patrones y trabajadores en determinadas proporciones, si se reduce lo que percibe el asalariado, aumentará consecuentemente lo que percibe el capitalista. Y cuando este último reduce los salarios, el Estado, más que obligarle a pagar lo debido, acude en su ayuda para sacarlo de apuros, y aporta los famosos “apoyos” como sucedáneo del salario.
¿Y de dónde toma los recursos? Pues del erario, de las contribuciones pagadas por los mismos trabajadores y las clases medias, ya que los potentados y las trasnacionales pagan impuestos irrisorios en proporción con sus ganancias: México es, de facto, un paraíso fiscal, y por eso vienen jubilosamente a invertir aquí: la Inversión Extranjera Directa. Así pues, en el fondo, el gobierno apoya a los patronos con dinero del pueblo, subsidiando, aparte de otras subvenciones, el salario que ellos debían pagar y que, en cambio, escamotean. Al trabajador le quitan con la derecha en forma de impuestos, y le regresan con la izquierda un mendrugo, con las famosas tarjetas… y lo dejan contento. Y a los capitalistas, ahítos. Además, le quitan servicios fundamentales, como equipamiento de hospitales, carreteras de calidad, escuelas bien equipadas (las escuelas de tiempo completo), vivienda digna para todos, agua potable (verdaderamente potable) diaria en todos los hogares, electricidad, caminos rurales.
El pueblo, que inconscientemente recibe cuentas de vidrio por oro, olvida lo que le quitan, agradece la dádiva, y se está quieto: no hace huelgas para exigir salarios dignos y mejoras laborales, dejando así tranquilos a los capitalistas, pues sabe que el gobierno le dará, al menos una parte de lo que éstos le niegan. Y les deja acumular desvergonzadamente la riqueza nacional; así, los verdaderos ganadores con la política distributiva actual son los milmillonarios, que acrecientan sus fortunas al amparo de esta generosa política donde “los pobres son primero”.
En su edición del siete de enero, El Economista (con información de Bloomberg) publica: “Las cinco personas más ricas de México aumentaron su riqueza en 48,000 millones de dólares durante 2023”. A mayor abundamiento, comparando las fortunas de los mexicanos más ricos en 2023, contra 2022, resulta (en miles de millones de dólares): Carlos Slim (lugar 11 mundial entre los más ricos, y número uno en Latinoamérica), incrementó su fortuna en 41.8 por ciento. De 74 mil millones de dólares pasó a 105 mil; Germán Larrea, de 22 mil 700 a 35 mil (58.1 por ciento más); Ricardo Salinas, de 11 mil 500 a 14 mil 600 (26.4 por ciento); Alejandro Bailleres, de cinco mil 320 a seis mil 860 (28.9 por ciento). La riqueza sumada de los cinco mexicanos más ricos totaliza 169 mil 500 millones de dólares, el 13 por ciento del Producto Interno Bruto del país (Ibíd.).
En un plazo más largo, que casi cubre el presente sexenio, Oxfam reporta: “Mientras en la pandemia de Covid-19 los mexicanos más pobres perdían sus empleos y morían en los hospitales y en sus casas, las 14 personas más ricas del país hacían crecer más y más su fortuna. Cuatro años después, es posible sostener que la fortuna de los ultrarricos, aquellos con una riqueza de más de 1,000 millones de dólares, se ha duplicado” (Oxfam, El País, 24 de enero).
En fin, este esquema de subsidios a los capitales, disfrazado de subsidio a la población, necesita modificarse. Los capitalistas deben ser obligados a pagar salarios dignos, y el gobierno deberá apoyar directamente a los más pobres, a los desempleados, etc., sí, pero a la vez, aplicar los impuestos para garantizar obras y servicios públicos, como los ya mencionados, además de seguridad pública universal efectiva, terminar con la impunidad; a los mexicanos de más bajos ingresos les dan una tarjeta, pero las injusticias y crímenes contra ellos quedan siempre sin castigo. El gobierno ha renunciado a todas estas obligaciones de ley, privando a la población de verdaderos apoyos, en un doble escamoteo: el patrono le niega buen salario y el gobierno servicios y obras, para luego marearla con una tarjeta. Negocio redondo. ¡Éste es el maravilloso mundo de la “Cuarta Transformación!”.
Las alcaldías somos el gobierno de primer contacto con la ciudadanía. Si de nueva cuenta le recortan sus recursos para el año 2021, se ponen en riesgo los servicios y obra pública.
"Vamos a producir la vacuna a riesgo. Nosotros vamos a empezar a producir la vacuna ahora", reveló. "Si se aprueba la vacuna, se va vender; si no se aprueba, se tira lo que se hizo", explicó el farmacéutico.
No sólo se ha agravado la situación de los trabajadores, sino que vamos derechito a una reforma fiscal, pero no a una reforma fiscal progresiva.
La prioridad de esta administración son los megaproyectos, los cuales serán concluidos en los próximos años. En contraste, México suma la trágica cifra de 169,760 defunciones por Covid-19.
La realidad del campo y los campesinos no mejorará con la política de “apoyos directos” de AMLO. La caída en la producción de maíz, trigo y frijol generará mayor importación de granos y, por lo tanto, seremos más dependientes de EE. UU.
El líder de los taxistas ofreció disculpas a la ciudadanía. “Ofrecemos una disculpa por las molestias que ocasionamos, pero a veces no tenemos otra alternativa”.
El costo máximo de la Gasolina Magna será de 24 pesos por litro en un periodo de seis meses.
De 2018 a 2021 la producción de combustóleo, o “leña del diablo” por su impacto negativo al medio ambiente, aumentó en 59% por la errónea política energética de la 4T, reveló México Evalúa.
El plan también contempla reformas a la Ley de Aguas Nacionales para eliminar la especulación, como la venta de concesiones no utilizadas.
La Cámara de Diputados del país, empujada por su mayoría, cumple servilmente la voluntad presidencial.
¿Dónde quedó la lucha contra la corrupción que prometió AMLO? Investigaciones han revelado que varios funcionarios de la 4T son más corruptos, incluso ni siquiera se esconden para cometer sus delitos, pues les basta declarar que “ellos no son como los de antes”.
El programa educativo que cuenta con más recursos del gobierno es La Escuela Es Nuestra registra graves problemas de opacidad en los que podría haber actos de corrupción; sólo una de cada tres escuelas recibe apoyo.
En el nuevo segmento de las mañaneras: “Quién es quién en las mentiras de la semana”, AMLO, quien ha hecho 56 mil 181 afirmaciones falsas o engañosas sobre temas fundamentales del país, pretende determinar quién miente y quién no en México.
El Financiero a 820 mexicanos, arrojó que el porcentaje de mexicanos que dice ser "muy feliz" se redujo 11 puntos entre marzo y abril de este año, al pasar de 57 a 46 por ciento.
Ganando pierde Morena porque con 11 gubernaturas más no podrá hacer buenos gobiernos donde prevalece una burocracia estatal centralizada que se hará aun más centralista y con ello debilitará a las entidades federativas.
Espartaqueada Cultural 2025 recibirá a más de 20 mil artistas
Despojan más de 24 mil hogares en la CDMX
Ejecutan a hombre en colonia Álamos de la alcaldía Benito Juárez
El Alcalde, poblado fantasma en Michoacán
La desigualdad en México ya es peligrosa: Alexandra Haas
Irregularidades en el “primer piso” de la 4T
Escrito por Abel Pérez Zamorano
Doctor en Economía por la London School of Economics. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.