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Desde un inicio en su natal Tabasco, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se caracterizó por un discurso pausado, pero enérgico y sobre todo, por ser un crítico severo de lo preestablecido, planteando que la única salida seria para resolver los males de la patria implicaba una transformación profunda de las instituciones y de las políticas gubernamentales. Teniendo como meta central lo anteriormente dicho, poco a poco fue escalando responsabilidades hasta llegar a la Presidencia Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde se acentuaron sus dotes de crítico sistemático del status quo y, finalmente, en una de sus muchas incongruencias que ejecuta sin rubor a conveniencia, por ejemplo, sin tener residencia en la Ciudad de México, disputó la Jefatura de Gobierno y se convirtió en el segundo gobernante electo de la entidad.
La llegada al poder multiplicó la diatriba y, por sistema, se opuso a las políticas instrumentadas por el polémico expresidente panista Vicente Fox, cuestionando el horario de verano, los incrementos a la leche Liconsa, la intromisión del jefe de estado o los excesos en el ejercicio del poder.
Esa fue la estrategia, cuestionarlo todo, con la que logró capitalizar el gran resentimiento existente en la sociedad ante los males crecientes de la patria; a ello se sumó una condena permanente de las fallas del gobierno colocando como una de las causas principales la corrupción en la que, a juicio del otrora líder opositor, dilapidaban cuantiosos recursos desarticulando el sistema de salud, desviando recursos de programas sociales, apoyos al campo o corrompiendo funcionarios que hacían mal uso de los programas; erróneamente, todo se achacaba a la corrupción y se planteaba como solución quitar a los gobernantes emanados de los partidos tradicionales y dar oportunidad a un nuevo grupo con una visión diametralmente distinta.
Para ello se formó un “nuevo” partido: el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que se autodenominó la esperanza de México y, como es sabido por todos, llegó al poder con amplia ventaja en 2018; AMLO inició entonces una larga lista de incongruencias que todos los días se robustece. Hoy quiero traer a cuenta dos acontecimientos que recientemente ilustran la esencia de sus acciones, veamos.
Primero. Desde siempre, AMLO cuestionó el abuso de poder, el uso de las instituciones para favorecer aliados y perseguir adversarios. Todavía se recuerda aquello de “no me van a destruir, me harán lo que al viento a Juárez” o el airado reclamo de “cállate chachalaca”. Hoy en el poder, los morenistas echan mano de todo para perseguir a quienes consideran sus enemigos o adversarios; han polarizado a la sociedad, dividiéndola entre buenos y malos, chairos y fifís, progresistas o conservadores, el extracto de un discurso de AMLO pronunciado en el zócalo capitalino, que circula en estos días en las redes sociales, exhibe tal contradicción entre su discurso y sus hechos: “El Presidente de México debe actuar como hombre de Estado, como estadista, no debe comportarse como jefe de partido de facción o de grupo, el Presidente debe ser factor de concordia, no puede utilizar las instituciones para ayudar a sus amigos, ni para destruir a sus adversarios” (Radio Fórmula, Azucena Uresti, 20 de julio de 2023).
Comunicadores como Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret de Mola, periódicos como Reforma o El Universal, sectores de la sociedad como las feministas o los ambientalistas e incluso los Antorchistas, durante la actual administración hemos sido objeto de calumnias y más de 200 menciones cargadas de visceralismo y sevicia.
En este gobierno, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), se convirtieron en recursos permanentes para atacar adversarios; todo aquel que levanta la voz, se defiende o cuestiona al actual gobierno se convierte en víctima de persecución. Recientemente se escribió otro capítulo en ese sentido: en días pasados, desde la conferencia mañanera en el sureste del país, AMLO exhibió “supuestos contratos” con entes gubernamentales por más de mil 400 millones de la Senadora Xóchitl Gálvez, quien aspira a ser la candidata de la oposición, usando las instancias tributarias, violando la secrecía y en un claro abuso de poder, demuestra que como opositor decía una cosa, pero ya en el poder las cosas cambian según la coyuntura.
Segundo. Amparados en la “austeridad republicana” y el combate a la corrupción y en que pretendían ahorrar recursos para canalizarlos “supuestamente” al pueblo, se recortaron salarios de funcionarios de todos los niveles, se desaparecieron programas como Escuelas de Tiempo completo, Estancias Infantiles y sobre todo se recortaron recursos a renglones importantes del gasto público; además, se puso en venta el famoso avión presidencial. Como demostración de la austeridad y pretendiendo poner el ejemplo, se fijaron dos imágenes ante los ciudadanos para manejarlos como recurso propagandístico: el traslado del jefe del Ejecutivo en un auto compacto y el uso de vuelos comerciales por la comitiva gubernamental. Lo anterior ha quedado en el pasado, la austeridad solo fue discurso, ahora es nota recurrente la llegada de los funcionarios de la 4T con caravanas de lujosas camionetas blindadas y sobre el traslado aéreo, en su espacio noticioso de Latinus, Carlos Loret de Mola dio a conocer, el pasado 16 de junio, un reportaje de Jorge Cisneros en el que se evidencia que gradualmente desde noviembre de 2022, luego de que en un vuelo de Mérida hacia la CDMX, AMLO recibiera ataques y gritos, se hace uso de una flotilla de Jets ejecutivos propiedad de la Sedena, con matrículas FAM 3915, FAM 3401, FAM 3206, FAM 3910, como sucedió recientemente en la supervisión de obras en el sureste o a Tamaulipas, pero se pidió a la Sedena ocultar la información sobre los viajes del Presidente, aseguró el reportero. Una vez más, la incongruencia a todo lo que da, la austeridad se aprecia en la falta de medicamentos, en las carencias de material quirúrgico, en la carencia de infraestructura educativa o en los apoyos al campo, pero por más que se empecinen en ocultarlo, el gobierno nunca renunció a los lujos y privilegios.
