El gobernador Salomón Jara Cruz y los diputados locales de Oaxaca, la mayoría morenistas, olvidaron el lema sobre la austeridad del Presidente de la República y han derrochado el dinero público en giras, fiestas, escoltas y adornos personales. El despilfarro es tal que ha ocasionado el hartazgo ciudadano; paulatinamente, la gente ya está protestando contra Jara Cruz y los integrantes de la Cámara de Diputados local, ubicada entre los cinco congresos estatales con mayor presupuesto en el país.

Durante 2022 y 2023 reportó un gasto bianual de mil 566 millones de pesos (mdp), del que buena parte fue destinado al pago de las exorbitantes dietas mensuales de sus integrantes, que además de la “austeridad republicana” olvidaron que Oaxaca es uno de los estados más pobres de México.

En 2022, de acuerdo con el Censo Nacional de Poderes Legislativos Estatales (CNPLE) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los congresos estatales del país ejercieron un presupuesto total de 15 mil 291 millones 646 mil 319 pesos, monto superior al 3.1 por ciento del ejercido en 2020.

Este aumento evidenció la preocupante tendencia continua al alza, pese al compromiso de los gobiernos y mayorías legislativas de Morena en torno a ceñirse a la austeridad establecida por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

En enero de 2023, el gobernador Cruz afirmó que la Ley Estatal de Austeridad Republicana, aprobada por el Congreso local “garantizará la administración de los recursos públicos con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez, en beneficio de las personas más necesitadas.

“Con la aprobación de esta legislación, el gobierno de Oaxaca iniciará un conjunto de acciones efectivas para erradicar el dispendio de las arcas públicas. Mediante la eliminación de los privilegios, el derroche y los gastos innecesarios se recuperará la dignidad del servicio público, puesto que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, declaró entonces el mandatario en un comunicado oficial.

Pero el derroche sigue

Hace dos años, el Congreso de Oaxaca fue uno de los cinco poderes legislativos con mayor presupuesto nacional, con un gasto de 784 millones 698 mil 368 pesos, según el CNPLE- 2023 del Inegi. Esta cifra no sólo contraviene el discurso de austeridad, sino que además no se corresponde con la realidad de un estado con altos índices de pobreza y desigualdad.

Según datos de la Cuenta Pública Estatal 2023, el presupuesto aprobado para el Congreso de Oaxaca en 2023 fue de 463 millones 599 mil 152 pesos; pero durante el año, el gasto se elevó a 781 millones 814 mil 192 pesos hasta casi duplicar la cantidad originalmente aprobada, lo que puso en duda su capacidad para administrar eficientemente los recursos.

El rubro más controvertido consiste en el monto ascendente de las dietas entre los miembros del Congreso. Por ejemplo, Omar Maldonado Aragón, Secretario de Servicios Administrativos, gana 105 mil 186.07 pesos al mes; y Antonio Zárate Acebedo, titular del órgano de Control Interno, y Jorge Abraham González Ilescas, secretario de Servicios Parlamentarios, reciben 99 mil 686. 65 pesos mensuales cada uno.

Estos ingresos exorbitantes contrastan con los de la mayoría de los ciudadanos oaxaqueños, cuyas condiciones de pobreza y marginación son ampliamente conocidas, y refuerzan la percepción de que el Congreso de Oaxaca está desconectado de la realidad socioeconómica del estado.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha evidenciado repetidamente la falta de recursos destinados a la vigilancia y fiscalización del presupuesto público como una de las principales causas de la ineficiencia en el gasto de los congresos estatales.

Según el análisis de esta institución especializada, aunque el gasto en las auditorías aumentó 4.1 por ciento en términos reales, los resultados de la supervisión contable reportan diferencias significativas entre las entidades federativas.

La falta de vigilancia en el gasto del Congreso de Oaxaca resulta preocupante para los ciudadanos. De acuerdo con el informe legislativo 2023 del IMCO, el Congreso de Oaxaca costó 137 mil 900 pesos a cada oaxaqueño, y el gasto de cada diputado fue de 11 millones de pesos anuales.

