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Los problemas de movilidad en la Ciudad de México (CDMX) son frecuentes porque sus gobernantes en turno no destinan los recursos financieros indispensables para disponer de un sistema de transporte eficiente que satisfaga la demanda de la población y evite a sus usuarios problemas de salud, educación y empleo.
El incidente ocurrido el pasado tres de marzo en la Línea 9 del Sistema de Transporte Colectivo (STC-Metro), que cubre la ruta Pantitlán-Tacubaya, puso a los gobiernos de Clara Brugada y Claudia Sheinbaum en el “ojo del huracán” porque el cortocircuito suscitado entre las estaciones Velódromo y Ciudad Deportiva se debió a la falta de mantenimiento, inhabilitó seis estaciones y los usuarios caminaron sobre las vías de un tramo elevado.
La crisis en el Metro no es nueva y se agravó en el sexenio pasado, como lo evidenciaron las 30 fallas técnicas diarias registradas durante los últimos meses de 2024, cuando el mal funcionamiento del pilotaje automático, del cierre de puertas y el suministro de energía provocaron continuos retrasos en el traslado de los usuarios, que además sufrieron (padecen aún) el incremento de delitos comunes y otros problemas de inseguridad pública.
Complicaciones de traslado que, de acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores del STC-Metro, han provocado “viajes frustrados” de 266 mil 118 millones de usuarios al año, es decir, un millón 450 mil 484 pasajeros diarios. Las líneas con peores “servicios frustrados” son la 8, con 27 millones 174 mil usuarios menos; la A, con 27 millones 774 mil; la B, con 17 millones 162 mil; la 2, con 10 millones 906 mil; y la 9, donde ocurrió el último accidente, con 769 mil 824 usuarios.
Una dificultad en los servicios que no se debe a la falta de capacidad técnica y administrativa del personal operativo del STC-Metro, sino a los recortes presupuestales de los gobiernos morenistas contra el sistema de movilidad con servicio a trabajadores de clase media, media-baja y baja de la Zona Metropolitana de la CDMX, a pesar de su lema “primeros los pobres”.
En 2018, el presupuesto del Metro fue de 22 mil 882 millones de pesos (mdp); en 2019, ya por decisión del primer Gobierno Federal morenista, bajó a 17 mil 102 mdp; y en 2022 fue de 19 mil 769 mdp. Los recortes y subejercicios entre 2019 y 2020 promediaron los 500 mil mdp, afectando a parte considerable de sus instalaciones y labores de reparación y mantenimiento.
Esta administración del presupuesto contrasta con el otorgado por el gobierno de Morena a las obras ostentosas, como el Tren Maya que, durante el ejercicio 2024, recibió 120 mil mdp, pese a que sólo movilizó 10 mil personas diarias; mientras que al Metro −que ahora transporta a 4.6 millones de pasajeros al día− apenas se asignaron 20 mil 551 millones 444 mil 425 pesos.
La Línea 3 del Metro, que temporalmente recorre el tramo de Zaragoza a Chapultepec y festejará años de servicio este 2025, es la más larga del STC, la más transitada y precisamente su frecuente uso y la carencia de mantenimiento la han llevado a una nueva crisis expresada por frecuentes choques de trenes, cortocircuitos, incendios, interrupciones del servicio, etcétera.
El Gobierno Federal y el capitalino minimizan el deterioro de su infraestructura, que se advierte en el mal funcionamiento de las puertas, los asientos rotos y la falta de iluminación durante las jornadas nocturnas, como la saturación de usuarios en las horas de mayor afluencia; al parecer no importa que tales fallas perturben a millones de viajeros.
Los gobernantes morenistas no garantizan un servicio seguro en la CDMX, que evite tragedias como la de 1975, cuando un choque de trenes de la Línea 2 causó la muerte de 31 personas; la de 2015, cuando otro choque en la Línea 5 dejó 12 lesionados; y la del tres de mayo de 2021, la más mortífera en la historia del Metro, cuando un paso elevado de la Línea 12 se desplomó y ocasionó la muerte de 27 personas y dejó heridas a otras 80 en la alcaldía Tláhuac.
No hay duda de que el Metro está descuidado; y ya es hora de que los gobiernos de Morena atiendan verdaderamente a un sistema de transporte en crisis para evitar que se profundice su deterioro, conjurando la amenaza permanente de muerte contra los millones de mexicanos que a diario transitan sobre esas vías. Por el momento, querido lector, es todo.
La destrucción de las instituciones de un país no es buena idea, y menos cuando se proclama a los cuatro vientos que Morena está construyendo el segundo piso de la “Cuarta Transformación”.
La inseguridad y las altas tasas de violencia, la profunda y grave desigualdad social, la corrupción, las relaciones internacionales y la reforma judicial obstaculizarán el camino de Sheinbaum.
Las rutas que más presentaron afectaciones fueron las 2, 5, 9, 12 y A
Las amenazas de Trump hacia México no solamente se incrementan, sino que se han exacerbado.
Aún no existen pruebas que vinculen estos casos con delitos como secuestro o agresiones sexuales.
La incertidumbre y la molestia de los usuarios aumentó debido a la falta de información por parte del Sistema de Transporte Colectivo.
Esta nueva modalidad de robo afecta principalmente a mujeres jóvenes que portan celulares de última generación.
Hasta el momento, no se tiene una fecha definida para el cierre de las estaciones de la Línea 3.
Para mitigar el impacto en los usuarios, unidades de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) brindan apoyo para el traslado.
Proyecto desarrollado para conformar una red integral de transporte público que atienda el norte de la zona metropolitana del Valle de México.
Será hasta el próximo 2 de mayo cuando el gobierno capitalino ofrezca información relacionada con los pinchazos en una conferencia de prensa.
Las líneas más afectadas son la 8, B y 9.
Organizaciones como Oxfam o las Naciones Unidas (ONU) casi siempre aciertan en sus estudios económicos o análisis políticos y en muchas ocasiones logran proyectar soluciones posibles.
AMLO (y ahora, Claudia Sheinbaum) nunca definió una política migratoria que atendiera humanitariamente a los ciudadanos de Centroamérica.
Para nuestro país, gobernado hoy por la morenista Claudia Sheinbaum, el triunfo electoral de Kamala Harris o de Donald Trump en noviembre próximo tendrá las mismas consecuencias en los complejos problemas generados por la migración, el narcotráfico, etc,.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).