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Toda economía tiene el reto de mejorar la eficiencia productiva y la equidad distributiva, y los gobiernos deben instrumentar políticas al efecto para elevar el nivel de desarrollo. El actual le llama bienestar, como bandera para legitimarse; su nueva secretaría es del “Bienestar”; el banco también... idealismo semántico para marear incautos. Este 1º de diciembre habrán transcurrido ya dos años de esta administración, y conviene evaluar en qué grado se ha pasado de la perorata a los hechos.
Desarrollo implica primeramente crecimiento en la riqueza a distribuir. Esto no ocurre y el gobierno ha sido incapaz de promover producción y productividad; vive en una burbuja, en la ilusión de repartir una riqueza inexistente. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó 0.1 por ciento el año pasado, antes de la pandemia (en 2018 creció 2.1 por ciento); ahora caerá 10 por ciento. No se protege a las Pymes (que generan más de dos tercios del empleo): quiebran por miles; el gasto fiscal frente a la pandemia representa escasamente uno por ciento del PIB, mientras Perú aplica nueve veces más y Brasil, ocho. En el año, la inversión fija bruta cayó en 5.2 por ciento, principalmente por el ambiente de hostilidad gubernamental contra las empresas. Huye la inversión extranjera del mercado de deuda gubernamental: hasta octubre, casi 400 mil millones de pesos; estamos en el nivel más bajo desde 2013 (Banco de México). Hoy, la norteamericana Best Buy, tiendas de tecnología, anunció el cierre de sus 41 sucursales en México.
Pemex se financia con bonos considerados basura por algunas calificadoras; en octubre contrató deuda a tasas récord, siete veces mayores que los bonos del Tesoro. Es la petrolera más endeudada del mundo, con enormes pérdidas cubiertas con otros ingresos federales. En otro sector, el agrícola, fundamental para el desarrollo, el año pasado la Secretaría recibió el menor presupuesto en once años (una reducción de 40.2 por ciento en los dos últimos). En éste, las importaciones de maíz alcanzarán un récord de 18 millones de toneladas, dos millones más que en 2019.
Desplomada la economía, la tasa de desempleo abierta se disparó, y agregando subocupación e informalidad, hacen dos tercios de la Población Económicamente Activa; solo un tercio está plenamente ocupado. Se perdieron más de 12 millones de empleos: 3.72 millones formales y 8.46 informales (Banxico). Según el BID ocupamos el penúltimo lugar en Latinoamérica en jóvenes con un salario suficiente.
A resultas de tal desastre productivo y de pérdida de empleos, en estos dos años el desarrollo sufrió un retroceso sin precedente. En educación, al cerrar el ciclo escolar anterior se habían dado de baja 305 mil estudiantes universitarios; y según el PNUD, este año 640 mil abandonarán sus estudios, más o menos el doble de la matrícula de la UNAM. Ciencia y Tecnología están siendo desmanteladas. La mayoría de Morena en la Cámara de Diputados eliminó 91 fideicomisos al CONACYT, y el Gasto en Investigación Científica y Desarrollo pasó de 0.48 por ciento del PIB en 2017 a 0.38 este año (Banco Mundial). La OCDE aplica un promedio de 2.4 por ciento.
En salud, López Obrador prometió que este 1º de diciembre tendríamos un sistema como el de Dinamarca o Canadá; una burla sangrienta y nada más. El manejo de la pandemia ha sido fatal; es desgarrador ver en los noticieros tantos casos de pobres pegados a las puertas de hospitales suplicando ser admitidos, sin conseguirlo. Somos el cuarto país en defunciones, con más de cien mil muertes, hoy con más de diez mil contagios diarios; en fallecimientos de personal médico, porcentualmente somos primeros. No hay medicinas para niños con cáncer, no alcanzan las vacunas universales, y en el PEF 2021 el presupuesto para salud aumentó en 1.87 por ciento.
En servicios públicos, salvo casos muy específicos, no hay obras en agua potable, drenaje, electrificación, pavimentación de calles, aulas; en duro golpe al federalismo, se suprimió el Ramo 23, que dotaba de recursos a estados y municipios, incapacitándoles así para atender a la población; peor aún quedarán en el próximo presupuesto. Cuantiosas sumas se pierden en inversiones desatinadas, como Dos Bocas, agujero negro que consumirá, optimistamente, 180 mil millones de pesos; mientras tanto, en Tabasco los hogares están bajo el agua y no se ha construido la infraestructura hidráulica para contener las inundaciones, cuyo costo estimado es de 19 mil millones, apenas una décima parte de Dos Bocas. Cierto es que “los de antes” no la construyeron, pero tampoco “los de ahora”; además, éstos eliminaron el Fondo de Desastres Naturales y abandonan a los tabasqueños en su desgracia.
