Cargando, por favor espere...

Plan México de la 4T al servicio de EE. UU.
Contra la pared tras las amenazas de Donald Trump, la “Cuarta Transformación” anunció, el 13 de enero, un plan sexenal que parece buscar la autonomía económica ante Estados Unidos.
Cargando...

Contra la pared tras las amenazas de Donald Trump, la “Cuarta Transformación” (4T) anunció, el 13 de enero, un plan sexenal que parece buscar la autonomía económica ante Estados Unidos (EE. UU.), al proponerse una industrialización nacional, intentada desde el Siglo XIX, aunque en la realidad apunta a complacer los intereses estadounidenses.

Siete días después de la toma de posesión de Donald Trump, la 4T divulgó su Plan México. Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida, relanzando medidas para atraer más inversiones de empresas manufactureras al servicio de corporativos de EE. UU.

Trump, quien procura sacar a los chinos del continente, está forzando a México a negociar menos con ellos, y lo pone contra la espada y la pared, porque no tiene industria nacional y no puede sustituir las compras de materias primas de China, como las autopartes para vehículos o “sustancias activas” necesarias para las manufactureras que fabrican medicinas en territorio mexicano.

En su guerra económica contra China, EE. UU. también está buscando atraer maquiladoras ubicadas en zonas bajo dominio asiático, en el marco de su nearshoring o reubicación de empresas en su territorio y en países bajo su control en el continente, ante todo, con su “socio” México.

La Presidenta Claudia Sheinbaum fijó su posición en la guerra comercial de EE. UU. contra China, al refrendar su interés de mantener el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), firmado por Andrés Manuel López Obrador en 2020 que, según dijo, beneficia a los tres países con crecimiento económico y empleos, formando un bloque comercial norteamericano.

“Ha demostrado ser uno de los mejores tratados comerciales en la historia… además, es la única manera en que podemos competir con los países asiáticos, en particular con China”, afirmó.

Y describió las metas del Plan México: Pasar de ser la economía número 12 a la décima del mundo; incrementar la inversión extranjera en el país; generar 1.5 millones de empleos; que el 50 por ciento de la proveeduría (lo que compra el gobierno) y los productos para el consumo nacional sean hechos en México; aumentar en 15 por ciento el contenido nacional en las manufacturas extranjeras; producir vacunas en México; reducir de 30 meses a un año el tiempo para tramitar una inversión en la formación de 150 mil profesionales técnicos más al año; sostenibilidad ambiental empresarial, es decir, producción sin contaminar el ambiente; financiamientos para el 30 por ciento de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES); ser uno de los cinco países más visitados por el turismo mundial, así como disminuir pobreza y desigualdad.

Sueño manufacturado

Se atraerían 227 mil millones de dólares (mdd) en inversiones foráneas, 127 mil de las cuales corresponderían a la inversión de ganancias –reinversión– de empresas foráneas que ya trabajan en el país, y 100 mil mdd a nuevas inversiones.

En el centro está el sueño del nearshoring o reubicación en México de manufactureras al servicio de corporativos de EE. UU., maquillándolo con el objetivo de llevar al país al número 10 en la lista de las 15 potencias económicas, aunque las maquiladoras extranjeras no aporten al crecimiento del país.

Sujeto a la maquila para EE. UU., el crecimiento de la economía mexicana ronda el dos por ciento anual desde 1994 que, según el Banco de México (Banxico), en 2025 será de 0.6 por ciento, o incluso sufrirá un decrecimiento o “recesión”, según experimentados analistas como Macario Schettino.

La llegada de manufactureras empezó en los sesentas, pero se expandió desde 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) lanzado por el expresidente Carlos Salinas, ratificado por AMLO en 2020, que Sheinbaum espera refrendar en 2026, formando un bloque comercial liderado por EE. UU., que consolidó a México como país manufacturero, sin industria propia.

En ese lapso, la República Popular China alcanzó desde 2010 el segundo lugar de las economías más potentes del mundo, sólo debajo de EE. UU., luego de 61 años de inversiones enfocadas en crear una industria nacional exportadora, con tecnología avanzada propia, creciendo a más del nueve por ciento anual y declarando erradicada la pobreza extrema en 2011.

Debilitado su poderío económico, EE. UU. reforzó sus embates contra China, y retomó su plan de crear un bloque económico en el continente mediante tratados comerciales a sumarse con el bloque norteamericano, proyecto fracasado en 2005 por el rechazo de Venezuela y sus aliados.

