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En lo que va de este año, a varios hospitales públicos de Veracruz se les han caído elevadores, inundado instalaciones, carecen de agua potable, medicamentos y jeringas, por lo que sus pacientes y el personal médico se hallan en grave riesgo sanitario. Sin embargo, ni la Secretaría de Salud (SS) ni el gobierno estatal morenista han dado respuesta a esta crisis ni anunciado la inversión mínima necesaria para siquiera darles mantenimiento y proveerlos de lo más indispensable.
El 27 de junio, inmersos en la cuarta ola de calor, trabajadores del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz (HAEV) y la Torre Pediátrica, colocaron carteles sobre las vallas perimetrales en los que denunciaron la falta de agua y aire acondicionado en las instalaciones, incluidas aquellas en que se realizan intervenciones quirúrgicas, algunas de las cuales tuvieron que ser reprogramadas.
“Por nuestros pacientes. Su salud siempre será primero. Por condiciones dignas. Sin clima, sin agua, sin puertas. Son las condiciones necesarias para el cuidado de los pacientes”, destacaba el mensaje.
La versión del personal médico fue confirmada por familiares de pacientes. El padre de un niño, de quien se reserva el nombre, informó que la operación de su hijo se realizó sin aire acondicionado; y cuando ya estaba en recuperación, solamente le pusieron cerca un ventilador para mitigarle los 38 grados de temperatura, a los que sumaron los de la sensación térmica del espacio cerrado.
Días antes, varias madres de niños con cáncer se inconformaron por la falta de agua y aire acondicionado en la Torre Pediátrica, así como por las deficiencias en el mantenimiento del edificio.
Sobre esta situación, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, advirtió que si el grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (MAS) –empresa privada que distribuye el agua potable en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín– no abastecía a los hospitales, promovería una demanda judicial en su contra.
“Si el grupo MAS no atiende las demandas de agua de la ciudadanía y de los hospitales (incluyendo el de Alta Especialidad del estado de Veracruz) vamos a proceder con las demandas correspondientes por varias vías, incluso por las respuestas tan irresponsables dadas a los nosocomios que tienen servicios de alta prioridad, que dependen del vital líquido”, escribió en Twitter.
Pero los hospitales veracruzanos no solo carecen de agua suficiente. Los elevadores de la Torre Pediátrica han reportado cinco desplomes en los que nueve integrantes del personal médico sufrieron encierros, problemas de asfixia, terror, esguinces y lesiones de segundo grado.
El 29 de julio de 2021, el área de Protección Civil municipal recibió una llamada telefónica en la que se reportaba que una falla en el sistema eléctrico había provocado la caída de un elevador donde una enfermera quedó encerrada varios minutos.
El año pasado, según testimonios del personal, una enfermera se cayó del cuarto al primer piso; el pasado 17 de abril vino otro desplome de tres pisos que provocó lesiones a dos enfermeras.
El domingo siete de mayo, dos doctoras, un médico y una trabajadora del área de cocina tuvieron que ser trasladados a otro hospital por la caída de un elevador. Dos de los lesionados sufrieron esguince de segundo y tercer grado. Y el tres de junio, el aparato volvió a colapsar, dejando lesiones de segundo grado en una enfermera auxiliar, quien cayó del quinto al cuarto piso.
A causa de estos incidentes, durante una conferencia de prensa, el mandatario morenista responsabilizó a la empresa proveedora de los elevadores y al entonces director del hospital.
“Se interpuso una denuncia contra la empresa que provee estos elevadores, porque se le ha solicitado en dos ocasiones mantenimiento y que se encargue de este asunto Empresa Elevadores OTIS, S.A de C.V. (…). Se habían tomado medidas, se habló con el Director del hospital, eso es otro asunto, van varios hechos que se dan ahí y que los medios han reportado”, señaló.
Al respecto, Arturo Aguilar Aguilar, líder estatal del Partido del Trabajo (PT), advirtió que por tratarse de un problema social importante es necesario que la infraestructura de la red hospitalaria estatal sea revisada, porque las malas condiciones en un hospital aumentan los riesgos para sus pacientes.
“Lo sucedido en el hospital pediátrico del Puerto de Veracruz, hace unos días, es un llamado al sector salud del estado, a efecto de que lleve a cabo acciones de mejoramiento en los inmuebles y evitar que en el futuro se ponga en riesgo la integridad física de las y los trabajadores y de los propios pacientes”, abundó.
Hospital de Perote: una tras otra
El pasado dos de mayo, la enfermera Soledad Pimentel Zilch se presentó en el Palacio de Gobierno para exigir la intervención del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, luego de su despido injustificado por denunciar que en el Hospital General de Perote se reutilizaban jeringas, goteros, cubrebocas y otros enseres médicos desechables por órdenes del entonces director.
Informó un día antes, en su cuenta de Facebook, que desde el 20 de abril, empezaron los hostigamientos laborales en su contra después de que había denunciado tales irregularidades; y cuando buscó entrevistarse con el Secretario de Salud, éste no la recibió.
El 28 de abril presentó una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por lo ocurrido, y en el Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM). Después de dialogar con personal de la Dirección General de Política Regional en Palacio de Gobierno, entregó un oficio; y las autoridades se comprometieron a dar seguimiento a su caso en la SS.
“Tenemos prohibido pedirle al familiar del paciente que compre los insumos. Lo que hacemos, aunque no se debe y no somos ricos, porque tampoco nos pagan los millones; pero nosotros compramos el material. Tenemos la forma de demostrarlo. Para los que dicen que soy la enfermera mala, que trata mal a los pasantes de enfermería, aquí están los documentos, nunca he tratado mal a nadie en los tres años que llevo de contrato; nunca he tratado mal absolutamente a nadie”, enfatizó.
