Cargando, por favor espere...

Trabajadores, menos felices
Con condiciones laborales sujetas a un alto nivel de estrés, salarios muy bajos, leyes demasiado laxas, e indefensos ante abusivos patrones, es mentira que el trabajador mexicano esté “feliz, feliz”.
Cargando...

¿Qué es la felicidad? De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, consiste en un estado de satisfacción espiritual y física; una persona se considera feliz porque ha satisfecho sus necesidades. Maslow clasificó como básicas las necesidades de supervivencia, seguridad y protección física, y como sociales las de amor, pertenencia y autorrealización. Esta necesidad es de suma importancia porque si únicamente constara de un aspecto mental, sería muy difícil medirla; pero como forma parte de la realidad externa, puede cuantificarse. Por ello, al actual Presidente le encanta difundir a los cuatro vientos mentirillas con las que cree salir airoso porque sabe que no son medibles, como es el caso de aquella en la que propala que “el pueblo se encuentra feliz, feliz”, un dicho con el que gran parte de los trabajadores del país no está de acuerdo porque las condiciones en que laboran son cada vez más precarias, inciertas; ejecutan su trabajo con un alto nivel de estrés, sus salarios son muy bajos, las leyes demasiado laxas y se ven indefensos ante el maltrato de sus abusivos patrones.

Por cierto, uno de los mejores ejemplos de patrones abusivos es Carlos Slim Helú, quien además de ser uno de los empresarios más beneficiados por su cercanía política e ideológica con los titulares de los últimos seis gobiernos sexenales, recientemente intentó reivindicarse también como “amigo de los pobres”, mientras que en la actual administración federal ha duplicado su fortuna. Pero en esa misma ocasión se le “hizo bolas el engrudo” porque cuando argumentó que no le ha ido tan bien porque Telmex lleva una década funcionando con “números rojos”, no logró eludir a la prensa en torno a su enorme fortuna, y su cercanía con los grupos políticos que lo han favorecido a través de la corrupción y el tráfico de influencias; es dueño del grupo Carso, el consorcio empresarial que aprovecha la mano de obra más barata en México y Latinoamérica en complicidad con las autoridades gubernamentales.

En la misma tónica actúan los propietarios de los grupos Bimbo, Elektra y Banco Azteca, aunque el dueño de estos corporativos, Ricardo Salinas Pliego, ahora anda enfrascado en una lucha abierta contra el Presidente en lo que parece un pleito de enamorados “tóxicos”. Los abusivos empresarios mexicanos no sólo no mejoran las condiciones laborares de los trabajadores, sino que tampoco les garantizan la cobertura de sus necesidades alimenticias básicas ni de salud. Aun cuando se vieron obligados a aceptar los incrementos al salario mínimo, el monto actual de éste no cubre siquiera el costo de una alimentación adecuada, con lo que los trabajadores y sus familias se ven obligados a comprar los productos más baratos y de baja calidad, cuyo consumo los hace presa fácil de las enfermedades relacionadas con la pobreza, entre ellas las degenerativas, para las que no encuentran tratamiento porque están excluidos del sistema de salud y no tienen dinero suficiente para atenderse con médicos particulares.

¡Y qué decir de las necesidades de seguridad pública, que tampoco le están garantizadas por los gobiernos! El trabajador mexicano vive con miedo en sus entornos domiciliario y laboral, ya que la violencia delictiva y la inseguridad se han empoderado en todas las regiones del país… pero en sus parloteos cotidianos, el Presidente se ufana en declarar qu. ¡Claro, esto únicamente puede decirlo quien nunca ha sabido el significado de ganarse el pan diario con un salario mínimo!


Escrito por Capitán Nemo

COLUMNISTA


Notas relacionadas

La cólera de los agricultores franceses crece ante la indiferencia gubernamental. Hablan de “paralizar el país”, de hacer “pasar hambre” a los parisinos. Y esa furia no es muy distinta de la que mueve las protestas de otros países.

Marx dijo: “el gobierno del Estado no es más que la junta que administra los negocios comunes de la clase burguesa”. Es un mito decir que su papel es velar por el bienestar y el interés comunes. Lo hará sólo en la estricta medida en que sirva políticamente al control social.

Donald Trump impuso aranceles a 180 países. Aplica a China 145 por ciento. Su objetivo expreso es “reindustrializar” Estados Unidos (EE. UU.) y pagar su deuda.

Un crimen o, más bien dos, que ocuparon durante varios días los espacios principales de los medios de comunicación y que luego se han retirado de ellos, más por una decisión del poder para protegerse del descrédito que porque hayan sido resueltos.

AMLO prometió al municipio con mayor pobreza extrema en México y ahora devastado, 61 mil millones de pesos, es decir, sólo el 21.7% de todo lo que se calcula que se necesita. Muy disminuido. Revisemos.

Los antidialécticos asumen en definitiva que la filosofía de la dialéctica no sirve de nada o en todo caso de casi nada. Más todavía...

En el contexto de los Juegos Olímpicos celebrados en París, dos acontecimientos “empañan” la celebración.

La construcción de un mundo multipolar que trabaje en armonía y se desarrolle integralmente, con una visión de futuro compartido, como promueve la iniciativa del presidente de China Xi Jinping, es fundamental para garantizar la paz y el desarrollo integral de todos los países del mundo.

“Yahvé, ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en tu santo monte? El que anda con integridad y obra con justicia El que no presta su dinero a interés…” (Salmo XV).

El gobierno morenista inició una guerra despiadada contra la venta de la llamada comida chatarra al interior de todas las escuelas del país.

Ayer ya se hablaba de borrar barrios enteros de la ciudad de Gaza, de ocupar la Franja de Gaza y de castigar a Gaza “como nunca antes se había castigado”. Pero Gaza no ha dejado de ser castigada por Israel desde 1948, siquiera por un momento.

El avance de las fuerzas productivas determina el arreglo histórico de la organización general de la sociedad.

Un “buen fin” sería que las empresas pagaran mejores salarios a los trabajadores y que las jornadas de trabajo fueran de 40 horas.

Es muy importante en estos momentos insistir en hacer claridad sobre la verdadera naturaleza del modo de producción capitalista en su fase imperialista, porque ya nada tiene que ofrecer a los trabajadores sino lágrimas y sangre.

El Presidente de la República no es comunista ni socialista y es muy importante que el pueblo de México lo sepa para que no se deje engañar. En este artículo argumento por qué.