Los estadounidenses relanzaron su objetivo de crear su bloque económico continental, y en este marco se firmó la ratificación del TLCAN de 1994, el T-MEC, avalado en 2020 por AMLO.

Sin Industrialización, no más crecimiento 

Para alcanzar un desarrollo económico se necesita un crecimiento firme y sostenido; y para eso se requiere una industria mexicana que, más allá de la manufactura extranjera de exportación, se convierta en el principal motor, dijo a buzos el doctor Gregorio Vidal, académico del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“El tema es generar las condiciones para que, lo que se amplíe, sean las capacidades industriales y manufactureras con base en empresas del país; eso no está claramente perfilado en el Plan México”, apuntó Vidal.

Expuso que en ese proyecto gubernamental hay algunas ideas, como un proyecto para fabricar componentes de tecnología como microchips, “pero no me parece que permitan concluir que se trata de un proyecto amplio, diverso, y de gran alcance”.

Mientras no haya un proyecto de industrialización mexicana amplio, diverso y de gran calado, “no se alcanzarán crecimientos económicos firmes, sostenidos, con base en una industria con capacidad endógena (propia, surgida en el país).

“Eso no se observa en las propuestas del Plan México; me parece que si no se considera un proyecto con estas características, muy difícilmente se logará desarrollar una capacidad industrial propia con base endógena, que soporte el crecimiento del país”, expuso el doctor Gregorio Vidal a este semanario.

Se refirió también a los 227 mil mdd que se proyectan en inversiones foráneas, y expuso que desde hace décadas se trata de “reinversiones de utilidades obtenidas en México”, en tanto que las que se refieren a nuevas empresas son menores. es decir, que empresas extranjeras ya operando en el país, invierten en sí mismas para hacer ampliaciones con el dinero obtenido por la venta de sus productos exportados al extranjero.

Que las cantidades de inversión anunciadas tengan un efecto relevante en el país –anotó el académico– “no va a suceder en unos meses; son plazos bastante más amplios, y tendríamos que ver cómo se van produciendo”.

Accesorios y buenos deseos

Por lo demás, en el Plan México se mencionan accesorios a la idea central relacionados con el rubro administrativo, como reducir de 30 meses a un año los trámites para una inversión en México.

Se señala la meta –más como buen deseo– de que el 50 por ciento de los artículos comercializados en el país sean de producción nacional, sin existir una industria nacional capaz de hacer eso realidad.

México produce 30 por ciento de sus combustibles, gasolinas y diésel, mientras el 70 por ciento es de importación, especialmente comprado a EE. UU., sin que AMLO haya conseguido la “soberanía energética”, con su refinería Olmeca, que a la fecha sigue sin producir un solo litro.

El plan de la 4T también se propone alcanzar la “sostenibilidad ambiental empresarial”, es decir, que se produzca sin contaminar el ambiente, lo que implicaría detener las operaciones de las contaminantes mineras que operan a “cielo abierto”, como las minas canadienses de oro y estadounidenses de cobre, que están cobijadas por el tratado comercial norteamericano.

También “vacunas hechas en México”, que en realidad son manufacturas con inversiones del gigante estadounidense Pfizer y de otras farmacéuticas como La Moderna, que tienen las patentes o derechos exclusivos internacionales para su fabricación.

El Plan México ofrece también “ser uno de los cinco países más visitados a nivel mundial”, un fin en que en todo caso ya no participaría el Tren Maya, como contó AMLO en sus mañaneras.

Sheinbaum ya reveló que el Tren Maya será de carga, es decir, ha confirmado que siempre fue parte del corredor industrial interoceánico del Istmo de Tehuantepec, plan estadounidense desde el Siglo XIX, que a la vista sirve hoy a Trump en sus objetivos de frenar la migración centroamericana, creando una alternativa al Canal de Panamá que, según reclamó, controla China, e interconectar su bloque comercial continental.

A la orden

La fiebre en México por el nearshoring surgió con la expedición de la Sciense Act o Ley de Chips y Ciencia, lanzada por el entonces presidente estadounidense Joseph Biden el nueve de agosto de 2022 y que incluyó 52 mil mdd para dar incentivos económicos y atraer manufactureras a su país.

El Plan México prevé la expedición de un “Decreto de Nearshoring”, como el que AMLO publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 11 de octubre de 2023, en el que establece estímulos como la reducción de impuestos a las manufactureras extranjeras de exportación que busquen relocalizarse en México.

