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La crisis económica, la falta de empleos, la delincuencia y el olvido total del Estado, han orillado a miles de familias michoacanas a dejar su tierra natal y a buscar oportunidades de vida en la frontera norte o en el territorio del país vecino.
“La verdad no valió la pena ir a Estados Unidos (EE. UU.); las personas se dejan llevar por lo que les cuentan, pero no es como dicen y uno lo comprueba hasta que lo vive. Yo me arrepiento de haberme venido sin documentos”, señala Ramiro Ramos Rangel, inmigrante michoacano que salió de su tierra natal en busca de mejor suerte.
“Es muy triste dejar a la familia atrás; entonces haces lo posible por traer a la familia para acá, para una mejor vida. Económicamente tratas de vender todo para traerte a tu familia; una nueva vida empezarla acá; entonces es un error bien grande cuando te vienes de ilegal”, recuerda.
Ramiro es originario del municipio de Jacona, ubicado en el noroeste de Michoacán, pero ahora vive en California, luego de que arriesgó a cruzar el desierto estadounidense a partir de Tecate, Baja California. “Prácticamente uno arriesga la vida cuando viene para acá”. Pero no queda de otra por la difícil situación económica y el clima de inseguridad en el estado.
En 2020, Michoacán fue el estado mexicano con más migrantes, y en lo que va de 2021, el flujo de trabajadores hacia el vecino del norte no ha disminuido. La pandemia de Covid-19, al igual que en todo el mundo, provocó en México una caída económica de más del ocho por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB), según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
Los mexicanos viven hoy una crisis económica peor que la generada por la gran depresión de 1929 en EE. UU. y otras regiones del mundo. El sitio web del Consejo Estatal de Población (Coespo) informa que Michoacán se halla entre los tres estados mexicanos con más personas expulsadas a territorio extranjero.
Hasta 2014 había 102 mil 483 migrantes originarios de este estado en EE. UU.; pero en 2020, la secretaría general del gobierno estatal reportó que había cerca de (dos) millones de michoacanos que viven en el país vecino.
Es decir, del total de migrantes mexicanos, Michoacán había expulsado al 11.4 por ciento, la mayoría hacia EE. UU. De los 113 municipios que tiene el estado, 23 están calificados como de muy alta intensidad migratoria, entre ellos Morelia, con el 6.9 por ciento; Ciudad Hidalgo, 4.3; Apatzingán, cuatro; Zamora, 3.5; y Huetamo, 3.1.
Los principales lugares de destino de los michoacanos en el país vecino son California, con el 47.6 por ciento; Illinois, con el 13.2; Texas, 11.1; Georgia, 2.9; y Oregón, 2.9.
En 2018, según el Inegi, el 97.9 por ciento de las personas que salieron de Michoacán con destino a otro país se instalaron en EE. UU. De igual forma, el Coespo reportó que, en ese mismo año, se expidieron 82 mil 858 matrículas consulares a personas originarias de la entidad en territorio estadounidense y que representaban el 10.4 por ciento del total de connacionales.
En el primer trimestre de este año, el Banco de México (Banxico) reportó a Michoacán como el primer estado en captar remesas familiares enviadas desde EE. UU., con un total de 691 millones 478 mil dólares.
En 2020, Jalisco fue la entidad con más envíos de connacionales en el extranjero, ya que contabilizaron cuatro mil 153.4 millones de dólares (mdd) y el segundo fue Michoacán, con cuatro mil 55 mdd. De enero a marzo de 2021, Michoacán recibió mil 166 mdd.
Las remesas familiares procedentes de EE. UU. son el principal motor de la economía en varios municipios y comunidades del estado y, con la falta de empleos en la entidad, incentivan a otros michoacanos a buscar su mejora económica en el extranjero.
Crisis económica y humanitaria
En palabras de los especialistas, la principal causa de migración son las malas condiciones socioeconómicas en que la gente vive y su anhelo de mejorarlas. El Inegi, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Banxico coinciden en que en 2020 el país perdió más de 12 millones de empleos, la mayoría informales, que integran gran porcentaje de la fuerza laboral.
Ricardo Martínez Guadarrama, doctor en economía latinoamericana, explicó que múltiples estudios sobre la migración michoacana hacia EE. UU. revelan que hay dos causas principales: las escasas condiciones de sobrevivencia socioeconómica y la violencia delictiva generada por los grupos de la delincuencia organizada “que, con el paso de los años, se han consolidado”.
