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Novelista turco, nació el seis de octubre de 1923 en Estambul. Es considerado uno de los poetas más importantes de su lengua, su padre procedía de una familia kurda que tuvo que huir a la Anatolia oriental tras la ocupación de las tropas zaristas en 1915; en esta zona se desarrollan la mayor parte de las narraciones de Kemal. Su padre fue asesinado cuando tenía cuatro años (lo que le ocasionó una prolongada tartamudez), tuvo una infancia y adolescencia azarosas y trabajó en diversos oficios y menesteres además de ser encarcelado repetidas veces por motivos políticos. En 1959 regresó a Estambul y comenzó a escribir artículos en el diario La República, que pronto llamaron la atención; para 1952 publicó su primer libro de cuentos y en 1955 apareció El halcón, primera novela de una saga que le hizo famoso, traducida a decenas de lenguas, en las que creó un bandolero a lo Robin Hood, un justiciero que defiende a los débiles frente al poder burocrático y feudal, tan real en la conciencia popular turca como cualquiera de los mitos clásicos.
Años más tarde le siguieron otras novelas como El retorno del halcón (1968) y El imperio de los cuarenta ojos; en ésta, el autor edifica una obra tanto épica como lírica, arraigada en las tradiciones turcas pero al mismo tiempo renovadora en lo narrativo y lo lingüístico. En este sentido, incorpora por primera vez a la lengua literaria turca infinidad de voces y expresiones populares, a tal punto que para la de sus obras fue preciso que se publicara un Diccionario de Kemal, aclarando esas aportaciones. El escritor se erigió como intérprete y valedor de las aspiraciones de millones de campesinos y trabajadores, en particular, de la castigada población kurda; en 1997 recibió el Premio Internacional por la Paz que otorgan los libreros alemanes, por lo que fue juzgado como “traidor” por los tribunales turcos y se vio obligado a abandonar Estambul para instalarse en Suecia. Junto a Orhan Pamuk fue, probablemente, el escritor turco más famoso de su época y un eterno aspirante al Premio Nobel de Literatura. Murió en Estambul el 28 de febrero de 2015.
ESPERA
Claro que sí, un día las flores se abrirán blancas
como una canción libre y feliz
y se extenderá la luz desde nuestras ventanas.
nacerá el día que queremos,
y caerá la lluvia como deseamos.
Acabará nuestra admiración por el cielo;
la primavera que llega desnuda a nuestras puertas,
caerá a la tierra como una semilla.
Soplará un viento diferente para nosotros
aumentará la frondosidad de los jardines
y viviremos la vida plenamente como todos.
Hablarán en nuestra lengua las estrellas.
Algún día, de verdad, mi amor, también nosotros
tendremos una casa blanca encalada en nuestra aldea.
¡AY DE MÍ, DE MÍ!
¡Ojalá fueras la vida!
¡Ojalá fueras la tierra!
¡Ojalá pudiera brotar de ti!
Como un agua clara.
Como un bosque oscuro.
CAUTIVO
Duerme el cautivo.
¡Callad! Es medianoche.
Su sueño se abre con las flores,
¡que duerma el cautivo!
Es una canción blanca de guerra.
En sus labios estruendo de espadas,
en los sótanos húmedos crece la añoranza;
se agita en las banderas de su patria.
Duerme el cautivo.
¡Callad! Es medianoche.
En sus ojos brota luz de luna,
¡que duerma el cautivo!
UNIÓN
Giro yo.
Gira el mundo.
Gira el mundo.
Giro yo.
Primavera
Mi niña,
te daré los sueños más bellos
los ensueños más hermosos.
Las nanas más dulces
robaré de los labios,
y como un tul blanco
las extenderé sobre tu cuna.
Si Dios creara
la mujer de mis sueños,
hasta la muerte sería su siervo,
y después de la muerte también…
Defensa contra de la noche
Este hombre está muerto y ausente pero
el tiempo no se desplomó en el suelo mucho rato.
Le entregamos la vida de ese hombre a los árboles.
¿A quién le pertenece su corazón?
Este hombre está muerto y ausente pero
no podíamos apartarnos de su lado.
En el interminable lamento de nuestras noches,
¿por qué esta palidez nunca disminuye?
Este hombre está muerto y ausente pero
el río aún no se atreve a decirlo,
y su fe, como pájaros gloriosos,
es capaz de llevárselo lejos.
Latitudes
Cierras tus ojos profundamente
cuando yo abro los míos.
Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella.
Cuando cierro los ojos, hermano,
tú abres los tuyos.
Cuando nuestras manos esculpen el mármol de los cipreses,
ni el mármol ni el ciprés nos familiariza.
Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella.
A la misma hora.
Nuestras casas no están conscientes del gran tiempo.
En la lejanía, los vientos más fríos se alzan,
nuestras oscuridades se siguen la una a la otra.
Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella,
y miramos el mismo cielo en la eternidad,
sin embargo, no podemos vernos el uno al otro.
Donde todas las cosas callan
Hay veces en que todos recuerdan a los vivos
como si estuvieran muertos.
Así como el tiempo desaparece de lugares bulliciosos
con multitudes.
Alguien dice: “Satanás pasó” con una voz renovada
en el miedo.
Indigente, debo sufrir estas vastas soledades.
Deseo que mi vida se destiña sobre un globo terráqueo
[para esforzarme
por los silencios donde todas las cosas callan
y ni siquiera Dios sobrevive.
Escrito por Redacción