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En este libro, editado en 1958, la periodista e historiadora estadounidense (Nueva York, 1912–Connetcutic, 1989) reconstruyó los hechos históricos que dieron origen a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), entre ellos las apetencias territoriales que Alemania generó con el arribo de Guillermo I al trono de Prusia (I843 -1890), quien utilizó la habilidad política de su primer ministro Otto von Bismarck para lograr mayor dominio económico y militar sobre Europa. Este hecho lo llevó a una peligrosa misión: restaurar el Sacro Imperio Romano Germano que en 800 había creado Carlomagno (742-814) y Napoleón Bonaparte destruyó un milenio después (1804). Esa ilusión fue la que indujo a Guillermo I (1842-1890) y a su heredero Guillermo II (1890-1918) a visualizar su imperio como un “segundo gran reino” (II Reich); y la que dos décadas después llevó a Adolfo Hitler (1939-1945) a incurrir en la misma fantasía al designar III Reich a su dictadura genocida y fascista.
En la investigación de Bárbara Wertheim Tucham resalta la abundante y detallada información de las propuestas de pacto político-militar, intrigas palaciegas, espionajes y noticias falsas que el gobierno alemán utilizó en el bienio 1916-1917 para evitar que Estados Unidos (EE. UU.) se sumara a las potencias aliadas que resistían sus intentos de dominio imperial en Europa, en particular Inglaterra y Francia. Una de esas maniobras consistió en proponer a los gobiernos de México y Japón una alianza militar para que le declararan la guerra a EE. UU. a fin de distraerlo en el continente americano mientras Alemania abatía completamente a los aliados con su innovadora guerra submarina. La propuesta se hizo a través del famoso Telegrama Zimmermann, cuyo nombre derivó del apellido del ministro de relaciones exteriores.
A cambio de esta alianza, Alemania ofreció a México apoyo financiero, armas y asesoría militar y para que, una vez lograda la “victoria”, recuperara los territorios que EE. UU. le arrebató en las guerras de invasión de 1836 y 1846-1849: Texas, Nuevo México, Arizona y California. El telegrama de Arthur Zimmermann fue enviado el 16 de enero de 1917 al presidente Venustiano Carranza (1913-1919) a través de las tres vías del cable submarino estadounidense (Inglaterra, Suecia y Francia). Ese mismo día fue interceptado por el espionaje británico, sometido a estudio en la Sala 40 (especializada en criptografía) y una vez descifrado enviado a Washington el 24 de febrero. El gobierno de EE. UU. rompió relaciones diplomáticas con Alemania el día 26 de febrero y le declaró de guerra el tres de abril, después de que el 25 de enero su presidente ordenara la suspensión de la Expedición Punitiva contra Villa y de corroborar que el gobierno de México había rechazado la propuesta alemana.
Según la autora, Carranza habría aceptado que los submarinos alemanes bogaran en aguas territoriales mexicanas e instalaran bases navales en los puertos de Tampico, Veracruz, Tijuana y Magdalena, Baja California Sur; también habría escuchado con interés una demanda similar del gobierno imperial de Japón.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural