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No debemos olvidar que el cinco de febrero de 1917, después de siete años de hambre, muertes y destrucción, en nuestro país se logró un acuerdo nacional que establecía lo que en adelante estaría permitido y lo que no estaría permitido para todos y, en consecuencia, la sociedad, a través de sus aparatos de justicia, debería castigar. En un país de ya muchos millones de habitantes con intereses y pensamientos diversos y encontrados, no era poca cosa. Ese acuerdo nacional se llama Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y aun con modificaciones, sigue estando en vigor y garantizando la relativa paz y estabilidad de la que gozamos todos los mexicanos.
Lo prohibido y lo permitido significaba y sigue significando que nadie podía ser molestado en su persona, su tranquilidad, su reputación y la de su familia y sus bienes y posesiones, sin una orden de juez competente. Nadie podía ser molestado, se entiende, por ninguna autoridad de ningún nivel ni responsabilidad. Solo que ahora, en el régimen de la llamada “Cuarta Transformación” (4T), en los hechos diarios, ese histórico acuerdo se ha hecho añicos y rueda por los suelos; ahora, desde la Presidencia de la República, el máximo poder que otorgan los mexicanos durante seis años, se ataca y denigra a millones de mexicanos que no han hecho nada prohibido, que no han cometido ningún delito ni están sujetos a ningún proceso.
Es muy grave y peligroso, pues, que el Presidente de la República, usando el poder y los recursos legales y presupuestales que tiene a su disposición, aplicando solamente sus afectos y desafectos personales, calumnie, denigre, se burle de mexicanos, como lo hizo durante meses con los antorchistas, exponiéndolos al odio y al escarnio público. El señor Presidente está en todo su derecho personal de pensar lo que quiera de los intelectuales, los periodistas o las feministas o del grupo o sector que usted guste; pero en su calidad de autoridad con obligaciones y límites, no tiene ningún derecho a arremeter contra ellos por la simple y sencilla razón de que no han cometido ningún delito ni es autoridad para juzgarlos y sentenciarlos. Es el Presidente de todos los mexicanos, no el líder de un partido político que, como su nombre lo indica, agrupa solo a una parte de la sociedad y en su nombre se manifiesta.
He puesto de ejemplo solo a algunos sectores y grupos, pero todo México sabe que ésos no son los únicos combatidos y satanizados ilegalmente en este régimen. Pero no solo eso, no solo el Presidente de la República hace su propia lista de aborrecibles, en contrapartida, menciona y encomia a aquéllos a los que debe considerarse entre los estimables; tiende, pues, un manto protector sobre peligrosos delincuentes que, ahora, como en Reynosa, asesinan a personas ajenas a sus conflictos; diciendo que se portan bien, se les extiende, desde la más alta magistratura, otra vez sin ningún derecho, un certificado de buena conducta. ¿Qué clase de país se está tratando de construir? Todo parece indicar que en el régimen de la 4T, la Constitución de 1917 es letra muerta y solo rigen las simpatías y los intereses del Presidente de la República. Eso, en todo el mundo, es el germen de una dictadura personal. Como la de Franco, como la de Hitler, como la de Somoza.
Los más recientes combatidos, ridiculizados y expuestos al menosprecio público, son los miembros de la clase media. “Un integrante de clase media, media alta, incluso con licenciatura, maestría, doctorado, está muy difícil de convencer porque es una actitud aspiracionista, triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta; pero eso sí van a misa todos los domingos y confiesan y comulgan para dejar el marcador en cero”. Todas esas características existen, pero, en primer, lugar, no las poseen todos los miembros de ese sector social, ni son los únicos que las poseen, eso es una generalización arbitraria que no se sostiene ni comprueba de ninguna manera y, en segundo lugar, ¿es eso un delito?, ¿está tipificado en algún artículo? Si no está, como no lo está, ¿qué autoriza al Presidente de la República a agredir, a señalar y burlarse de un sector de los mexicanos que forma parte, como cualquier otro, de sus gobernados y está en pleno uso de sus derechos?
¡¿“Actitud aspiracionista”?! ¿Qué es eso? ¿Se critica al que quiere satisfacer necesidades insatisfechas? Entonces no existiría el progreso humano. Nadie debe olvidar que la reproducción de la especie humana y su consolidación en la tierra se logró gracias al inevitable y férreo impulso por satisfacer necesidades. Buscar un refugio más seguro, construir una vivienda sin humedad y más amplia, aprovechar corrientes de agua, localizar mejores raíces y frutos más apetitosos, moverse y viajar hasta encontrar mejores climas, ¿no ha sido ésa nuestra existencia de siempre?, ¿no es así como hemos llegado hasta aquí? Y en términos más actuales, ¿es aspiracionista abominable el que se sacrifica por su familia y se arriesga en el desierto para poder enviar unos cuántos dólares?, ¿es aspiracionista el minero que exige seguridad en los terribles socavones en los que vive confinado?, ¿lo es un obrero que pide aumento salarial? ¿Quién, pues, tiene un aspiracionismo permitido y quién tiene un aspiracionismo punible? En la Constitución, nadie; eso no existe en nuestras leyes, solo existe en la moral y el pensamiento del Presidente de la República.
