Durante la crisis sanitaria generada por la pandemia de Covid-19, mientras millones de mexicanos perdían sus empleos o se precarizaban sus condiciones laborales y millones de estudiantes desertaban de sus escuelas para trabajar y apoyar la economía familiar, los multimillonarios Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, Alejandro Bailléres y María Asunción Aramburuzabala incrementaron sus fortunas, denuncia el informe ¿Quién paga la cuenta? Los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas en México, publicado por la organización Oxfam-México.

Durante su campaña política de 2018, cuando era candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió a los electores acabar con la miseria en México mediante el slogan “primero los pobres” y el combate a la corrupción –a su parecer, la causa de todos los males en México–, eliminar beneficios a los millonarios.

Carlos Slim, el hombre más rico de México, con una fortuna de 81 mil millones de dólares (mmdd).

A cuatro años de la “transformación” ofrecida por AMLO, los supermillonarios son más ricos; en el país hay más pobres y los que eran pobres lo son aún más, como lo evidencian los estudios de campo y análisis estadísticos sobre la situación socioeconómica en México.

Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2018 había 51.9 millones de personas en situación de pobreza (41.9 por ciento de la población); y en 2020, el número de mexicanos en esta condición había aumentado a 55.7 millones, es decir, casi cuatro millones de pobres más.

Pese a estos resultados, el 1° de septiembre de 2022, cuando rindió su IV Informe de Gobierno ante el Congreso de la Unión, AMLO insistió en que “lo fundamental estriba en desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de la mayoría del pueblo y, de manera especial, de los más pobres y marginados”.

Sin embargo, el “destierro de la corrupción y los privilegios” prometido por AMLO no se ve en territorio nacional; porque, como lo advierte el más reciente informe del organismo internacional publicado el lunes 23 de enero, las fortunas de los superricos del país crecieron en promedio 33 por ciento durante la pandemia.

“Solamente Carlos Slim, el hombre más rico de México y de América Latina y el Caribe, concentra más riqueza que la mitad de la población mexicana; y ha visto crecer su riqueza en 42 por ciento desde el principio de la pandemia, un monto equivalente a un millón de dólares (mdd) por hora”, revela el informe de la Oxfam.

En marzo de 2019, AMLO declaró, en tono solemne y contundente, como si se tratara de la emisión de un decreto presidencial: “Quedan abolidas las dos cosas: el modelo neoliberal y su política económica de pillaje, antipopular y entreguista”.

Julio Boltvinik, profesor-investigador del Centro de Estudios Sociológicos (CES) del Colegio de México, entrevistado por este semanario poco después del arribo de AMLO a la Presidencia (“AMLO gobernará de la mano del modelo neoliberal”, 17-dic-2018), señaló: “no hay, en las medidas anunciadas, algo que realmente vaya a cambiar la esencia del modelo (…) La esencia del modelo neoliberal es el libre comercio de bienes y servicios, movimiento libre de capitales y poca intervención del Estado en la economía. Solo en este último hará un pequeño cambio, pero como no hay ni quiere hacer una reforma fiscal progresiva para captar mucho más ingresos de los que está captando, no va a poder hacer realmente un ejercicio; no va a poder llevar a la práctica la redistribución masiva del ingreso y de la riqueza que supondría un modelo distinto al neoliberal”.

Germán Larrea, con una fortuna de 30 mil mdd, es dueño de la mayor parte de la compañía minera Grupo México.

Precisamente en este punto radica la renuencia del gobierno de AMLO a emprender una reforma fiscal como sugiere el informe de la Oxfam. Por ello recauda muy poco dinero y, sobre todo, no cobra impuestos a los grandes ricos, a los superricos, destaca Carlos Brown, gerente de justicia fiscal de la Oxfam México y uno de los autores del informe La ley del más rico. Gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad.

Entrevistado por buzos, Brown sostiene: “parte de la respuesta, tanto en el mundo como en el caso mexicano y de América Latina, es que hemos diseñado sistemas tributarios que no cobran a los superricos; y los sistemas tributarios son factor importantísimo para reducir la desigualdad. Entonces, una parte de la conversación está ahí (ojo, no es la única, también hay políticas salariales, antimonopolio), hay una serie de políticas que permiten que existan estos milmillonarios; pero en donde hay que poner atención es en las políticas fiscales que es en donde creemos que más se ha dado un nivel de permisividad en la forma en que se diseñan las reglas para beneficio de los más ricos”.