La relación entre el número de pobladores y diputados locales es fundamental para evaluar el gasto de los congresos. En Oaxaca, esta ecuación está desbalanceada ahora porque sus diputados locales gastan mucho más que los de otras entidades y es notoria la ausencia de fiscalización contable, señala el IMCO.

No sólo es el Congreso

La Secretaria de Turismo del gobierno de Oaxaca, Saymi Pineda Velasco, fue cuestionada después de que mediante un video difundido en redes sociales fuera efusivamente felicitada por su cumpleaños, celebrado el cuatro de julio. Las críticas no se produjeron por el festejo mismo –una la comparó inclusive con la polémica Sandra Cuevas–, sino porque éste fue organizado en el lujoso Mosa Yaga Estancia Natural, sitio “exclusivo” cuyos eventos cuestan hasta 400 mil pesos.

Además, Pineda Velasco fue presentada como “la próxima gobernadora de Oaxaca”, lo que evidenció que la ostentosa fiesta tuvo como objetivo su promoción política, sin preocuparse en nada del discurso de austeridad y la realidad de la entidad.

El malestar social se incrementó cuando se difundió que durante la administración estatal de Jara Cruz se habían gastado casi cuatro mdp en regalos para los invitados VIP de la Guelaguetza 2024, entre quienes figuraban altos funcionarios del Gobierno Federal.

La misma Saymi Pineda informó que se gastaron más de tres mdp en la colocación de 44 mil 700 metros lineales de papel picado, sombreros de palma, canastos de carrizo, faroles, paliacates y otros adornos en el Centro Histórico de Oaxaca.

Aunque estos ornatos pertenecen a la tradición local, el monto exorbitante del gasto fue visto como innecesario y provocador en un estado donde la mayoría de la población tiene múltiples carencias que demandan atención urgente.

En 2023, según la Secretaría de Finanzas estatal, el gobernador Jara Cruz gastó excesivamente en seguridad, propaganda y giras personales. A la organización de éstas destinó la cifra más alta y alarmante: 25 millones 739 mil 553.23 pesos.

Esta cantidad resulta por demás escandalosa en una entidad donde la infraestructura básica se mantiene infortunadamente deficiente en los medios urbanos y donde muchas comunidades rurales no tienen servicios de agua potable, drenaje y caminos pavimentados.

Estos recursos, que podrían haberse utilizado para mejorar las condiciones de vida de miles de oaxaqueños, fueron desviados para financiar giras que parecen orientadas a fortalecer la imagen política del gobernador.

El segundo gasto más alto fue de nueve millones 669 mil 369 pesos y se destinó a la organización y coordinación de eventos y ceremonias oficiales. Le siguió el de su custodia personal, por el que pagó cinco millones 711 mil 554.86 pesos. La magnitud de este gasto contrastó notoriamente con los recursos que su gobierno aplicó ese mismo año a la atención de los problemas de seguridad pública de la población oaxaqueña.

El informe de la Secretaría de Finanzas destaca un gasto de 720 mil 113.63 pesos en la ceremonia de su informe de gobierno, un acto de rendición de cuentas a los ciudadanos en el que deberían prevalecer la transparencia y la austeridad, no un ostentoso espectáculo.

Este análisis revela que Jara Cruz está más preocupado por la autopromoción de su imagen que de atender las necesidades urgentes de la población; sobre todo cuando se pide a los ciudadanos que “se ajusten el cinturón y se sacrifiquen en nombre de la austeridad”.

“De esta forma, las erogaciones destinadas a las actividades y funciones que corresponden a la administración estatal permitirán obtener ahorros y liberar recursos para el beneficio de los más necesitados. Por el bien de todos, primero los pobres”, afirmó el mandatario estatal en un comunicado oficial.

Este discurso del gobernador morenista de Oaxaca, así como el del Congreso local, solamente existe en el papel y tiene la finalidad de reproducir el eslogan y el demagógico discurso de “austeridad republicana” de AMLO y de Morena.