Éste fue cambiado por otro Decreto de Nearshoring, que Clauda Sheinbaum publicó en el DOF el 21 de enero de 2025, en el que se actualiza y refuerza el anterior con más incentivos para las manufactureras al servicio de EE. UU.

El plan también refiere “aumentar en 15 por ciento de contenido nacional”; en esto se supone que al 15 por ciento de los productos manufacturados en el país, en las ramas automotriz, electrónica, farmacéutica y química, se le introducirá 60 por ciento de partes mexicanas.

Sin embargo, no aclara cuáles serán las industrias nacionales que van a fabricarlas, porque a la fecha las manufactureras usan partes traídas del exterior, como en el caso de la automotriz, que las importa de China (México no puede hacerlas) para ensamblar vehículos que se envían a EE. UU. y Canadá, algo de lo que se están quejando esos gobiernos “socios”.

Otro ejemplo es la presunta producción mexicana de vacunas: En las inversiones externas previstas se integran dos mil mdd del gigante Pfizer y del corporativo La Moderna, industrias farmacéuticas estadounidenses, titulares de las patentes de esos productos, por lo que en realidad México sólo podría maquilar.

Las farmacéuticas estadounidenses que maquilan fármacos en México son Pfizer, Johnson & Johnson, Celgene, AbbVie y Abbot, las cuales –también– importan materias primas o “sustancias activas” de China (México no las fabrica), firmas que en 2023, según datos oficiales, exportaron el 43.2 por ciento hacia EE. UU. y 8.3 por ciento a Canadá.

En este mismo marco, se busca rescatar el sello “Hecho en México”, diseñado en 1978 para productos mexicanos de exportación, que fue abandonado porque la mayoría de los enviados al exterior son de empresas foráneas, no mexicanas.

De alto costo

En lugar de empujar el desarrollo social e industrial, AMLO instaló su 4T en 2018 lanzándose a un multimillonario gasto en distribución de becas, pensiones y magnas obras de “relumbrón”, sin utilidad pública, originando un peligroso desbalance entre gastos e ingresos federales calculado en dos billones de pesos (bdp), equivalentes al 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

El economista del Tec. de Monterrey Alejandro Gómez Tamez, en un artículo sobre el tema divulgado el 27 de enero de 2025 por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), señaló que el costo de todas las medidas previstas en el Plan México, incluidas reducciones de impuestos y financiamientos, sería de un billón de pesos, “lo que pone una presión considerable sobre unas finanzas públicas ya estresadas…. dadas las condiciones actuales, difícilmente se logrará”.

Alarmante caída

En un informe reciente, especialistas del Grupo Financiero Base (GFB), encabezado por la economista Gabriela Siller, resaltaron que “el bajo crecimiento de las nuevas inversiones es alarmante”. Su análisis, que abarca de enero a septiembre de 2024, detalla que específicamente la llegada de nuevos capitales a México representó solamente el 5.77 por ciento con respecto al total de inversiones extranjeras directas que incluyen las de empresas foráneas que ya tienen operaciones en el país.

En el Plan México se proyectan 100 mil mdd al año en nuevas inversiones, cifra extremadamente superior a lo que recibe anualmente el país, de entre 12 y 14 mil mdd, por lo que especialistas dudan que se logre, mucho menos con la incertidumbre existente entre inversionistas.

Esa incertidumbre fue creada por la ola de cambios a leyes destinadas al control político, por parte de la 4T, del sistema de justicia federal, la eliminación de organismos constitucionalmente autónomos de supervisión en comercio e inversiones y al conflicto en curso con EE. UU.

Hasta el momento, 41 por ciento de las empresas en México ha frenado sus inversiones por esos motivos, indicó el informe sobre “Ambiente de Negocios” 2025, de la firma analista internacional “KPGM”.

El 14 de enero de 2025, durante la conferencia de prensa mensual del IMEF, Víctor Manuel Herrera Espinosa dijo que lo que se necesitaría “es regresar la confianza al inversionista extranjero y nacional para que ponga su dinero; ofrecer la seguridad jurídica en documentos, como leyes, para que pueda haber esta confianza”.

En su informe sobre Confianza empresarial, actualizado al cuatro de febrero, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó un nivel en enero de 2025 de 51.3 por ciento, porcentaje menor al de diciembre de 2024, cuando fue de 51.9 por ciento.