Durante la pandemia, la denunciante trabajó en el Centro de Alta Especialidad (CAE) Doctor Rafael Lucio, de Xalapa. Después del escándalo, el Secretario de Salud en la entidad, Gerardo Díaz Morales, difundió el cese del director del Hospital General de Perote, Rafael Vargas Reus; aunque negó que las jeringas se reutilizaran.
“Se detectó y nunca se aplicó ni hubo una lesión o daño para nadie. Será el Departamento Jurídico de la SS el que determine si se aplica alguna otra sanción al ahora exdirector; aunque ya hay una denuncia”, explicó e informó que la enfermera denunciante fue recontratada.
Pero el escándalo anterior no fue el primero: en julio del año pasado, un día después de su inauguración, el Hospital General de Perote se inundó; y fueron sus trabajadores quienes evidenciaron el hecho a través de las redes sociales. En uno de los videos se les observa limpiando el agua acumulada en los pasillos.
El hospital fue inaugurado por el gobernador García Jiménez, quien en sus redes sociales escribió: “¡En infraestructura de Salud también tenemos #RécordDeObras! Cumpliendo con el compromiso de dignificar los Servicios de Salud, después de 12 años de abandono por gobiernos neoliberales, hoy inauguramos el Hospital General de Perote, el cual cuenta con instalaciones y equipamiento de primer nivel para brindar atención a los habitantes de la región. La Cuarta Transformación sigue cumpliendo al pueblo veracruzano”.
Nosocomio sin anestesiólogos
En marzo pasado, el Hospital Regional Luis F. Nachón, de Xalapa, debió suspender sus labores de cirugía por falta de anestesiólogos. Mediante un oficio fechado el 22 de marzo, el jefe de cirugía de ese hospital, Melito Lozano Morales, informó de la situación a la directora del mismo, Reina Uscanga Uscanga.
Este hospital atiende a cientos de pacientes todos los días, pero las cirugías fueron suspendidas por “tiempo indefinido”. Unos meses antes, en el Hospital Regional de Coatepec, María Elena Muñoz, enfermera desde hace 22 años, denunció que los quirófanos en ese nosocomio estaban deshabilitados y que las parturientas y los enfermos que requerían cirugía debían ser trasladados a un hospital de Xalapa. Así estuvieron durante varios meses.
Hace unas semanas, el diputado local morenista Maleno Rosales Torres denunció que en el Centro de Salud Tamarindo se ofrecía un trato altanero y malo a la población, así como la posible sustracción de medicamentos y mobiliario del sector salud por los directivos. El inmueble había sido remodelado y entregado a la comunidad un mes antes por el gobernador.
El legislador denunció que se niegan a surtir las recetas a los pacientes; responsabilizó a la SS estatal por el desabasto de medicamentos y reveló que han detectado medicamentos exclusivos del sector salud en el consultorio particular del director.
Cuando el diputado local acudió al centro de salud para conocer su posición personal en relación con las denuncias de la población, no obtuvo respuesta, por lo que solicitó a los vecinos integrar una comisión y elaborar escritos para entregarlos el viernes 21 de julio a la SS del estado.
Porque de estas denuncias, apuntó, deben enterarse el Secretario de Salud y el propio gobernador Cuitláhuac García Jiménez, porque “no queremos este tipo de funcionarios, soberbios, altaneros y déspotas”; además de que deberá investigarse qué pasó con el mobiliario nuevo y con el abasto de medicamentos, así como la negativa del personal médico a brindar consultas en ciertos horarios.
El senador veracruzano Julen Rementería del Puerto lamentó que “el sistema de salud de Veracruz no sea como el de Dinamarca, como lo había prometido el gobierno de la ‘Cuarta Transformación’ (4T)”; y como prueba de la enorme lejanía que hay entre uno y otro, recordó que el Hospital General de Alta Especialidad del Puerto de Veracruz operó varias semanas sin agua ni aire acondicionado.
“Éstos son los resultados de la austeridad republicana. De un gobierno que prefiere el clientelismo político y que la gente piense en corcholatas y procesos electorales; pero que descuida algo tan esencial como la vida y la salud de ocho millones de veracruzanos. Ni en los gobiernos anteriores que tanto critican había sucedido algo así; y ahora hasta el contenedor del hospital se quedó sin agua”, denunció.
Rementería afirmó también que lo sucedido en el hospital del Puerto de Veracruz es apenas un botón de muestra de lo recurrente en los hospitales de la entidad. “Si no es la falta de agua, es el desabasto de medicamentos, la suspensión de quimioterapias o la negación a intervenir quirúrgicamente porque no hay cirujanos. Hoy, el sistema de salud de Veracruz es el gran talón de Aquiles del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y en general de la 4T”, remató.
El pasado seis de julio, García Jiménez anunció una “inversión histórica” de 492 mdp en equipamiento médico especializado –entre ellos la Unidad de Imagen por Resonancia Magnética, para el Hospital de Alta Especialidad de Veracruz y el microscópico quirúrgico oftalmológico avanzado–; pero hasta el cierre de esta edición, su gobierno no había anunciado ninguna acción para dar mantenimiento a los hospitales públicos de la entidad.
Cada año se ha autorizado presupuesto para los CENDI en el país y al menos cuatro ubicados en Nuevo León que impulsó el PT llevan más de 12 años abandonados.
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“Desde enero de 2019 aumentaron la polarización y estrategias para levantar o acallar temas a favor o en contra de la 4T”.
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Escrito por Yamiri Rodríguez
Corresponsal Veracruz