Destacó que frente a las crisis sanitaria y económica, el Gobierno Federal decidió permanecer “de brazos cruzados” y, a diferencia de otros países que hicieron fuertes inversiones a sus economías, se limitó a otorgar pequeños créditos que no sirvieron para salvar a las micro y pequeñas empresas, dejando en el desamparo a decenas de miles de personas.
Y como no hubo seguro de desempleo, estímulos fiscales y menos un “ingreso básico universal”, los envíos de dinero de los trabajadores migrantes en el extranjero han salido al rescate de las familias y de las economías del entorno inmediato.
Por ello, los migrantes en general tienen muy claro que deben cumplir con su “chamba” y con sus obligaciones familiares enviando parte de sus ingresos a pesar de las adversidades que enfrentan en EE. UU., entre las que predominan las violaciones a sus derechos humanos.
“A echarle ganas siendo indocumentado (…), hasta que puedas arreglar es cuando empieza una nueva vida. Es fácil conseguir empleo; pero es muy pesado (…), no sé si sea justo o no justo, pero el dinero que uno manda a México sí rinde”, expresa con consuelo Ramiro Ramos.
A este michoacano residente en el extranjero le queda claro que la crisis económica generada por la pandemia ha afectado mucho; y que debido a su estatus ilegal en el país vecino no recibió ninguna de las ayudas que el gobierno estadounidense ha otorgado a pesar de que paga impuestos y contribuye a la hacienda pública de la nación vecina.
La otra causa determinante del fenómeno migratorio, la terrible violencia física generada por el crimen organizado, lleva a Michoacán a una crisis humanitaria, ya que en los últimos 11 años ha desplazado a más de 400 mil personas hacia los estados vecinos y a EE. UU.
En entrevista con la Organización Editorial Mexicana (OEM), el doctor en sociología y analista senior de la oficina de International Crisis Group, Falko Ernest en México, los cárteles del narcotráfico han minado las condiciones de vida de las personas que habitan en áreas de mayor conflicto de los 21 municipios en la región de Tierra Caliente en Michoacán.
“Desde hace por lo menos dos décadas, la ola de peleas por las posiciones de los grupos y células los han obligado a desplazamientos forzados que, de tanto en tanto, va sufriendo una mutación en varias partes de México como en Guerrero, Chiapas, Veracruz, Sinaloa y por supuesto, Michoacán”, sostuvo el especialista.
Los pleitos que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha emprendido en Michoacán contra grupos similares como Familia Michoacana, Los Viagras y La Nueva Familia Michoacana, han provocado una ausencia total de las fuerzas de seguridad locales y federales o, en el peor de los casos, su complicidad total.
En su estudio La violencia como causa de desplazamiento interno forzado, María Cristina Díaz Pérez y Raúl Romo Viramontes afirman que, entre 2010 y 2016, las entidades que más población expulsaron, debido a la inseguridad pública y la violencia criminal, fueron Sinaloa, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Guerrero y Michoacán.
En esta investigación, Michoacán fue ubicada en un nivel “negativo alto”, por su migración interestatal, es decir porque el grado de expulsión de habitantes fue y sigue siendo muy alto, de acuerdo a las estimaciones del Inegi y el Consejo Nacional de Población (Conapo).
En los últimos tiempos, Michoacán se ha convertido en uno de los lugares de paso de los migrantes que provienen de Centroamérica y se dirigen a la frontera con EE. UU. Estas personas también huyen de la pobreza, la violencia, el cambio climático y las desigualdades de su país y, por lo general, no buscan instalarse en territorio estadounidense, como sucede también con los michoacanos.
De acuerdo con datos del Inegi, en 2018, solo el 0.9 por ciento de los migrantes del estado vivieron cinco años en ese país; y el saldo migratorio neto fue del -0.6 por ciento. En 2020, la tasa de población inmigrante de Michoacán fue del 4.4 por ciento y fue interna, es decir, hacia otros estados del país.
Según el estudio Rutas. Estudios sobre movilidad y migración internacional. Número 1, elaborado por el Centro de Estudios Migratorios de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación, reporta que, en 2018, la mayoría de los migrantes que circularon en Michoacán provenía de Cuba.
El reporte número 2 del mismo estudio reveló que, entre 2014 y 2019, hubo 662 fallecimientos de migrantes en México; y que, en el norte del estado de Michoacán, se registraron también. Estas defunciones, cuyo número es bajo en comparación con otras entidades, se debieron, sin embargo, a accidentes y a la violencia que azota a la entidad.
Escrito por Héctor Alonso Pérez
Colaborador