Al sótano

Aunque la manufactura extranjera no impulsa la economía mexicana, se supone que con sus inversiones, México se ubicará en el sitio 10 de las 15 economías más potentes del mundo, desde el sitio 12 que según el gobierno ocupa, aunque en realidad está en el 13, según datos actualizados a 2024 por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese organismo internacional, que analiza las economías y difunde la lista, anticipó en octubre de 2024 que la mexicana se sostendría en el lugar 13 en ese año, con un PIB estimado en 1.85 billones de dólares (bdd), pero que bajará al lugar 15 en 2025, porque su PIB se reducirá a 1.82 bdd.

La lista la encabeza EE. UU., seguido de China; México ronda los últimos lugares desde hace 22 años; datos históricos de esa lista internacional indican que México ya ocupó el décimo sitio entre 1999 y 2003, pero que en lo que va del Siglo XXI se ha mantenido en los últimos lugares de la tabla.

Cifras divulgadas en febrero por el Inegi reportan que en 2024 hubo un crecimiento económico de 1.2 por ciento; mientras que el 19 de febrero Banxico bajó su previsión de crecimiento para 2025 de 1.2 a 0.6 por ciento.

El siete de febrero de 2025, el analista económico Macario Schettino resaltó en su columna de El Financiero que México ha entrado en una recesión o decrecimiento económico, como resultado de malas decisiones políticas y del aumento de la incertidumbre en el país.

Empleos de tercer mundo

El Plan México se fija como meta “generar 1.5 millones de empleos más” de aquí a 2030, específicamente en la manufactura extranjera de exportación, que paga una atractiva mano de obra barata en el país.

El analista económico Kristobal Meléndez, comentó a buzos que más allá de los factores de incertidumbre por cambios políticos y legales, a las inversiones extranjeras les interesan las posibilidades de hacer negocios y obtener ganancias, esto es, la “rentabilidad”.

Para la rentabilidad, hay varios factores, “uno de ellos es que la mano de obra de México, a pesar de que ha subido el salario mínimo, sigue siendo un factor importante de atractivo… es especializada, de alto nivel y a pesar de eso no es tan cara, comparada con la de otros países”.

En el Plan México también se establece “incrementar 150 mil profesionistas y técnicos anuales adicionales a los que ya se generan”, aunque AMLO marcó la ruta de la 4T al dedicarse a criminalizar a científicos y académicos y eliminar los fondos para ciencia y tecnología para nutrir su proyecto político-electoral. 


Escrito por Martín Morales


Notas relacionadas

La compañía estatal Exportadora de Sal (ESSA), de Guerrero Negro, Baja California Sur (BCS), acumula más de seis millones de toneladas de producto en los puertos El Chaparrito y El Morro, en Isla de Cedros, por falta de comercialización.

El exsecretario de Seguridad mexicano, interpuso un recurso de apelación contra la condena de 38 años de cárcel ante la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos

El paquete contempla misiles, más municiones aire-tierra y otros equipos para apoyar los F-16 ucranianos.

Los activos de estas organizaciones bajo jurisdicción estadounidense serán congelados y se prohibirá cualquier tipo de apoyo financiero.

El Tratado para la Reducción de Armas Estratégicas (START) representa un campo de batalla verbal, en el que Estados Unidos (EE. UU.) quiere imponer la idea de que la Federación de Rusia es un rival agresivo cuando, en los hechos el actor beligerante en este último periodo ha sido Washington.

El decreto contraviene los derechos humanos, ya que prisión preventiva oficiosa, “lejos de expandirse y endurecerse, debería eliminarse”.

En una sesión a puerta cerrada, miembros del partido demócrata discutieron la viabilidad de la candidatura de Joe Biden para las próximas elecciones presidenciales.

Estados Unidos enfrenta un déficit comercial en el sector agrícola, aseguró el economista en jefe de la USDA.

AMCHAM urgió una respuesta del Gobierno de México para lograr soluciones.

El funcionario de origen cubano será el próximo responsable de la diplomacia estadounidense en el mundo.

Estos señores son unos verdaderos pillos, carecen de genuinos sentimientos religiosos y su único afán es enriquecerse de forma fácil y rápida.

México ha expedido más de dos millones 400 mil documentos migratorios desde 2019.

Lo que verdaderamente está en juego es precisamente la vigencia del neoliberalismo como política económica.

Actualmente la isla tiene el estatus de Estado Libre Asociado.

El embajador ruso Nikolay Sofinskiy aseguró que la alianza busca la hegemonía mundial.