Por la temática que abordan, las cintas bélicas se enfocan, regularmente, en mostrarnos los horrores de la guerra, la heroicidad, la valentía o la cobardía de contendientes, las secuelas terribles de destrucción que afectan no solo a los ejércitos, sino regularmente y con mucha virulencia a la población civil. Las cintas bélicas, por tanto, son un género que mantiene al espectador “al filo de la butaca”. Sin embargo, hechas por los grandes realizadores; son un escaparate para reflejar con mayor claridad y fuerza la “condición humana”, que no deriva de la naturaleza biológica de los seres humanos, sino que es un reflejo del orden social que prevalece en los países o pueblos beligerantes; orden social que es el que determina, en última instancia, la ideología, la moral, los vicios y las virtudes de los seres humanos.

Ejemplos de cintas bélicas que nos muestran la “condición humana” en los momentos más críticos de la existencia de los protagonistas son: La delgada línea roja (1998) de Terrence Malick, que nos presenta una verdadera constelación de renombrados actores y muestra los conflictos sentimentales o morales que sufren los soldados en medio del teatro bélico. En esta historia, Malick exalta no solamente la valentía, el pundonor y la heroicidad de algunos soldados, sino también las miserias morales de aquellos que son víctimas de la traición de sus parejas sentimentales; también nos presenta la ambición desmedida de los que comandan el asalto a la isla de Guadalcanal en 1942, en una batalla decisiva para determinar el rumbo de la guerra entre Estados Unidos y el Japón imperial. Esta cinta es un poema visual que enmarca la tragedia y la gloria de los combatientes.

Sin duda alguna, Senderos de gloria (1957) de uno de los genios del séptimo arte; Stanley Kubrick es una de las películas más antibelicistas y críticas sobre las medidas brutales de los mandos de los ejércitos imperialistas; la historia se centra en dos acontecimientos ocurridos en la Primera Guerra Mundial, cuando el mando militar francés tomó la decisión de fusilar a seis soldados, escogidos al azar, como escarmiento para todo el batallón que había mostrado “cobardía”. La otra medida punitiva del mando francés consistió en ordenar a una parte del ejército disparar por la retaguardia a los soldados franceses para que no retrocedieran.

La batalla olvidada (2021) Matthijs van Heijningen Jr. sigue esta tradición de buen cine que logra mostrar los distintos comportamientos de los soldados y mandos militares cuando –en el marco del enfrentamiento entre las tropas aliadas y las fuerzas alemana– las primeras intentan aniquilar a los batallones del ejército alemán para despejar la entrada de los ejércitos aliados por la costa de Holanda (en el estuario del Sheldt, en el río Escalda). Nunca se había siquiera intentado hacer un filme sobre este acontecimiento importante que permitió un avance más seguro sobre las ya mermadas fuerzas nazi fascistas (no olvidar que ya el Ejercito Rojo de la Unión Soviética había aniquilado a las tres cuartas partes del ejercito alemán y ya se acercaban a Berlín para dar la puntilla al hitlerismo).

A pesar de que los aliados se enfrentaban a los rescoldos de la poderosa maquinaria militar alemana, sobre ese episodio de la liberación de Holanda, el realizador logra una recreación histórica excelente, con una ambientación muy bien lograda y unas actuaciones sobresalientes. Pero Matthijs van Heijningen Jr, nos introduce de manera muy elocuente en ese retratar no solamente la tragedia bélica, sino que logra reflejar los tormentos morales, las acciones heroicas y de cobardía de los protagonistas principales; logra reflejar la complejidad de los sentimientos y las reacciones emocionales de los que participan en ese episodio singular de la historia de Holanda, partícipe en la mayor conflagración que ha tenido la humanidad. La fotografía de esta cinta, a cargo de Lennert Hillege, es de una muy alta calidad. Cinta sin lugar a dudas muy recomendable.