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Las adjudicaciones directas han pasado a ser para el Gobierno federal una prioridad, al dejar de lado la licitación pública, lo que significa una mayor susceptibilidad a la corrupción y representa una barrera a la competencia en las compras públicas.
Como parte de la investigación del Índice de Riesgos de Corrupción (IRC), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) detectó instituciones federales que, en 2020, favorecieron los procesos de excepción sobre la licitación pública.
Las leyes de adquisiciones y obra pública en México establecen que las compras públicas se asignarán por regla general a través de licitaciones públicas y solo en casos excepcionales, debidamente justificados, por adjudicación directa o invitación restringida. La finalidad es garantizar la competencia entre posibles proveedores y asegurar las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y crecimiento económico.
Para ciertas instituciones de la Administración Pública Federal, este no es el caso. La elaboración del Índice arrojó algunos de los siguientes resultados:
La ausencia de criterios objetivos para seleccionar proveedores abre espacios a decisiones discrecionales y fallas en la competencia, transparencia y cumplimiento de la ley. Las instituciones federales realizan más de 150 mil compras cada año, con el objetivo de monitorearlas, el IMCO desarrolló el IRC, el cual identifica las áreas de riesgo y malas prácticas en cada una de las instituciones.
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Escrito por Redacción