Pero vamos más allá. Si ese sector existe y tiene todas esas características indeseables y nocivas que dice López Obrador, ¿cómo construir un país sin clases medias? ¿En dónde existe un país moderno sin clases medias? Las clases medias son consecuencia de la moderna producción capitalista que requiere de directivos y supervisores y que, por lo mismo, los recluta por un sueldo de entre los sectores que tienen la preparación académica y la experiencia para desempeñar esas labores. Son, también, empresarios en pequeño. ¿Existe en la actualidad un país cuya producción y servicios funcionen sin directivos, sin supervisores y sin pequeñas empresas?, ¿puede existir en el futuro cercano?
No lo veo por ninguna parte. Es otra ilusión. La corrupción es un problema enorme en México, pero no es, ni con mucho, el problema más grave y devastador. Ése es la injusta distribución de la riqueza, la pobreza extrema y la pobreza a secas, que día a día está matando y destruyendo a casi 90 millones de mexicanos, incluidas ya las clases medias a las que ahora se combate. Millones y millones comen muy mal, los alimentos nutritivos son un lujo, muchos millones no tienen la salud a su alcance y viven siempre emfermos, millones ya no tenían educación de calidad pero iban a la escuela, ahora han tenido que ponerse a trabajar porque o no hay salario de ninguno de los padres o simplemente no alcanza para la manutención familiar. México clama por empleo, buenos salarios, salud, educación y obra pública suficiente. Eso es lo que hay que construir y solo lo va a levantar el pueblo trabajador consciente y organizado, incluidas las clases medias que viven de su trabajo y su salario.
El próximo viernes definirán si avalan o no la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión.
Hay indicios que no pueden probarse de manera tajante, pero que aportan explicaciones compatibles con la realidad nacional sobre por qué este gobierno no combate al crimen organizado y por qué se burla con risas enfermizas de las frecuentes matanzas.
No fue sólo el huracán “Otis” el que destruyó Acapulco. En todo caso, con su implacable poder natural y su arrolladora fuerza, lo que dejó al descubierto fue el fracaso de la política nacional y la continuidad discursivamente negada de la práctica del neoliberalismo en nuestro país.
¿Por qué hay tantos accidentes en las obras que desarrollan los gobiernos morenistas? Datos del IMSS del 2021 revelan que cada 18 minutos se suscita un accidente y en promedio ocurre una muerte diaria.
Al vincular la masacre de los jóvenes de Salvatierra, Guanajuato, con el consumo de drogas, López Obrador busca “lavarse las manos”, aseguró la precandidata a la Presidencia, por la oposición, Xóchitl Gálvez.
Con 8 votos a favor, el CJN aprobó la ratificación de Ernestina Godoy al frente de la FGJ-CDMX, por otros cuatro años más.
“No estamos cerrados con el nuevo sindicalismo”, dijo. Sin embargo, también sugirió que el país necesita “construir un nuevo sindicalismo”
“La investigación si existió y por motivos políticos hoy no está vigente... los mexicanos tenemos que saber que hay en el expediente", afirmó Xóchitl Gálvez.
Voces señalan que los tres nuevos “partidos” fungirán más como “satélites” de Morena en las elecciones de 2021 y 2024 más que como opciones políticas y programáticas diferentes.
Mientras el país se cae a pedazos, el gobierno dedica tiempo, atención y recursos al escándalo mediático electoral; a ejecutar venganzas (tema obsesivo de las mañaneras).
Uno de cada 5 niñas que desaparecen en el país ocurren en la Ciudad de México.
No es cierto que Sheinbaum esté entre los gobernantes mejor evaluados; contar con 59 por ciento de aprobación en realidad significa que solo cinco de cada 10 capitalinos la respaldan.
El problema es que el drenaje colapsó y a pesar de que se ha solicitado de manera constante se envíe un vactor para desazolvar.
La vicecoordinadora Carolina Viggiano expresó su molestia por la intención del Presidente de quitarle el recurso hídrico a su estado, por lo que, dijo, defenderá los recursos de los hidalguenses porque ahí también hay sequía.
"Los recursos de los programas oficiales siempre fueron entregados por el personal del propio gobierno en turno y con base en padrones y reglas de operaciones legales", afirmó Homero Aguirre, su vocero oficial.
Por desabasto de medicamentos, anuncian múltiples manifestaciones en el país
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Vecinos denuncian abuso de policías que se llevaron a trabajadores tras balacera en Iztapalapa
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Aumentan casos de sarampión en México
Escrito por Omar Carreón Abud
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo y luchador social. Autor del libro "Reivindicar la verdad".