Y no olvidemos que la principal oferta del combate a la corrupción ha quedado en el anecdotario; en campaña se hablaba de 500 mil millones que se fugaban por esa vía, hoy se señalan con dedo flamígero los errores del pasado, pero se olvidan casos como Segalmex donde desaparecieron más de 15 mil millones, los escándalos de la Conade o los contratos millonarios con Pemex de la prima del mandatario, Felipa Obrador, resultando un auténtico fracaso en donde solo se cambió de protagonistas y, en algunos casos, solo de camiseta, como Manuel Bartlett, otrora connotado priista y hoy destacado cuadro morenista; al final las cosas en ese rubro marchan mal.
En suma, se sigue abusando del poder, como vemos con los casos de Xóchitl Gálvez, Loret de Mola o de los Antorchistas, que sufrimos los excesos del poder en manos de AMLO, la austeridad republicana solo fue estrategia mediática, la lucha anticorrupción se sintetiza en la frase “hágase la voluntad de Dios, en los bueyes de mi compadre” y a lo anterior sumemos la crisis generalizada en todos los ámbitos; la inseguridad desbordada (casi 170 mil muertes en actos violentos), la crisis económica hace inalcanzable la canasta básica, el desabasto en medicamentos en hospitales públicos es generalizada y la centralización de los recursos en obras faraónicas como el Tren Maya o el aeropuerto se impone a costa de otros programas como el Fondo Minero o las Estancias Infantiles.
Las incongruencias son muchas, mis escasos lectores y la sociedad en general, deben preguntarse, ¿vale la pena conformarse con los programas electoreros para adultos mayores o jóvenes desempleados a cambio del hundimiento estrepitoso del país en todos los ámbitos? ¿Vale la pena el derramamiento de sangre a cambio de “becas” y, más aún, qué quedará en pie ante tanto exceso? Es necesario racionalizarlo y desembarazarnos de los lobos con piel de oveja que hoy nos gobiernan, la mentira y la incongruencia es la práctica común de AMLO y el pueblo debe verlo hoy, porque mañana será demasiado tarde.
Para empezar, un fideicomiso no es un ente administrativo donde puede haber directivos corruptos o aviadores.
Vista a profundidad, la nueva reforma propuesta tiene como verdadera intención, que el Poder Ejecutivo recupere el control absoluto de los procesos electorales, control que se vio disminuido desde hace años.
La política social del presidente Andrés Manuel López Obrador, de entregar tarjetas con recursos públicos, no resuelve la pobreza del país.
Los pleitos fuertes entre seguidores de Yeidckol Polevnsky y los de Bertha Luján, en donde supuestamente ya dejó como saldo la cancelación de las asambleas para le elección; el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Ejecutivo Federal tiene actualmente facultades para modificar el Presupuesto de Egresos de la Federación y enfrentar una emergencia como la que hoy vivimos.
Al prácticamente no existir dirigencia estatal de MORENA, los acuerdos se tendrán que dar a nivel cupular.
En sus primeros días de administración, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue recibida con la muerte de seis migrantes a manos del Ejército en Chiapas.
El primer informe de labores del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez..., el cual destacó por presentar un año sin inversiones productivas, una caída en el empleo en el contexto de una serie de homicidios.
Los Papeles de Pandora son una filtración de unos 11.9 millones de documentos, que evidencian la forma para no pagar impuestos.
El peso mexicano se fortaleció levemente este jueves tras el anuncio de los primeros nombramientos del gabinete de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, tocando los 18.27 pesos por dólar.
El Gobierno federal está distraído en evadir la responsabilidad de cosas muy concretas que se deben de garantizar”.
En la 4T ha cambiado de forma el esquema del “gran elector”, “tapado”, “dedazo” y “destape” de quien sería el sucesor del Presidente; desde julio de 2021, AMLO ha integrado una lista de aspirantes o “corcholatas”.
Ocho de cada 10 contratos que el gobierno de López Obrador suscribe para sus compras, son adjudicación directa (80%), práctica que más propicia actos de corrupción, según los especialistas.
“Se estima que para final de año la deuda pública represente 54% del PIB, por lo que pasarían más de 10 años para que la deuda regrese a un nivel de 44% del PIB.
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Escrito por Osvaldo Avila Tizcareño
Colaborador