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El pasado 31 de agosto concluimos nuestro periodo de labores los diputados antorchistas. El maestro Eleusis Córdova Morán, el abogado Lenin Campos Córdova y su servidor debemos decir que, como diputados, defendimos las causas del pueblo con denuedo, entusiasmo, espíritu progresista y, sobre todo, pensando en los intereses de las clases trabajadoras. Nos percatamos del peligro que significa que el Gobierno Federal concentre el poder en el Presidente y lo denunciamos oportunamente desde la más alta tribuna del país. Descubrimos el peligro que representa el proceso de destrucción de la Patria disfrazado de “Cuarta Transformación” (4T) y también lo denunciamos.
Denunciamos, por ejemplo, la absurda cancelación del nuevo aeropuerto situado en Texcoco para cumplir al capricho del de Santa Lucía, que ha resultado más caro que el primero, aunque se diga lo contrario. Asimismo, denunciamos enérgicamente la desaparición del Ramo 23 de recursos federales que ayudaba a las comunidades marginadas a impulsar su desarrollo mediante la realización de obras y servicios municipales, que no solo daban trabajo a sus habitantes sino que construían espacios para la salud, educación, alumbrado público, drenaje, agua potable, cárcamos para evitar inundaciones, pavimentación de calles y áreas deportivas que alejan a la juventud de los vicios, entre muchas otras cosas. Pero el gobierno morenista decidió desaparecer “de un plumazo” este Ramo 23 y destinar esos recursos públicos a las megaobras-capricho de Palacio Nacional, como el Tren Maya y Dos Bocas, ninguna de las cuales vemos para qué servirían y cuándo se concluirán.
Fuimos de los pocos diputados que llamamos a los ciudadanos organizados en el Movimiento Antorchista a ejercer sus derechos constitucionales y a exigir recursos para obras y servicios en las colonias y pueblos más humildes de México desde el plantón que establecimos en la Cámara de Diputados. Aprovecho este espacio para felicitar a mis compañeros por su valentía, entrega y disposición en esta lucha, que puso en alto el nombre de nuestra querida organización: el Movimiento Antorchista Nacional. Felicidades compañeros.
Cuando la 4T, por orden presidencial, quiso violar la Constitución, también nos opusimos enérgicamente. Desde la más alta tribuna de México denunciamos el intento de prolongar el periodo del Ministro-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, con lo que se quiso efectuar lo mismo que realizó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para buscar su reelección consecutiva. Votamos en contra de esa decisión violatoria de nuestra Carta Magna y la realidad nos dio la razón: su inconstitucionalidad la echó por la borda.
Defendimos a la investigación científica, el desarrollo tecnológico, a los niños con cáncer, a los damnificados y a las víctimas de la discriminación y la violencia, porque nos opusimos enérgicamente a la desaparición de los fideicomisos. Señalamos el riesgo que había en usar esos recursos en la supuesta compra de vacunas y el tiempo nos dio la razón: ya casi acaba 2021 y seguimos entre los países del mundo con más retraso en el programa de vacunación, lo cual ha demostrado que esos fondos no eran para controlar la pandemia, como difundieron los morenistas.
Denunciamos la actitud inquisidora de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que ha servido como garrote para perseguir a los enemigos políticos de la 4T y violentar los derechos constitucionales de los mexicanos que nos atrevimos a expresar la verdad. Ahora, en estos tiempos dictatoriales, hablar con la verdad y defender los intereses de los desprotegidos se combaten con la persecución política y bloqueo de las cuentas de los opositores. Ésa es la 4T. Nosotros lo denunciamos.
También impulsamos la actividad intelectual desde la Cámara de Diputados y logramos la impresión de tres obras importantes: Las obras completas de Mariano Otero, gran pensador mexicano cuya vida se apagó a los 33 años, legando el instrumento más eficiente para defender a los mexicanos de los abusos del poder público, el juicio de amparo, y evitar que los tres poderes de la Nación se concentren en uno solo, como hoy se pretende desde el Palacio Nacional.
Logramos, asimismo, conjuntar los esfuerzos de diferentes fracciones de la Cámara de Diputados e investigadores para editar el libro Ciencia, tecnología e innovación, una visión desde el poder legislativo, y reimprimimos el folleto la Constitución para niños, que ha obtenido mucho éxito como instrumento educativo.
Finalmente, logramos que el pleno de la Cámara de Diputados aprobara nuestra iniciativa que modificó la Ley de Aguas Nacionales para que, en los planes de desarrollo de la Nación, en los estados y los municipios se incluya la captura del agua de lluvia y en el futuro próximo haya mayor acceso al agua potable, cuyo consumo es un derecho constitucional.
Así legislamos los diputados antorchistas, defendiendo los intereses de los desprotegidos y levantando la voz cuando se vulneran sus derechos. Por ello podemos afirmar, a los mexicanos y a los antorchistas que con su voto confiaron en nosotros, que les cumplimos; que llegamos al fin de la legislatura con la cabeza en alto y con la satisfacción del deber cumplido. Hubiéramos querido hacer más, pero este gobierno, como lo explicó el maestro Eleusis, nos ató de manos. A pesar de ello, no pudo atar nuestro cerebro, es decir, nuestra capacidad de pensar; y tampoco pudo acallar nuestra voz; y por eso hoy decimos fuerte que los diputados antorchistas fuimos una oposición responsable pero enérgica que, hasta el último día de sus funciones defendió a los desprotegidos de México y que no se vendió ni se rindió ante los embates de la 4T.
Los diputados antorchistas cumplimos con nuestra misión. No obstante aún queda mucho por hacer; por eso aprovechamos este informe para llamar a los antorchistas a que se unan más en torno a su organización, a que llamen a más mexicanos a que se sumen a nuestras filas para que de esa manera estemos en condiciones de pelear el poder político nacional y hacer de México una patria más justa, más libre, más soberana, más equitativa con los menesterosos y más democrática. México ya probó de todas las opciones políticas y seguimos en el atraso y sumergidos en la pobreza. Hace falta que los antorchistas, con el pueblo y no en nombre de él, hagamos la revolución social, pacífica pero enérgica, que sigue haciendo falta en México. Lo podemos lograr con el pueblo de México para que, al fin, nuestra patria sea grande, como está llamada a ser.
¡Gracias por su confianza!
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Escrito por Brasil Acosta Peña
Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.