Los beneficiarios de la pandemia

Gabriela Bucher, CEO de la Oxfam Internacional, afirma: “mientras la gente común hace sacrificios diarios para pagar productos esenciales como la comida, los multimillonarios han superado sus sueños más salvajes. A pesar de la pandemia y con apenas dos años, esta década se perfila como la década del auge de los súper ricos”.

El informe La ley del más rico. Gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad, publicado el pasado 16 de enero, revela que, a partir de 2020, la fortuna de los superricos en América Latina se incrementó hasta en 21 por ciento gracias al “efecto Slim”; mientras que 12 millones de latinoamericanos pasaron a las filas de la pobreza.

“Solamente Carlos Slim, el hombre más rico de México, concentra más riqueza que la mitad de la población mexicana –unos 65 millones de personas– y que los otros 14 milmillonarios mexicanos juntos. Nadie en América Latina y el Caribe es más rico que él. Su riqueza ha crecido desde el principio de la pandemia en 42 por ciento, equivalente a 25 mil 500 mdd adicionales, a un ritmo desenfrenado de 750 mdd al mes, 25 mdd por día o un mdd por hora, en promedio.

María Asunción Aramburuzabala, la mujer más rica de México con una fortuna de 6.2 mil mdd

“Los verdaderamente ricos, los dueños de fortunas inmensas, no perdieron ni perderán nada; incrementaron su riqueza que es hoy mayor que al inicio de la peste”, escribió el analista político Aquiles Córdova en uno de sus artículos semanales publicado el 14 de abril de 2021 con respecto a los beneficios que los millonarios en México tuvieron durante la pandemia.

“Hay cifras precisas sobre cuánto creció la fortuna de Bill Gates, dueño de Microsoft, de Jeff Bezos, dueño de Amazon, o de los gigantes digitales en general. El caso de México es particularmente instructivo, porque el Presidente ya abolió por decreto el neoliberalismo; y cada vez que puede asegura que en su gobierno se acabaron los privilegios económicos para los ricos. Pero Forbes México lo contradice. El seis de abril publicó los incrementos en las fortunas más grandes del país, incrementos que van desde el cero por ciento de la familia Arango hasta el 146.5 por ciento de Germán Larrea”.

Y sobre la pregunta de por qué la crisis sanitaria propició que los ricos se hicieran más ricos y los pobres más pobres, Carlos Brown puntualizó que la desigualdad y la pobreza no son algo que se produzca naturalmente porque son consecuencias de decisiones políticas.

“Hay una serie de decisiones que se han tomado a lo largo de los últimos 40 años y que han configurado (en el caso mexicano mucho más, pero en el mundo entero), que han permitido esta situación en que la riqueza y la pobreza extremas hayan aumentado al mismo tiempo por primera vez en 25 años.

“Llevamos 40 años en un modelo que nos dice que es así (que los beneficios concentrados en esas pocas personas son benéficos para el país); cuando en realidad la situación y lo que muestra la evidencia, todo lo que se ha tratado de construir para entender ese fenómeno, es que no nos beneficiamos la mayoría cuando ellos no pagan”.

Por ello, denunció, en solo tres años, los niveles de pobreza en el país alcanzaron a 44 de cada 100 y a pesar de los constantes incrementos al salario mínimo, la pobreza laboral (los trabajadores que perciben ingresos laborales por debajo de la canasta básica) afecta a cuatro de cada 10 personas.

Los trabajadores que han conservado un empleo formal tienen las mismas cargas fiscales y los que se emplean en informalidad han visto crecer sus deudas y tasas de interés, además de reducir sus consumos familiares.

Y mientras las familias se encuentran en una situación económica cada vez más precaria, los superricos se han beneficiado con la crisis porque sus fortunas crecieron 33 por ciento desde el inicio de la pandemia. En ese mismo periodo y hasta noviembre de 2022, la economía nacional únicamente creció 0.28 por ciento.

Ricardo Salinas Pliego es dueño de TV Azteca y Grupo Elektra. Posee una riqueza de 12.4 mil mdd.

