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Tigre blanco
La persistencia de las castas y su actual situación es retratada en este filme. Aunque es similar a la cinta Parásitos (2019), Tigre Blanco es diametralmente opuesta en cuanto a su enfoque sobre las clases sociales.
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El régimen de castas surgió hace más de dos mil 500 años en La India, aunque hoy día se ha diluido en cierta medida. Los brahmanes, sacerdotes y maestros son la casta más alta; los chatrías son los políticos y los soldados; los vaishias son los comerciantes y los artesanos; los shudrás son los esclavos, los siervos, los obreros y los campesinos; y los dalits son los parias, una clase tan baja que se les considera como perros y para sobrevivir suelen desempeñar trabajos que el resto rechaza, como recoger el excremento de los perros, limpiar baños, etc. Sin embargo, este sistema de castas, ha sobrevivido en La India, aunque ya modificado y hasta inexistente en las zonas de mayor avance económico y social como en las grandes ciudades. El régimen de castas no solo fue admitido por los británicos cuando dominaron al subcontinente, sino que lo fomentaron, dado que les permitía un mejor control y sometimiento de la inmensa mayoría de la población. Ese régimen no se ha podido sustraer al desarrollo del capitalismo que, a medida que avanza, va simplificando las “castas”, permitiendo que existan solo dos principales: burgueses y proletarios.

La persistencia de las castas y su actual situación es retratada por la cinta Tigre blanco (2021) del realizador hindú Ramín Bahrani. Un filme que ha tenido éxito comercial y que nos narra la vida de Balram Halwai (Ardash Gouray) quien, según su estatus social, siempre ha vivido en la miseria. Él busca escalar en la pirámide social; en su deseo de progresar, trata de escapar de lo que le ha deparado la crueldad del orden social. El profesor de la primaria en la que estudia cuando niño, al notar su inteligencia y aplicación, lo ayuda a conseguir una beca que le permita estudiar en una ciudad grande, pero su padre muere y esa perspectiva queda destrozada, pues no solo no saldrá de su pueblo, sino que abandonará los estudios para dedicarse a trabajar, partiendo piedras de carbón mineral. Su empeño de progresar, ya siendo joven, lo lleva a aprender a manejar y a colocarse como chofer de una familia adinerada.

Creyendo ilusoriamente que su vida será muy superior a la que llevaba en su pueblo, Balram sufre no solo explotación por parte de sus amos, sino humillaciones y maltrato de parte de éstos. Cuando quiere dar alguna opinión se le recuerda cual es su nivel social, a pesar de que siempre mantiene una actitud servicial y disciplinada. Este comportamiento ejemplar –por decirlo de alguna forma–, no le granjea ningún beneficio; al contrario, aprovechándose de esa condición de sumisión, en alguna ocasión en que el hijo de su amo anda de juerga con su mujer, ésta le dice a Balram que ella es la que va a manejar el vehículo que llevan ese día. Dado su estado de embriaguez, la mujer conduce a exceso de velocidad y atropella a un niño, que muere instantáneamente. Los esposos le piden a Balram que huyan lo más pronto posible. Cuando el amo se entera de lo ocurrido, llaman a Balram a una reunión familiar y lo obligan a firmar un documento en el que confiesa ser el autor del homicidio.

Balram va acumulando rencor y deseo de venganza. Él ha llegado a la conclusión de que solo hay dos formas posibles para salir de la pobreza en La India: dedicarse a la política o asesinar. Antes de llegar al homicidio, Balram, se vuelve un individuo astuto que aprovecha cualquier forma para robar a sus amos (cuando realiza alguna compra, presenta facturas con precios muy superiores al verdadero precio; vende la gasolina que tiene el vehículo que maneja, etc. En los constantes traslados que realiza para llevar al hijo del amo, observa que éste siempre lleva consigo una maleta llena de fajos de billetes de alta denominación –dinero destinado a sobornar a los funcionarios para que le permitan la evasión de impuestos–. Balram planea y ejecuta el plan para asesinar al hijo del amo y robarse el dinero que en esa ocasión lleva. Balram se hace rico y logra poner una compañía de taxis.

Aunque trata un tema similar al de la cinta Parásitos (2019) del surcoreano Bong Joon-Ho, Tigre blanco es diametralmente opuesta en cuanto a su enfoque sobre las clases sociales (mientras en Parásitos los “vividores” y abusivos son los criados; en Tigre blanco, los criados son un sector explotado y vilipendiado por los poderosos). Llaman la atención en la cinta las opiniones críticas o proféticas de Balram: “La India es la democracia más grande del mundo”. “En el Siglo XXI se acabará el dominio de los blancos; dominarán la escena mundial los amarillos y los marrones” (China e India).


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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