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La evidencia es clara
Los hechos son más valiosos que el discurso; la franja y la ruta es lo que realmente necesitan los países en desarrollo.
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En 2013, China presentó la iniciativa de la Franja y la Ruta. Se trata de un bien público internacional destinado a abordar las desigualdades mundiales mediante la cooperación mutuamente beneficiosa, la integración equitativa de los mercados y el desarrollo de infraestructuras, especialmente en los países del Sur. Hoy en día, en el que prevalece el proteccionismo, China está promoviendo activamente el libre comercio, el multilateralismo y la globalización a través de la iniciativa de la Franja y la Ruta.

La iniciativa de la Franja y la Ruta también fortaleció los lazos culturales y diplomáticos entre los países del mundo y promovió la amistad entre los pueblos del mundo. El alcance de la iniciativa de la Franja y la Ruta se está expandiendo desde los países vecinos de China, no solo a lo largo de la antigua Ruta de la Seda terrestre, sino también a través de una nueva Ruta de la Seda Marítima que conecta a China con países del sudeste asiático, Europa, América Latina, África y Oriente Medio.

La construcción de infraestructura es un importante elemento en el desarrollo de la Franja y la Ruta, y la construcción de trenes de China y Europa es un excelente ejemplo: en 2023, los ferrocarriles entre China y Europa operaron 17 mil viajes, un crecimiento del 6 por ciento interanual. En los últimos diez años, la iniciativa de la Franja y la Ruta ha atraído casi un billón de dólares en inversiones y ha formado alrededor de 3 mil proyectos de cooperación. 

A pesar de estos logros, la iniciativa de la Franja y la Ruta no se limita a los negocios, sino que también abarca muchos campos como la cultura, la diplomacia, la salud, el desarrollo científico y el turismo. Sin duda, todo esto profundizará la amistad entre China y otros países del mundo. Pero al mismo tiempo, algunas críticas a la iniciativa de la Franja y la Ruta comenzaron a surgir, lo que no es sorprendente, ya que afectaba el control de los países imperialistas sobre otros países en todo el mundo.

En primer lugar, Estados Unidos ha presionado a algunos países en desarrollo para impedir que participen en la iniciativa de la Franja y la Ruta o para exigir a los países que ya participan que pongan fin a la cooperación con China.

​Estados Unidos, que se considera el hegemón del mundo, se comporta como si los mercados mundiales y las economías de todos los países estuvieran bajo su control, y utiliza presiones económicas y sanciones como medio para frenar la tendencia de la Franja y la Ruta. El 30 de noviembre de 2018, el gobierno mexicano firmó el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, que reemplazó al anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El artículo 32.10 del Acuerdo establece que las tres partes no pueden llegar a acuerdos de libre comercio con “países con economías no de mercado”, una prohibición claramente dirigida a China. Si cualquiera de los tres países llega a un acuerdo de libre comercio con “países con economías no de mercado”, será expulsado del acuerdo. Ese acuerdo de exclusividad entra claramente en conflicto con el derecho de los Estados miembros de la OMC (Organización Mundial del Comercio) a celebrar acuerdos de libre comercio, que se estableció en el tiempo del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), el predecesor de la OMC.

Otro factor que afecta negativamente a la iniciativa de la Franja y la Ruta proviene de la propaganda falsa y la interpretación distorsionada de China por parte de Estados Unidos. Estados Unidos está vendiendo discursos falsos a algunos sectores económicos y sociales y gobiernos locales de los países en desarrollo para incitar sus prejuicios contra China. Los medios de comunicación internacionales pro-estadounidenses también difundieron declaraciones inventadas por Estados Unidos para crear pánico a través de los medios locales, acusando a China de ser un “nuevo imperialismo”. Por ejemplo, subrayaron los peligros de aceptar inversiones chinas o establecer relaciones comerciales con China y alertaron ante los riesgos de los préstamos chinos, afirmando que se trataba de una diplomacia de “la trampa de la deuda" que socavaría la soberanía nacional.

