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La selección de futbol de Italia consiguió batir a su similar de Inglaterra en su casa de Wembley el pasado domingo 11 de julio; y obtuvo, por segunda vez, la Eurocopa, algo que no lograba desde 1969. Esta final había provocado, horas antes, que decenas de hinchas británicos, provenientes del “macrobotellón” en que se ha convertido el área aledaña de Wembley, intentaran entrar en avalancha al estadio; y al no conseguirlo, lanzaran botellas y sillas, generando caos en el entorno. Varias imágenes evidencian que muchos saltaron los controles de seguridad, accedieron al interior del estadio y algunos resultaron heridos.
Italia se proclamó nuevo campeón de Europa luego de someter a Inglaterra durante la mayor parte del partido, que duró 120 minutos; en este lapso solo le concedió cinco disparos, dos a puerta, y sus jugadores remataron en 15 ocasiones, seis a portería. Southgate, el director técnico inglés, planteó el partido para incomodar al máximo las combinaciones de su rival, volviendo al esquema de cinco defensas y un doble pivote muy activo en labores de presión. Por su parte Mancini, el entrenador italiano, salió con la idea de recuperar el balón que había perdido en las semifinales ante España.
Apenas se puso a rodar el balón, Trippier encontró solo a Shaw en el segundo palo y el lateral consiguió abrir el marcador con un potente disparo ajustado al primer palo. El tempranero gol de Shaw pareció echar por tierra el plan de Mancini; pero la Azzurra se sobrepuso y asedió a su rival, sobre todo en la segunda parte del cotejo hasta conseguir el empate. Inglaterra se sintió más cómoda manteniendo a raya a los italianos, cuyos disparos no tuvieron fortuna desde la frontal.
En el segundo tiempo, Italia mantuvo su plan de adueñarse del balón y de encerrar paulatinamente a Inglaterra, mientras ésta se sentía cómoda a la defensiva; aunque cada vez con mayor frecuencia, era incapaz de combinar en el centro del campo. En el minuto 67 los de Mancini consiguieron el merecido empate con la mediación de Bonucci, que cazó el balón en la línea de gol tras una jugada embarullada en el área. Sin goles hasta el minuto 90, el encuentro se marchó a la prórroga.
Cada uno de los equipos dominó una parte de los tiempos adicionales, pero no movieron el marcador y el partido se marchó a penaltis. Pickford paró el segundo lanzamiento de Belotti; pero luego Rashford tiró el suyo al palo y Sancho falló su tiro, con lo que la tanda de penales favoreció a los italianos. Pickford salvó un gol, pero Donnarumma se convirtió en el héroe cuando bloqueó a Saka el último penalti. Fue así como Italia rompió una maldición que había arrastrado desde hace 52 años y levantó su segundo título europeo de su historia.
La Azzurra dominó el balón durante 65 por ciento del tiempo de juego, sobre todo en la segunda parte, cuando iban abajo en el marcador. Para el equipo italiano fue fundamental la seguridad ofrecida por Jorginho y Verratti, ambos con un 95 por ciento de aciertos en el pase, siempre buscándose el uno al otro. En la prórroga cedieron por momentos el control, pero no sufrieron demasiado; ya que los dos equipos se hallaban visiblemente cansados tras haber disputado más de 120 minutos en sus respectivas semifinales.
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Escrito por Armando Archundia Téllez
Columnista deportivo