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Lagos de Cuitzeo y Pátzcuaro, ubicados en el corazón de Michoacán, están expuestos hoy a una severa crisis hídrica que arriesga el equilibrio ecológico de la región y amenaza la existencia misma de las comunidades dependientes de sus aguas.
La implacable sequía de los últimos años ha asumido el control de ambos lagos, borrado paulatinamente las imágenes de grandes masas de agua, desprotegido vastas extensiones de lecho lacustre y abatido refugios naturales, paisajes únicos e historias.
Los cada vez más bajos niveles de agua han obligado a las comunidades ribereñas a cuidar mejor la ya escasa agua potable, a suplir la pesca por otras actividades productivas y a enfrentar una situación socioeconómica en extremo precaria.
El nombre Pátzcuaro significa en español “puerta del cielo”, ya que los ancestros de los 26 pueblos purépechas que rodean el lago pensaban que éste era el lugar donde ascendían y descendían sus dioses.
La etnia mayoritaria en la región es la purépecha y es la más reconocida del estado; sus costumbres y tradiciones aportan la identidad genérica de Michoacán, así como la existencia de cuatro lagos: Cuitzeo, Pátzcuaro, Zirahuén y Queréndaro.