“Las fortunas de los superricos crecieron 117 veces más rápido que el resto de la economía, y sin pagar ni un peso más por estas ganancias extraordinarias. Por cada 100 pesos de riqueza que se crearon entre 2019 y 2021, se fueron 21 pesos al uno por ciento más rico; y apenas 0.40 pesos al 50 por ciento más pobre. Esto es especialmente relevante en una sociedad históricamente cruzada por extremas desigualdades económicas y sociales, donde el uno por ciento más rico de la población –apenas 1.2 millones de personas– concentra casi 47 de cada 100 pesos de riqueza en el país”, dice el documento respecto a México.

En mayo de 2022, durante una visita que hizo a Sonora, el Presidente debió reconocer que, durante su gobierno, ni un solo rico había perdido dinero, “al contrario, les ha ido bien” porque, según él, se debe ayudar a todos, tanto a los ricos como a los pobres. Por esta razón, apuntó, se refrendó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para que el país sea atractivo para invertir y haya empleos y buenos salarios.

En esa declaración hay un rechazo implícito de AMLO a una reforma fiscal para que paguen más impuestos quienes ganan más, así como la reproducción del mito, como señala Brown, a través de la influencia de los milmillonarios en la vida pública, de que cuando ellos se ven beneficiados, dichos beneficios se verán reflejados en mayor crecimiento para el país, y que si se les acotan, sus ganancias se irán.

“Es decir, siempre hay una amenaza latente de que si se les cobra más o se les retiran sus beneficios, entonces ellos no podrán realizar lo que tienen que hacer”, destacó Brown respecto al cuento de que no deben aplicárseles impuestos progresivos a las grandes fortunas en México.

“Eso es una falacia, una mentira; sabemos hoy que esos son mitos que no se respaldan con evidencia. Cuando no les das beneficios tributarios, sus decisiones de inversión no vienen de ahí; vienen de que haya infraestructura; vienen de personas que hayan calificado para poder trabajar esas empresas; vienen de muchos otros motivos”.

Que los superricos paguen la cuenta

En palabras de Carlos Brown, hace falta revisar a profundidad cuáles son las reglas del juego; ya que el problema es que se ha disfrazado de conversación técnica un diálogo que es profundamente político. Falta una revisión profunda de las actuales reglas del juego y pensar en nuevos instrumentos fiscales como el de aplicar un impuesto de hasta cinco por ciento a la riqueza extrema.

“Lo que intentamos hacer con este informe es sentar las bases de una conversación pública más amplia que ponga, en el centro, que los súper ricos paguen la cuenta. Porque lo que decimos desde la Oxfam es que, cuando los superricos no pagan, pagamos nosotros, y pagamos de muchas formas”, comentó a este semanario.

Además de su propuesta de “que paguen más quienes más tienen”, la Oxfam sugiere que en México atiendan especialmente a cuatro rubros: 1. Crecimiento económico; 2. Una política fiscal progresiva; 3. Generación de empleos y 4. Aumento del gasto público para acabar con las carencias en educación, vivienda y servicios.

Desde hace mucho tiempo, el Movimiento Antorchista Nacional (MAN) ha insistido en la aplicación de un proyecto gubernamental sustentado precisamente en estos puntos para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores mexicanos.

Pero, a diferencia de los organismos internacionales que atribuyen el agravamiento de la pobreza y desigualdad en México a la pandemia de Covid-19, el MAN sostiene que estos graves problemas socioeconómicos cobraron mayor velocidad e intensidad desde que el expresidente de Estados Unidos (EE. UU.), Ronald Reagan y la exprimera ministra británica Margaret Thatcher impusieron el neoliberalismo y suprimieron el “Estado de bienestar” en casi todo el mundo.

En su escrito del 14 de abril de 2021, el dirigente nacional del MAN recordó que, desde hace muchos años, su organización social ha alertado que la magnitud de la desigualdad representa un peligro para la estabilidad política y que para evitar este riesgo es necesario aplicar una política fiscal progresiva para superar el grave problema estructural que padece el país: la insultante concentración de la riqueza, el incremento de la pobreza y la polarización social que provoca.

Carlos Brown coincide en que la brecha entre los más ricos y los más pobres ha crecido en los últimos años; y que para evitar que la acumulación de riqueza de los superricos se incremente, no basta con políticas salariales, laborales, fiscales, antimonopólicas, etc.; sino que para reducir las desigualdades se necesita que las políticas del Estado mexicano respondan con una solución integral: “es decir, cómo caminamos a construir un modelo que permita que la economía sirva para la igualdad”.