Desarrollo implica equidad distributiva, y aquí también reprueba Morena. La pobreza, profundizada en el neoliberalismo de antes, alcanza niveles trágicos en el de ahora, cuando “ya no son iguales”. Durante la pandemia, reporta Inegi, 46 por ciento de los entrevistados disminuyeron su ingreso; 20 por ciento estaban ausentes o con suspensión laboral. Entre febrero y junio, la pobreza extrema pasó de 22 millones a 32 (Programa Universitario de Estudios de Desarrollo, UNAM). A inicios de año, antes de la pandemia, el 35.7 por ciento de la población estaba en pobreza laboral (donde el salario no cubre siquiera la canasta básica, o sea, para comer); en septiembre alcanzó 44.5 por ciento, el nivel más alto desde 2005 (Coneval). En contraste, el segundo mexicano más rico, que tenía 11 mil 100 millones de dólares, hoy tiene 11 mil 700; la equidad de la 4T.
Son tiempos de horror, nada qué ver con el bienestar. Suman 65 mil 300 los asesinatos en 22 meses, ¡en promedio, 99 diarios! Aumentaron la violencia intrafamiliar y los feminicidios, ante los cuales el gobierno muestra una infame insensibilidad. Se cancelan libertades básicas; y recuérdese que sin libertad no hay desarrollo: el Gobierno Federal y sus sátrapas estatales (como Luis Miguel Barbosa) deciden qué partidos políticos pueden registrarse; obviamente, satélites de Morena. La Ley de Extinción de Dominio legaliza el despojo discrecional del patrimonio de ciudadanos, con base solo en una sospecha o denuncia (como hacía la Inquisición); el ejecutivo ha avasallado al poder judicial, dejando en absoluta indefensión a los ciudadanos ante el abuso gubernamental; se congelan cuentas bancarias por las puras pistolas de la UIF, y ahora sin requerir autorización de juez. Se persigue a quienes opinan diferente. Se coarta la libertad a beneficiarios de becas o programas asistenciales, chantajeándolos con la posible pérdida si difieren de Morena o de López Obrador. Son rehenes de los “apoyos”.
Aunque nos recetan diariamente que el neoliberalismo feneció, diremos, parafraseando a Augusto Monterroso, que: cuando despertó, el neoliberalismo todavía estaba allí, y más feroz, aun con los paliativos asistenciales, real instrumento de control político-electoral. Así pues, México se hunde en el caos; la muerte campea: por el crimen, la pandemia y el hambre; hay más pobreza, y en la miseria no existe libertad. En abuso de poder se niegan recursos a pueblos y colonias, a estados y municipios, y se impide a los afectados organizarse en su defensa, como agrupaciones sociales o partidos. Ante la dictadura entronizada, los damnificados deben reaccionar y defenderse. Las elecciones venideras serán la oportunidad para hacerlo.
En 20 años, las elecciones en México han ganado credibilidad, se han convertido en una herramienta de la gobernabilidad
La situación es tan preocupante que tanto gobernadores y la sociedad ya comienzan, nuevamente, a cuestionar el actuar de la Guardia Nacional (GN).
Ahora, en tiempos de la pandemia y de las vacunas para detenerla, se hace presente la injusta distribución de la riqueza que priva en el mundo y, por tanto, la injusta distribución de la salud. Urge una sociedad más justa.
El actual le llama bienestar, como bandera para legitimarse; su nueva secretaría es del “Bienestar”; el banco también... idealismo semántico para marear incautos.
El anteproyecto contiene una propuesta de ley que confunde sus atribuciones y supedita la libertad de investigación a una “Agenda” y a un “Consejo de Estado”.
Esta es la mayor reforma al sistema desde la llevada a cabo por el presidente Ernesto Zedillo en 1994, la cual resultó en la formación del Consejo de la Judicatura Federal y la reestructuración de la Corte.
El lema "soberanía energética" es usado por AMLO para influir en los comicios de 2024, ya que análisis financieros y energéticos no avizoran factores reales que, en el corto plazo, hagan posible la “autosuficiencia energética” de México.
La manifestación dejó un saldo de 26 uniformados lesionados
Considerando el 20 por ciento que se sumó en 2020 más el 22 por ciento de las personas que persisten en esta condición.
Estos datos convierten a México en uno de los países “más letales” del mundo para ser ambientalista.
La sustitución de la estatua en Paseo de la Reforma, de Cristóbal Colon por una que representará a las mujeres indígenas, debería ir acompañadas de acciones.
Y ahora sí parece que ya suenan los tambores de cambio en el primer círculo del presidente, y esto sucedería los primeros días del 2020
El presidente Andrés Manuel López Obrador acató un plan que obliga a nuestro país a recibir al mes hasta 30 mil migrantes deportados de EE. UU., sin tomar en cuenta que no tenemos la capacidad para albergar más migrantes.
Mientras de manera abusiva e impune se marea al pueblo con el disparate de un sistema de salud como el de Dinamarca, en los hechos, se desmonta lo poco que nos queda y se empuja a la población al servicio médico privado.
Antes de ser titular del ISSSTE, Bertha Alcalde fue una de las candidatas de López Obrador para ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Escrito por Abel Pérez Zamorano
Doctor en Economía por la London School of Economics. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.