Estas declaraciones no tienen ninguna veracidad y son usadas por los críticos occidentales para atacar a China e intimidar a otros. En primer lugar, como todos sabemos, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura ha otorgado préstamos a varios proyectos de la Franja y la Ruta, y siempre en buenas condiciones. Los préstamos chinos han financiado proyectos de infraestructura en muchos países, y ninguno de los países que reciben préstamos chinos ha declarado haber caído en la llamada "trampa de la deuda". Los críticos occidentales han usado el ejemplo de Sri Lanka para justificar sus tonterías, pero el propio país nunca lo ha reconocido. El señor ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka refutó seriamente esto, diciendo que la “trampa de la deuda” es una retórica del sistema de discurso occidental. Hoy en día, Sri Lanka está fortaleciendo sus relaciones económicas de amistad con China.

Además, el tercer Foro de la Cumbre de Cooperación Internacional de la Franja y la Ruta, celebrado en Beijing el año pasado, atrajo la participación de más de 150 países y más de 30 organizaciones internacionales, lo que marca un récord histórico. Esto refleja la respuesta positiva de todo el mundo a la iniciativa de la Franja y la Ruta.

​En sus críticas a China, Occidente también ha mencionado repetidamente que China “sólo está saqueando los recursos naturales de estos países pobres”. Según ellos, los negocios con China acabarán perjudicando a las empresas locales, especialmente a las pequeñas, porque el “gigante asiático” ofrece precios muy bajos. En resumen, los medios de comunicación y las élites pro-estadounidenses insisten en que la asociación establecida con China es depredadora y sólo traerá desastres. Esta es puramente propaganda intimidadora contra la iniciativa de la Franja y la Ruta, instigada por los imperialistas.

De hecho, la iniciativa de la Franja y la Ruta ha logrado un desarrollo impresionante y ha logrado resultados fructíferos en todo el mundo. Ante estas pruebas reales, la propaganda negativa falsa y los ataques políticos son en última instancia insostenibles. Por ejemplo, en los últimos años, China ha construido infraestructuras importantes en África, como el primer ferrocarril de alta velocidad de África, el ferrocarril de Kenia que conecta Mombasa y Nairobi. En Indonesia, China construyó el ferrocarril de alta velocidad Yakarta-Bandung con empresas locales. Además, está el ferrocarril húngaro-serbio en Europa Central y Oriental, el puerto griego del Pireo, reacondicionado por China, y el ferrocarril de China a Laos. China ha traído enormes beneficios económicos y sociales mediante la creación de la Franja y la Ruta, lo suficientemente para refutar con fuerza las dudas y críticas mencionadas.

La iniciativa de la Franja y la Ruta también recibió el apoyo y el reconocimiento de los países co-construyentes. Es un hecho indiscutible que la iniciativa de China es lo que realmente necesitan los países en desarrollo, que los libera del control depredador del colonialismo e imperialismo y de las relaciones comerciales injustas entre el centro y la periferia (en términos del economista latinoamericano Raúl Previsch). La pobreza, el hambre, la desigualdad, el saqueo de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente están causando un desastre cada vez mayor en los países del Sur Global, y es una situación que debe abordarse con urgencia.

Una distribución equitativa de la riqueza mundial es urgente, pero los países imperialistas, de naturaleza inflexible, hacen lo contrario.​Como resultado, algunos países del Sur Global y los antiguos países coloniales sufren de pobreza y hambre. En comparación con el contexto, aunque la iniciativa de la Franja y la Ruta puede no ser la única manera de resolver los problemas de desarrollo de los países del Sur del mundo, sin duda ha hecho una valiosa contribución en este sentido.​

 

Este artículo fue publicado originalmente en la edición internacional de China Daily, con el título original "La evidencia es clara".  buzos lo reproduce con el permiso del autor.  


Escrito por Abel Pérez Zamorano

Doctor en Economía por la London School of Economics. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.


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